La vida de Fernando y Leticia Mendiola era una vida envidiable. Todas las personas en sus vidas los admiraban por la pareja tan fuerte y amorosa que demostraban ser cuatro años después de su preciosa boda.
Su boda fue un sueño. Doña Teresita y Doña Julieta fueron un equipo indestructible para convertir en realidad el mas precioso de los cuentos de hadas. El vestido de Lety era hermoso, y aunque a la fecha de la boda su embarazo comenzaba a notarse, no era evidente con la forma que el vestido adornaba su cuerpo. La sonrisa de Fernando era magia pura. Los votos fueron perfectos. La recepción lo mas divertido que nadie había vivido. Y aunque la luna de miel en Cuernavaca fue corta, el tiempo no le restó la misma magia de los últimos tiempos para ellos.
Hasta ese momento, habían pensado que no existía una felicidad mas grande, cuando la llegada de su hijo les comprobó lo equivocados que estaban. Liam Mendiola Padilla llegó a su mundo una madrugada de febrero, trayendo a sus vidas todo el amor que nuca supieron que les hacía falta.
Liam fue un niño feliz y saludable desde su nacimiento. En el mundo entero no había un padre más dedicado a su hijo que Fernando Mendiola. Lety, como él siempre lo había sabido, era una mamá fenomenal. Pero para Fernando su hijo era lo más preciado que jamás había tenido. Desde que llegaron del hospital el estaba completamente entregado al cuidado de su hijo hasta el punto que protestó el hecho de que solo Lety lo pudiera alimentar su primer año de vida.
Fernando tenía una conexión única con Liam. Cuando Fernando llegaba a casa, el rostro del niño se iluminaba más que la misma luna. Cuando dio sus primeros pasos, Fernando no tardó en salir corriendo a comprarle todas las pelotas para todos los deportes habidos y por haber. Desde que el pequeño nació, Fernando se prometió a sí mismo que el estaría ahí para enseñarle a su hijo todo lo que el necesitaría aprender de la vida. Las tardes las pasaban en el jardín corriendo, jugando y riendo.
Al ver a su esposo disfrutar de su hijo con tanta felicidad, Lety se sentía la mujer más plena de todo el mundo. Sabia que no se había equivocado al decir que Fernando sería su razón de vivir, y Liam era la extensión más perfecta de Fernando que jamás podría existir.
Fernando no cabía en su propia casa del orgullo y amor que le inspiraba su hijo. Todo lo que hacía, cada nuevo proyecto de trabajo que emprendía, todo era para Liam. Ver a su hijo jugar en presidencia con su carrito dorado o correr por los pasillos haciendo enojar a Luigi eran de las cosas favoritas de Fernando.
En los últimos cuatro años, Conceptos había salido de todas sus deudas, se había expandido al mercado extranjero, y ahora producía uno de los programas infantiles mas exitosos de todo el país. Y lo que mas orgullo le provocaba era que en poco tiempo regresó a manos de su familia, y ahora era la propiedad absoluta de las familias Mendiola-Padilla; y lo sería para siempre.
Para Lety, ver a su esposo tan realizado en su presidencia y en su rol como padre y esposo, la hacían la mujer mas feliz del mundo. El orgullo que sentía por él era inmensurable, y a diario se le acababan las formas de demostrárselo.
Fernando Mendiola era un hombre de simples placeres, y pasar tiempo con su familia era lo único que lo llenaba plenamente. Lety aprendió a cocinar y descubrió que le gustaba mucho más hornear postres. Diario corría a casa con el tiempo justo de prepararle una cena elaborada a su esposo para que pasaran la tarde como mas les gustaba; juntos entre risas y carisias amorosas. Cuando Liam por fin se dormía, Fernando y Lety se reencontraban como la pareja de enamorados que eran en la habitación que guardaba los mejores de sus recuerdos.
Su vida era perfecta... y la de sus seres queridos también.
Omar Carbajal, poco a poco había dejado de ser el animal que había sido desde que nació, para convertirse en un hombre digno del amor de Carolina Ángeles. Juntos habían creado una vida muy similar a la de Fernando y Lety, habiéndose casado un año atrás, y esperando ansiosamente el nacimiento de su hija Sofía. Cada vez que se reunían, terminaban en la inevitable pelea acerca de cómo Liam debía mantenerse muy lejos de Sofía, o como Sofía no podía romperle el corazón a Liam. Al final de cuentas siempre terminaban riéndose por hablar tanta tontera cuando sus hijos eran unos pequeños inocentes.
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La Fea Más Bella: Amor del Bueno
Fanfiction"El amor verdadero es como un fantasma del que todos hablan, pero muy pocos han visto." A lo largo de la vida nos han dicho que el amor llega de diferentes formas y en diversas maneras. A través de los años lo han comparado con perfumes dulces y fue...