Robin Hood Book.

Tres.

AU moderno escolar.

Mención de ships gays.

《Todo Comenzó cuando tuvo que cambiarse de escuela》

Scarlett.

No mentiría, tenía curiosidad.

No soy una persona muy observadora pero era obvio que Julieta le tenía un gran odio a Marian.

Se que te dirás "Scarlett, ¿Que te hace pensar eso?" Bueno, quizás son las fulminantes miradas que mi ''amiga" le dirige o también pueden ser sus comentarios, sin embargo, Julieta es chica muy sincera. Sin pelos en la lengua como dirían.

Julieta no es una mala persona. Es amable, ocurrente, a veces agresiva e impulsiva pero es parte de su personalidad y también es divertida.

Pero volviendo al tema, tenía curiosidad.

Apenas llegue hace poco a la escuela y no tengo la menor idea de las historias que se halverguan ahí. Le pregunté a Julieta pero ella, como muchas veces más, no contestó.
Y cuando tengo curiosidad, no puedo detenerme hasta saber.

-¡Scarlett! -gritó Robin con su horrible voz.

Okey, no. La voz de Robin no es horrible, simplemente no tengo ánimos de escucharla.

-¡Scarlett! -Volvió a llamarme. Arrugó la boca y salgo de la cocina a paso pesado.

-¡Te toca atender! -chilló irritado.

¿Donde estamos? Estamos en la pastelería "Dulces Recetas". Hace un mes que abrió y tiene varios clientes.

Cuando digo varios no me refiero a que se llena y hasta hay fila para atender. No, claro que no. Pero hay los suficientes para que una sola persona no sea capaz de hacerlo.

Según mamá, las primeras dos semanas fueron demaciado tranquilas; en la tercera llegó más clientela y al cumplir el mes no podía sola.

Entonces, Robin y yo le estamos ayudando después de clases. Mientras ella sirve los pedidos y cobra, nosotros los llevamos a las mesas.

Aquí no sólo se venden pasteles, sino otros tipos de repostería o panes. Hay bebidas y entre esas cosas que venden las pastelerías.

-¿Que mesa? -Pregunté sin ganas.

Señaló la que esta al fondo, cerca de la puerta. Le quitó la pequeña libreta verde que tiene en las manos y me dirijo hacia allá.

-Buenas tardes -saludo cortes a la chica de veintitantos años- ¿Que desea?

-Una dona de chocolate y un capuchino.

Anoté el pedido y después de sonreír  para no parecer grosera, claro, me fui a entregarle el pedido a mi madre que en cuestión de minutos me mando de nuevo a dejárselo.

No esperaba mucho realmente, es el tercer día que hago esto.

__

-¡Que increíble! -Exclamo Julieta maravillada por las historias de mi primo.

Julieta conoció a Robin a los pocos días de conocerme a mí, creo que fue al tercero.
Al ser nueva, no tenía tanto que hacer y la seguía a la mayoría de lados que fuera y Robin se nos pegó.