Capítulo 16: Un Nuevo Día.

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Mientras Tomas regresaba, Fernando y Lety se dispusieron a prepararse para el día. Lety estaba distraída, seguramente pensando en su papá, y Fernando decidió darle un poco de espacio cediéndole el baño por completo.

Sentado en su silla roja favorita se dispuso a considerar cuál sería su siguiente paso. Obviamente, hablar con Don Erasmo Padilla sería el primero, pero ¿Qué seguía después? ¡El abogado! Fernando recordó que tenía una cita pendiente con él y sería crucial para decidir el futuro de Conceptos.

Cuando Lety salió a la recamara envuelta solo con una toalla, Fernando tuvo que hacer un esfuerzo sobrenatural para controlar sus ínsitos de macho reproductor y no regresarla a la cama de donde nunca debieron levantarse.

Enfocándose en sus dolencias se metió al baño, sintiendo una profunda vergüenza apoderarse de él al verse en el espejo. '¿Cómo pudiste ser tan idiota Fernandito? Tu familia te necesita. Si serás imbécil.' Moviendo su cabeza de forma negativa, se dedicó a su rutina matutina perdido en sus pensamientos.

Él le había hecho una promesa a Lety la noche anterior y la pensaba cumplir. Esa sería su última estupidez. Desde hoy en adelante, Fernando Mendiola solo viviría para su familia. Su mujer y su hijo eran lo único que importaba ahora. Ellos merecían lo mejor de él, y eso era lo único que estaba dispuesto a darles. Gracias al amor de Lety, Fernando había descubierto muchas cosas que no conocía de sí mismo como su capacidad de amar y el instinto protector que sentía por la mujer que amaba y la criatura que crecía en su vientre.

¿Había Fernando Mendiola en algún momento considerado ser padre?

Nunca.

Pero cuando Lety le dijo que estaba embarazada, algo cambió instantáneamente en él. El sintió la necesidad de protegerla más intensa que jamás había sentido. Frente a ellos no había un peligro literal, y aun así su impulso fue el de abrazarla a su pecho y nunca dejarla ir. En su mente, una película comenzó a reproducirse, enseñándole los sueños que el jamás había imaginado hechos realidad y en su pecho se anidó una añoranza por verlos cumplidos.

Ahora Fernando entendía que solo el amor producía esa reacción. En más de una ocasión a lo largo de su relación con Marcia, habían tenido la conversación inevitable que toda pareja que planea casarse tiene; los hijos. Pero la reacción de él siempre había sido la misma: pánico absoluto. Ahora, después de enterarse que sería papá, pero quien le regalaría ese título sería su Lety, podía decir sin temor a equivocarse que era el amor el que hacia la diferencia. Él nunca amó a Marcia y esperaba que ella algún día lo perdonara por eso. Pero este bebé que venía en camino seria amado sin condición alguna, y su misión en la vida seria demostrárselo.

A lo mejor Fernando Mendiola nunca había pensado convertirse en papá, pero ahora que lo sería, tenía muy claro que haría todo lo que estuviera a su alcance para darle a su hijo todo lo que a él más le faltó en la vida; el amor incondicional de sus padres. Lety sería una madre excepcional pues venia de una familia donde el amor era sobre abundante, y el haría hasta lo imposible por aprender de ella.

"Fernando..." Lety acarició su espalda mientras él se arreglaba la corbata frente al espejo. "¿En qué tanto piensas?"

"En ti. En mi bebé." Fernando se volteó hacia ella y acarició su rostro. "Te amo tanto." Fernando apretó sus labios juguetonamente antes de darle un suave beso.

"Yo también te amo. Pero creo que hablas de mi bebé." Lety lo contradijo juguetonamente.

"¿Nuestro bebé?" Fernando levantó una ceja y acarició su vientre.

"Nuestro bebé." Lety le sonrió con dulzura. "Mi amor, ¿has visto mi liga?"

"¿Tu qué?" Fernando la miró confundido.

La Fea Más Bella: Amor del BuenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora