SIETE

127 14 2
                                    

"FLASH, CLOROFILA, JUSTIN BIEBER Y UN PEDIDO PARA FINNICK ODAIR"

Vaya... Ahora viéndome al espejo, creo que me tomé muy en serio eso del poder herbáceo. ¿Tinte verde, Everdeen?

Me veo bien. Es una imagen de mí misma que me agrada. La cosa es que no quiero llamar la atención con esto; es inevitable, lo sé, pero no lo he hecho para que las personas se asombren por el cambio radical en mí. Sólo quería intentar algo nuevo, hallarme un poco dentro de todo este lío de futuro y relaciones amorosas.

Es por eso que llego a clase con una gorra en mi cabeza. Espero con toda el alma que los profesores no lo noten y me hagan deshacerme de ella. Sé que eso no evitará que el color reslte, aunque frenará un poco el impacto, creo yo..., eso espero.

Conío en que como es la primera clase del día, nadie lo notará demasiado. Todos estamos dormidos y rogando por que esta hora se acabe para poder conseguir algo de descanso y comida, aunque sea por ese lapso de cinco minutos que se nos otorga entre clases.

He optado por no usar mucho maquillaje hoy y por vestirme con una sencilla playera blanca, jeans y tenis de piso. Llevo una sudadera para combatir el frío. Por más nueva Katniss y todo ese rollo motivacional que me eche a mí misma, todavía estoy procesando mi ruptura con Gale y conmigo misma. Necesito un tiempo, un respiro de todo.

Como quedo de verme con Peeta en las jardineras para seguir discutiendo acerca de nuestro proyecto, ese el primer lugar al que me dirijo durante mi descanso largo..., claro, después de una rápida parada al sanitario. Se supone que hoy es el único día que no compartimos clase, así que espero que se comporte, porque estoy aportando tiempo valioso de mi periodo de paz interior.

Llevo mi comida conmigo, aunque sea mi sándwich de Nutella tenía que alegrarme un poco la vida.

Encuentro a Mellark sentado en una mesa con sombrilla y cuatro sillas. Tiene lo que parece ser un pedazo de pizza en un plato y parece estar bastante concentrado en un par de papeles.

—Hey, no sabía que algunas ratas sabían leer —saludo. coloco mi mochila en la silla de junto y comienzo a sacar papeles y comida para acomodarla sobre la mesa. Él ni siquiera me voltea a ver, continúa repasando una y otra vez lo que sea que diga esa hoja que sostiene. Finjo un carraspeo  a ver si así se digna aunque sea a mirarme—. Tenemos treinta minutos para discutir esto, así que sugiero que...

—Ya, ya... Un segundo. Tengo este exámen y anoche no terminé de estudiar.

Le echo un vistazo más analítico. Su ceño está fruncido, muerde su dedo pulgar mientras lee, su pierna derecha salta ansiosamente, apenas ocupa una porción de la silla, está inclinado hacia adelante y apoyado con un codo sobre la mesa. Él murmura en voz baja y repite lo mismo al menos tres veces antes de pasar a otra cosa. Parece que se toma muy en serio eso de pasar esa prueba, poeque nunca lo había visto así.

Decido que no va a lograr nada estudiando con esa técnica. Sólo se provoca más y más ansiedad y su cerebro terminará revolviendo información. Escojo un momento y le arrebato la hoja.

—¡Ey, eso es mío, devuélmelo! ¡Casi termino, lo juro!

—Cállate y contesta —ordeno simplemente. Leo un momento su hoja antes de realizar una pregunta— ¿Cuál es la segunda Ley de Newton?

Se queda evaluando si mis intenciones son sinceras, sólo por un segundo. Parece decidir que su prueba es más importante y se pone a buscar en su cabeza la respuesta a mi pregunta.

—Establece que si una fuerza neta es aplicada en un objeto, la velocidad del objeto cambiará dado que su dirección o rapidez cambiará... ¿Estás ayudándome?

LOVE IS A LOSING GAME | EVERLARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora