Después de una traición por parte de su mejor amiga de la infancia y su supuesto novio, Shuichi se vuelve un ser de pura maldad, el cual busca acabar con todos lo que lo molesten o le caigan mal
Pero ese capullo de oscuridad será roto por Rantaro Am...
Tsmugi presionó demasiado a Shuichi logrando enterarse de lo que le pasó, aunque el detective parecía en transe.
Deseaba volver el tiempo atrás en donde no sufriría, no quería ver a su hermano de esa manera.
Sin embargo ella tampoco sabía que hacer, estaba nerviosa por lo que acababa de oír y eso solo empeoró en cuanto Shuichi se desmayó.
- O-Onii-chan!!! - Gritó Tsumugi algo asustada moviendo a Shuichi quién había quedado inconsciente en la cama.
Después de una hora Shuichi se despertó encontrando el rostro triste de su hermana, si tan solo no hubiera existido jamás Tsumugi hubiera estado triste.
- Prometo que te recuperarás Onii-chan!! T-Tal vez Amami- Dijo Tsumugi con lágrimas en los ojos.
- No... - Dijo Shuichi débilmente.
- E-Eh? - Tsumugi no entendía que pasaba.
- E-El no debe enterarse... - Dijo Shuichi sin emoción alguna.
- Pe-ro p-por-que no?! - Dijo Tsumugi sin entender del todo lo que pasaba.
- Solo...trata de que...no se enteré... - Dijo Shuichi tapándose con su cobija.
- P-Pero-
- Por favor... - Dijo Shuichalo lo que Tsumugi solo tragó saliva.
- E-Esta bien...lo intentaré... - Dijo Tsumugi no del todo segura.
Shuichi después de eso no volvió a decir nada y solo se mantenía debajo de la cobija sintiéndose vacío.
- I-Ire a buscar algo para que comas... - Dijo Tsumugi pero fue detenida por la mano de Shuichi.
- No te esfuerces....no tengo hambre... - Dijo Shuichi dejando caer lágrimas que claramente Tsumugi no podía ver debido a la cobija.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kokichi no estaba mejor que Shuichi en ningún concepto, su madre trataba de alegrar lo pero todo era inútil.
- Vamos hijo sonríe un poco, no me has querido decir que te ocurre y pareces muerto en vida... - Dijo la madre de Kokichi mientras este la volteaba a ver débilmente.
- Mamá...alguna vez han abusado de ti sexualmente?... - Dijo Kokichi débilmente.
- H-Hijo no me digas que.... q-quien fue?! - Dijo la madre apunto de estallar en lágrimas.
Kokichi no dijo nada y solo dejo caer lágrimas por sus mejillas, nunca se había sentido tan patético en su vida.
Tenía miedo de lo que pasaba y de lo que estaba por venir, no quería que Kiibo se enterará de eso y menos que su madre se lo dijera.
Para la madre de Kokichi, Kiibo era el novio de su hijo y era en el primero en el que sospechaba.
- Fue Kiibo?! - Dijo la madre algo desesperada.
- N-no....el se fue de viaje hace poco... - Dijo Kokichi mientras su madre lloraba.
- Dime quién fue! - Dijo la madre agarrando las frías manos de su hijo.
- Shinguji...... - Fue lo único que logró decir antes de romper en llanto.
Su madre sólo lo abrazo mientras fruncia el ceño, si Kiibo no sabía ella se encargaría.
Además de que sabía de quién hablaba su hijo puesto a que en una época había estado enamorado de ese muchacho y en esa época había hecho sufrir mucho a su hijo.
Sin embargo en ese momento no sabía muy bien que hacer, además de que la alegre y confiada voz de Kokichi no volvía de ninguna manera, y este se había rehusado a hablar con Kiibo a pesar de la insistencia de su madre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras tanto Kaede estaba en su habitación con una enorme sonrisa, estando segura de que ya habían hecho sufrir demasiado a esos dos estorbos era hora de tomar el mando de toda la academia.
- El dinero está al alcance de mis manos... - Dijo Kaede con una enorme sonrisa viendo como el cielo se nublaba.
Los rayos del sol se ocultaban tal y como la sonrisa de aquellos dos chicos también cesaba.
Faltaba aún un largo tiempo para que Rantaro y Kiibo regresaran por lo que estaría lista para darlo todo a cambio de todo el dinero que ellos poseían.
La verdad es que su ambición era tanta que ya ni se preocupaba por su hermana enferma, si se diría que así fuera, se irá junto con su primo al cielo.
- Lo siento mucho Kanae . . . . . . . pero tú no estás en mis planes... - Dijo Kaede viendo el anillo con rubíes que era de su hermana.
Hija única, única herencia.
Dinero, dinero y más dinero, solo eso le importaba a aquella rubia quién agarraba su teléfono.
Era hora de meter un poco de amenazas para poder proseguir con el juego.
