Capítulo 4

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— Sé que esto te compromete mucho, hijo, y lo lamento, pero no puedo ignorar a tu tía que se encuentra tan mal —explicó Carla—. Saldré mañana en la mañana, discúlpame.

— No mamá, no tienes por qué disculparte —la animó Eren—. Es una pena lo que está pasando mi tía, si pudiese ausentarme del trabajo, lo haría para ir a verla —se lamentó.

— ¿Qué harás con Tom? ¿Tienes a alguien en mente para dejarlo a su cuidado?

— No... mañana me lo llevaré a la firma, tendré que ver con quien lo dejo los siguientes días —se mostraba pensativo—. Si tan solo Armin no estuviese de viaje... —se lamentó.

— Si no les molesta... yo podría cuidarlo —sugirió Mikasa apareciendo detrás de ellos.

Tanto Eren como Carla se sorprendieron por la intervención repentina de la chica. Cuando aquella impresión se fue, se pusieron a analizar lo que había dicho, ¿se estaba ofreciendo al trabajo de niñera?

— ¿Estás segura de los que dices? —preguntó el castaño, aun con dudas.

— No tienes que forzarte a esto, Mikasa —dijo Carla.

— Escuché, sin querer, lo que estaban hablando —confesó la chica con algo de timidez—. Yo no tengo problemas, generalmente estoy en la agencia en las mañanas, y a esa hora, Tom está en el jardín de infantes. Puedo pasarme a recogerlo y cuidarlo hasta que Eren llegue —propuso—. Además, el niño se va a aburrir en una firma de abogados —opinó.

— Eso último no puedo discutirlo —Eren estuvo de acuerdo.

— Yo me sentiría segura si es Mikasa quien se quede a cuidar de Tom —concluyó Carla—. Ambos se llevan bien y si ella dice que puede hacerlo, podríamos aceptar —le propuso y la ojigris le sonrió.

— Bueno... Si realmente no te molesta hacer esto, Mikasa... Te lo voy a pedir de favor —pidió Eren.

— ¡Claro! cuenta conmigo —aceptó ella.

— Gracias.

— ¿Qué pasó con Tom? —se preguntó Carla.

— Ah, lo dejé dormido —contestó la azabache—, estaba algo emocionado pero ya es muy tarde y él tenía sueño. Le dije que jugaríamos mañana.

— Gracias por eso tambien —el ojiverde volvió a agradecer.

— No es nada. Puedes dejarlo conmigo desde mañana si así lo ves conveniente. No voy a la agencia sábados ni domingos a menos que me lo soliciten. Y si así fuera, estoy segura que Tom se aburrirá menos en una agencia de entretenimiento que en una firma de abogados —presumió.

— Eres molestosa a veces —Eren le mandó una mirada aguda a lo que ella solo se rio.

Carla sonrió sin darse cuenta. Aquellos niños a los que había visto crecer, seguían llevándose tan bien como siempre había sido en el pasado. Le alegraba que pese a la distancia que habian tomado, ahora habian vuelto a ser tan cercanos como antes... bueno, no tan cercanos...

— Ya voy regresando a casa —dijo Carla—, debo preparar lo que llevaré mañana.

— Te acompaño —dijo Eren inmediatamente.

— No, hijo —rechazó la mayor—. He llamado un taxi, debe estar esperándome.

— Yo tambien regresaré a mi apartamento, puedo acompañar a tu mamá a que tome el taxi —se ofreció Mikasa.

— ¡Mikasa me acompañará! —expresó Carla— No te preocupes, Eren.

— Está bien, gracias Mika —aceptó el chico.

El hijo de mi ex [Eremika]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora