Capítulo 13: Honestidad.

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Fernando Mendiola estaba tirado en el sofá de su casa sintiendo el peso de sus malas decisiones sobre su cuerpo. Su intención al llegar a aquel bar había sido tomar hasta perder la conciencia. Cuando iba por su tercer whiskey, entró una banda de motociclistas que llevaban toda la pinta de matones. Dos o tres sandeces fue todo lo que necesitó para encender la furia de aquel grupo y consiguió su objetivo; una paliza que acabara con su vida.

Y por un momento estuvo seguro de haberlo conseguido, porque de la nada apareció su Lety, su ángel, para salvarlo.

Al sentir el abrazo de ella asumió que estaba en el cielo, pero ahora el dolor en su cuerpo era tan latente, que, si de algo estaba seguro, era de que seguía vivo. Un fuerte ardor en las costillas amenazaba con robarle el aire, la hinchazón sobre su ojo izquierdo pesaba como si fuera un ladrillo, y el dolor de cabeza parecía que se la rompería en dos.

A lo lejos pudo escuchar a su Lety despidiéndose de alguien y luego la puerta de la cocina. Su Lety no se había ido, y aunque no lo mereciera, le rogó al cielo para que se quedara a su lado y le diera la oportunidad de contarle su verdad. Si ella lo escuchaba, y decidía que no lo podía perdonar, solo sería cosa de regresar al bar para que la banda terminara lo que había comenzado.

Claramente pudo escuchar los pasos de Lety acercarse a el y quiso abrir los ojos, pero el izquierdo le dolía demasiado.

"Ay Don Fernando, ¿Por qué hace estas cosas?" Le susurró Lety agachándose para acariciar su rostro.

"Porque lo mínimo que merezco es la muerte Lety." Le contestó él con los ojos cerrados. "Porque jugué con usted, jugué con Marcia, perdí la empresa, llevo meses mintiéndole a mi familia, soy un egoísta, un cobarde... Lety yo no merezco que usted esté aquí cuidando de mí. No quiero que me vea así. Pero por favor, escúcheme..."

"Sshhhh. No diga esas cosas Don Fernando." Lety levantó su cabeza con una mano para sentarse y recostarla sobre sus piernas. En un algodón echó agua oxigenada y comenzó a limpiar la sangre que se había secado sobre su mejilla. "Don Fernando, nadie puede negar que usted ha cometido muchos errores, pero..."

"Lety" La interrumpió él, apretando los ojos cuando le puso una manta con hielo sobre el hinchado. "Yo he cometido una multitud de errores, pero como le dije el otro día, el peor de ellos fue engañarla a usted." Fernando acarició su mano, quitando el hielo de su rostro para esforzarse y mirarla a los ojos. "Lety, yo la engañé. Nuestra relación comenzó como una estrategia para conservar Conceptos." Esas dolorosas palabras que tanto había evitado pronunciar dejaron un sabor amargo en su boca, pero el necesitaba decir su verdad. "Pero vea Lety, cuando yo me di cuenta de que usted estaba enamorada de mí, ya era demasiado tarde. Debí dejarla, debí alejarme, pero no pude. O más bien, en mi egoísmo, no quise. Y no por la empresa. Mi Lety, yo me enamoré de usted de una manera tan profunda que me cambió la vida." Don Fernando tragó audiblemente. "Yo se que después de todo lo que escuchó hoy eso le puede parecer extraño, pero le juro que es la verdad."

"Yo quiero creerle Don Fernando, pero..." Lety estaba sorprendida por el nivel sobriedad de Don Fernando. "Usted está muy mal. Por favor, déjeme llevarlo al hospital."

"Lety, yo estoy bien. No necesito de ningún doctor. Lo único que necesito para seguir vivo es su amor." Fernando se sentó, ignorando la protesta de su cuerpo adolorido y la tomó de ambas manos. "Escúcheme por favor. Desde un principio, todo lo que hice fue por estúpido. Usted mejor que nadie sabe lo turbulenta que ha sido mi presidencia. Usted es la única persona que me ha demostrado lealtad y confianza desde que estoy en esta posición. Por eso, para mí fue muy fácil poner mi empresa a su nombre para salvarla de los bancos. El embargo se hizo efectivo y la empresa quedó en sus manos. Cuando eso sucedió, usted comenzó a contar con Tomas para que la ayudara; su tiempo era consumido por Conceptos y alguien tenía que hacerse cargo de Filmo Imagen. Con Tomas envuelto en todo empezaron a suceder cosas que comenzaron a preocuparme. Usted hablaba mucho de su novio rico..."

La Fea Más Bella: Amor del BuenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora