DIECISÉIS

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"PASADO Y FUTURO"

Puede parecer que la atención pública ya no está puesta en mí desde que intenté hacer algunos cambios en mi vida, pero no es verdad. Mi estado de popularidad por ser una ehm... plástica... Eso ha desaparecido, pero la gente no deja de saber quién eres porque ya no le agrades. A algunos les ha gustado el cambio y para ellos no he dejado de ser una figura pública; para otros simplemente soy un gran chisme.

Lo que quiero decir es que no importa si llevo el cabello morado, naranja o verde o si estoy saliendo con uno u otro chico, los ojos siguen estando puestos en mí, los rumores corren, las personas hablan... Y por eso es que si yo cruzo una sola palabra con Peeta, Gale lo sabe; si cruzo una palabra con Gale, Peeta lo sabe; si decido pedirle un lápiz a cualquier otro adolescente masculino, todo el jodido mundo lo sabe.

Y el baile está a la vuelta de la esquina. No hay quien no se pregunte «¿Con quién irá Katniss?». Es como el trending topic de la preparatoria Fulvia Cardew. Todo el mundo apuesta por sus teorías, como si fuera un jodido fandom peleándose para que su OTP se haga canon. Lo irónico es que yo tampoco sé con quién iré al baile, y como veo el pronóstico hasta ahora, terminaré yendo sola o no asistiendo en lo absoluto.

Aun así, acompaño a Johanna a seis centros comerciales para buscar nuestros vestidos. Annie y Madge se nos unen alguna vez y ellas tienen la suerte de encontrar su atuendo perfecto al primer intento. ¡Pero qué envidia! Ellas están pagando en caja mientras yo sigo abatida en el probador, decidiendo si me importa verme gorda o no en un vestido.

Termino eligiendo uno muy sencillo, negro, de escote en picada y con la falda más corta en el frente que en la parte posterior, de tirantes gruesos. Es precioso. Y estoy aliviada de haber conseguido algo luego de tantos intentos. Papá ofreció pagarlo, así que le llamo cuando estoy en la caja, pensando en que tengo el par de zapatos perfecto en casa. De cualquier forma, si termino decidiéndome por no ir a esa cosa, tendré un bonito vestido en mi armario.

...

El día llega pronto. Después de pasármela toda la mañana lamentándome en mis cobijas, me obligo a salir de la cama a comer algo y después no pierdo tiempo en arreglarme. Algo simple, pues no quiero llamar más la atención y el maquillaje pesado ya no es lo mío. La entrega de diplomas ha sido ayer. No he podido dejar de notar cómo Peeta recibía un reconocimiento por ser uno de los promedios más altos de la generación y le han ofrecido becas deportivas de varias universidades, al igual que a Gale. Los he visto hablando con algunas personas que deben ser representantes de las universidades.

Con unas cuantas personas más he subido al escenario a interpretar alguna canción de despedida, después me he ido a casa.

Prim y papá llamaron, al igual que Thresh. Me felicitaron y prometieron estar conmigo en cuanto pudieran. Prim todavía tiene un mes más de clases y Thresh no saldrá de los entrenamientos hasta que les perdonen un día festivo, lo que significa que tendré que esperar y confirmarme que una comida compartida con mamá.

Mientras mi celular reproduce mi playlist en Spotify, termino de hacer un tercer intento de delinearme un maldito ojo. Ha quedado más chueco que derecho, pero es lo mejor que voy a lograr, así que lo dejo estar.  Me calzo los zapatos y escucho el timbre sonar, aunciándome que Johanna ha llegado ya por mí.

Bajo las escaleras asegurándome mentalmente de no estar olvidando nada y abro la puerta de un tirón, lista para admirar su vestido.

—¡Hola, chica! ¿Qué tal la...?

LOVE IS A LOSING GAME | EVERLARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora