DIECINUEVE

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"AMOR POSTRAUMÁTICO"

Al escuchar la puerta abriéndose, corro hasta el estéreo para subir el volúmen. Entonces, cuando la cara de Gale aparece frente a mí, presiono el botón que será su perdición. De nuevo, como hace unas horas mientras espiaba entre sus cosas, una melodía tex-mex se adueña del espacio y, al parecer, de Gale, porque su cara cambia a una expresión que nunca le había visto tener.

Ni siquiera su rodilla malita le impide llegar a donde estoy yo en un tiempo récord, como en sus días de fútbol, cuando estaba a un paso de firmar contratos de millones de dólares y entonces ¡Zaz! Se lastimó la rodilla en las pruebas de reclutamiento. Y después de eso ya jamás pudo jugar como antes. Quizás no hasta ahora.

Tiene cara de querer taclearme contra la ventana, sin importale que estemos en un tercer piso.

—¡Apaga eso! —exige mientras rodamos en el suelo.

—¿Por qué? Creí que te gustaba, es tu disco, al fin y al cabo. Y Selena Quintanilla es de otro mundo.

—Peeta calla eso ya, ¿quieres? Antes de que...

—¿De que yo lo escuche? —una tercera voz se nos une. Una voz bastante conocida. Volteo a verla sin poder creer que se trate de ella, y es ese momento en el que Gale aprovechar para empujarme y cortar la música. Me levanto, sin importarme nada que el momento de molestar a un amigo haya terminado. Lo importante es la mujer en un vestido blanco frente a mí.

—¿Madge? ¿Eres tú?

Sonríe mientras me confirma con un movimiento de cabeza que, en efecto, se trata de ella.

—No has cambiado en nada, Peeta.

—¡Madge, por Dios, cuánto tiempo!

—Ocho años, exactamente, ¿pero quién lleva la cuenta?

Ella se acerca a darme un buen abrazo que le devuelvo. No puedo creer que ella esté aquí. Luce muy bien y me da gusto ver que parece contenta.

Y si ella está aquí, significa que quizás, después de tanto tiempo, por fin pueda saber algo sobre Katniss.

—Bueno, bueno, ya. Mucho abrazo, ¿no?

Nos separamos al escuchar la voz de Gale. Y de pronto lo recuerdo. Gale. ¿Qué hace Gale con Madge?

—Tranquilo, cariño, sólo saludaba aun viejo amigo mientras tu te ocupabas de lo que sea que fuera eso.

Espera, ¿ella dijo cariño?

—Ya, pero Mellark tiene una fama de roba-mujeres, que mejor me ando con cuidado.

Ruedo los ojos, pero no digo nada, al fin y al cabo no está tan lejos de la verdad...

—Es porque siempre he sido más atractivo que tú —bromeo—. Así que... Ustedes dos... ¿están juntos?

—¿Y tú qué crees, idota?

Acostumbrada, quiero pensar, Madge se rie de la brutalidad de Gale. Pone una palma en su pecho como para calmarlo y me da una mirada de disculpa.

—Pero... ¿desde cuando? —les pregunto confundido. Ellos parecen tan cercanos que deben de haber pasado una buena cantidad de tiempo conviviendo. No recuerdo que fueran muy amigos en la escuela.

Lo que parece todavía más extraño, ella parece confundida por mi pregunta.

—Creí que tú lo sabías, Gale y yo nos reencontramos hace unos meses en...

—E-en el centro comercial —corta Gale, como de un tijerazo, firme e improvisado—, en el centro, allí..., sí. Madge compraba pantalones y... Nos... Nos encontramos.

LOVE IS A LOSING GAME | EVERLARKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora