Ascenso (Mafia turca)

VIII

Beyhan Aksoy.

El aeropuerto internacional de Estambul era uno de los más grandes en los que he estado, tampoco he estado en muchos, pero el de mi ciudad siempre me absorbía. Con una capacidad de hasta 150 millones de pasajeros era mi aeropuerto favorito.

- Tenemos suerte, viaje directo a México, llegaremos a la ciudad y de ahí tendremos que tomar otro corto vuelo a Sinaloa donde el Cartel de Sinaloa - Hasret anuncia feliz de que casi no haremos escala, pero a Ali no le agrada mucho la idea.

- Hay de dos o se me duerme el trasero o voy a llegar a México con un dolor en el coxis, ¿No podemos hacer una escala? No sé, en España o en Londres - La sugerencia de Ali no fue muy del agrado de Hasret.

-Estamos a menos de hora y media de que salga nuestro vuelo, no lograremos cambiarlo a estas alturas, además no podemos llegar después de la hora estimada, los del cartel ya tienen nuestra hora de llegada y no voy a cambiar nada - Examino la casa de mis padres.

En una esquina están Bellinay y Hamza quien anda más posesivo con ella desde el aviso del loco del edificio. Reprimo el impulso de rodar mis ojos con asco, para mi fortuna, Halima se acerca a mí.

Vamos a estar dos semanas sin vernos, nunca habíamos estado tanto tiempo separadas, quiero a esta chica como a una hermana.
Rescatamos a Halima hace casi 6 años.

Ella se aferró a mí desde el momento en el que vio como me enfrentaba de aquellos hombres, tiempo después ella me devolvió el favor; hemos sido muy unidas desde entonces, sin ella no sé qué habría sido de mí, le debo el hecho de estar aquí.

Ella ya no es la chica de 16 años que fue rechazada por quien sería su futuro esposo y vendida por su padre a un asqueroso burdel.
Y yo ya no soy la chica de 19 años que no conocía la crueldad y malicia.

Me abraza fuertemente - No me vayas a marcar a las 3 de la mañana, yo si duermo - sonrío y la abrazo un poquito más fuerte - No prometo nada -.

Nos separamos - Necesito que sigas al pendiente de todo, no debes parar con la investigación - Simplemente asiente.

Me acerco a Ali y Hasret mientras anuncio que es momento de irnos por el otro lado Hamza aún no se ha dado cuenta de que ya nos vamos.
-Es hora de irnos- Besa posesivamente a Bellinay mientras envuelve su cintura con su brazo - Luego se besan y hacen todo lo que quieran, mientras más rápido nos vayamos más pronto regresamos-.

La interrupción no fue del agrado de mi hermano, pero me importa muy poco. Nos despedimos de nuestros padres y una vez el automóvil se mueve observamos como lanzan agua. Viejas costumbres.

Una vez llegamos al aeropuerto y nos embarcamos al avión privado cortesía de un empresario, más de10 horas en avión.
Bien, ocuparé ese tiempo para dormir.

Dormir solamente seis horas no era lo que esperaba, pero me conformo, al menos ahora puedo dormir un poco más sin soñar con ello.

Aun cuando caminábamos en los pasillos del jet no fue agradable llegar a México con ganas de no volver a sentarme en un avión y sabiendo que tenemos que volver a tomar un vuelo.

-La próxima vez que ellos vayan a Estambul, no vuelvo a hacer un viaje tan largo, ¿Por qué tuvimos que viajar nosotros y no ellos? - La persona que los miembros del cartel pusieron a nuestro servicio aún no aparece y aprovechamos ese tiempo para estirarnos.

-Por qué somos los "nuevos" y es tradición que el nuevo vea al viejo -
10 minutos después vemos a un hombre de posiblemente 30 años.
Nos pide amablemente que lo sigamos y lo hacemos.

Tan solo vemos el otro avión tomamos un fuerte respiro, ahí vamos de nuevo. Tratamos de matar las dos horas de vuelo con cualquier cosa que se nos ocurra.
Llegamos a Sinaloa y ahí nos encontramos con nada más y nada menos que algunas de las familias que conforman el cartel.

Las familias Cáceres Salazar, los Zamabada García, los Guzmán Loera, las familias más importantes.

-Bienvenidos turcos - Nos saluda el líder de los Guzmán - Gracias a las familias del cartel por recibirnos -
-Es una lástima que no todos lograron estar, pero nosotros somos las familias principales, con el tiempo conocerán a las demás familias-.

Un tortuoso transporte en carro donde nuevamente tenemos que estar sentados y un afortunado recorrido a pie son las primeras actividades en las tierras mexicanas.

Con un sol algo similar al de mi país, la sensación del sol en mi piel es familiar brindándome un sentimiento parecido al que tengo en mi país. Posiblemente no extrañe tanto a mi hogar en estas semanas.

Una vez fuimos instalados en una casa con seguridad por parte de los lobos grises y por parte del cartel.

-Los dejaremos descansar el resto del día, mañana empezaremos con las negociaciones y lo que sea que tengamos pendiente -