"No sé de dónde saco fuerzas para rechazarlo." Leticia escribía en su diario entre dolorosas lágrimas, recordando su enfrentamiento con Don Fernando en la oficina. "No sé de dónde saco fuerzas para resistir a la tentación de estar con él, a pesar del engaño. Sigo cayendo a sus pies cuando me mira, cuando me habla. Todavía estoy muy débil y todo me lastima. Me lastima porque lo amo. Me lastima porque mientras yo me estoy muriendo por él, él apenas y sufre por su empresa. No por mi indiferencia y mucho menos por mi ausencia. La verdad es que soy incapaz de quedarme con la empresa de Don Fernando, aunque se lo merece como dice Tomas. Es que fue tan egoísta, tan mezquino, tan... tan pequeño. Pero va a llorar. Va a llorar más de lo que yo estoy llorando por afuera y por dentro. Todo lo que estoy haciendo es para convencerlo que le estamos quitando Conceptos, aunque no sea cierto. Lo estoy convenciendo de que le voy a quitar su empresa adorada; lo único que le importa en la vida. Se merece sentirse amenazado. Se merece el castigo..."
Después de descubrir el engaño del hombre que había considerado el amor de su vida, Leticia Padilla Solís pensó que vengarse de él sería fácil. A pesar de su dulzura e inocencia, decidió armar un plan para convencerlo de que le quitaría la empresa por la cual había decidido engañarla. Tomas, su fiel compañero, su amigo del alma, le había prometido apoyarla en todo, y sabría que lo cumpliría.
Un nuevo día alumbraba la Ciudad de México mientras Lety esperaba a su jefe en su oficinita, recordando el día que encontró esa carta que le destruyo la vida y le deshizo el corazón. Cuando Don Omar llegó de su viaje, Lety pudo escuchar y confirmar a través de la puerta que conecta a presidencia con la sala de juntas, como ambos habían tramado la segunda desgracia más grande de su vida, mientras Don Fernando le pedía a Don Omar que le escribiera una nueva tarjeta. Don Fernando le exigía que fuera especial, profundo... mientras Lety del otro lado de la puerta no podía contener el coraje. El teléfono de su oficinita comenzó a sonar y tuvo que dejar sus juegos de espía para otro después.
Del otro lado de la línea, estaba Tomas, contándole a su jefa que ya había tramitado un préstamo que Conceptos necesitaba, y le pidió a su amiga que lo encontrara en la agencia de coches para aprobarle el que él escogió. Después de muchos cálculos y estrategias de convencimiento de parte de Tomas, Lety accedió a que compraran uno deportivo precioso sin importar el precio.
Tomas estaba feliz de la vida manejando el lujoso auto de regreso a la empresa alternando su mirada entre el camino y su mejor amiga.
"¿Qué pasa Tomas, que tanto me vez?" Le preguntó Lety, perturbada por su comportamiento.
"Lety yo sé que tú quieres vengarte de Don Fernando y yo te apoyo en lo que sea, pero Lety, ¿te sientes bien?"
"¿Qué pregunta es esa Tomas? ¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra?"
"Es que Lety, andas muy pálida y no probaste ni un bocado del almuerzo. Es más, si mal no recuerdo, esta mañana yo me comí tu desayuno sin ninguna objeción de tu parte. Lety me preocupa que con todo esto termines enferma."
"Estoy bien Tomas. Solo ando con el estómago revuelto, creo que por tantas preocupaciones. Todos estos choques de emociones me han dejado exhausta, pero estoy bien."
"Está bien jefa, si tú lo dices." Tomas se encogió de hombros no muy convencido.
Cuando llegaron a Conceptos, Tomas ayudó a Lety a bajarse, y como se lo prometió, la recogió esa noche para que lo pusiera al tanto de cómo iba todo con su jefe. Para Tomas no pasó desapercibido el hecho de que Lety se fue a la cama sin cenar.
A la mañana siguiente, Lety se sentía peor del estómago, pensando que a lo mejor Tomas tenía razón y por andar pensando en venganzas acabaría enferma. A pesar de su malestar, decidió desayunar para no escuchar los reclamos de Tomas y no darle mucha importancia ya que tenía planes serios para hacer sufrir a su jefe ese día. Esa mañana, ella había insistido en manejar ya que parte de su plan era quedarse con el coche e invitar a sus amigas a almorzar. También quería que Tomas refrescara su closet así que se dirigieron a uno de los tantos centros comerciales en el área, pero Lety tuvo que detener el coche a medio camino, sacándole un susto a Tomas. Sin darle ninguna explicación, se bajó del auto y le dio la vuelta para vomitar precisamente a la orilla de la carretera.
"Lety. Lety. ¿Qué te pasa, estas bien?" Le preguntó Tomas desde el coche.
"Claro Tomas. Espérame tantito." Le gritó Lety desde atrás del coche, limpiando su frente con la manga de su suéter. Después de un momento, regresó al coche, sentándose en el lado del pasajero pues Tomas se había cambiado al del chofer. "Perdóname Tomas, no sé qué me pasó." Lety sacó la botella de agua que siempre llevaba en su bolsa.
"Lety. Lety. Ya me tienes muy preocupado jefa. Yo no quiero meterme donde no me importa, pero... ¿Te has puesto a pensar que sucedería si estuvieras... pues... embarazada?"
"Imposible Tomas. Seguro es el estrés o algún virus que anda rondando por ahí. Don Fernando jamás cometería un error de ese tamaño, ya te lo había dicho."
"Yo sé lo que me dijiste, pero también sé lo ingenua que eres cuando de hombres se trata."
"Hay yo no quiero hablar de eso Tomas, que vergüenza." Lety lo pensó por un momento. "Pero yo sé lo que te digo. Él ha cuidado su soltería muy cautelosamente, sobre todo conmigo."
Tomas y Lety continuaron con sus planes para el día, pero Lety no se podía sacar de la mente su conversación con Tomas. Él había sembrado la semillita de la duda y ahora Lety no podía pensar en otra cosa. Cuando fue a almorzar con sus amigas, invitándolas al famoso LeNoir, había conseguido precisamente lo que quería, atormentar a Don Fernando convenciéndolo que esa salida era patrocinada por Filmo Imagen. Al regresar a la empresa, se fue directito al baño, devolviendo absolutamente todo lo que había ingerido minutos antes. "Hay Tomas, todo esto es obra de mi subconsciente después de que me llenaste la cabeza de ideas." Lety sabía que era ilógico culpar a Tomas, pero por el momento, la hacía sentir mejor.
Mientras Lety estaba en su oficina dando le vueltas a sus planes al trabajar, Don Fernando y Don Omar estaban en la vicepresidencia atando cabos. Una y otra vez le daban vueltas al comportamiento de Lety. La neurosis de Fernando se había apoderado de él, y le contaba a Omar lo cambiada que estaba Lety últimamente con él. Omar le dejó claro a su estimado presidente que necesitaba controlar a Lety y ponerle un freno a sus gastos; que era necesario que salieran y aclararan sus asuntos de una buena vez.
Cerca de la hora de la salida, Don Fernando le exigió que cancelara sus planes y que se fuera con él para aclarar sus asuntos y Lety había decidido que sería una buena oportunidad para torturarlo, pidiéndole que la llevara al Mesón de San Diego. Fernando estaba emocionado porque por fin saldrían, porque necesitaba sentirla cerca y arreglar sus cosas... pero ella no se permitía ilusionarse con su comportamiento.
Resignada, Lety levantó el teléfono y llamó a su casa. Después de hablar con su mamá y explicarle que llegaría más tarde, habló con Tomas, quien la convenció de dejarlo ir a recoger el coche. "Está bien Tomas, ven por el coche al estacionamiento de Conceptos. Don Fernando me va a llevar a la casa."
"Lety, ¿estás segura de querer salir con él?" Tomas se rascaba la cabeza confundido.
"Sí Tomas. Yo sé lo que hago. Se me ha presentado una oportunidad más de atormentarlo y no la voy a desperdiciar."
"¿Y cómo te sientes jefa?" Le preguntó Tomas preocupado por su mejor amiga.
"Igual Tomas, pero eso no viene al caso." Leticia volteó los ojos.
"Letyyyy, mira que eso puede ser peligroso."
"Ay ya Tomas, parale a tu paranoia que me estas contagiando."
"Es que jefa..."
"Es que nada Tomas. Te veo en mi casa y después platicamos. Adiós. Y cuidadito con el coche." Leticia colgó el teléfono, más preocupada que antes, pero no tuvo tiempo para pensar en eso. Don Fernando entró a su oficina y la tomó de la mano para irse, aunque ella se soltó antes de abandonar la presidencia.
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La Fea Más Bella: Amor del Bueno
Hayran Kurgu"El amor verdadero es como un fantasma del que todos hablan, pero muy pocos han visto." A lo largo de la vida nos han dicho que el amor llega de diferentes formas y en diversas maneras. A través de los años lo han comparado con perfumes dulces y fue...