Capítulo 10: Marcia Villaroel.

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Con pasos impulsados por la furia que sentía, Marcia entró a presidencia para encontrarse con el presidente y su asistente en una situación no tan comprometedora como la de anoche, pero que aun así le confirmaba que nada de esto era un juego.

"Bravo, bravo, ¡BRAVO!" La alta ejecutiva empezó a aplaudir, sintiéndose la mujer más tonta del mundo al no darse cuenta como trapeaban el piso de su propia empresa con ella. "Que hermosa escena mi estimado presidente. ¿No tienen un pañuelo que me presten? Estoy llorando al presenciar tan emotiva escena." Fernando se paró frente a Leticia cruzado de brazos, lo que solo enfureció más a Marcia al ver como el hombre del que pensaba estar tan enamorada, protegía a su asistente. "¡¿Hasta cuándo maldita sea?!" Gritó más enojada aún. "¡¿HASTA CUÁNDO ME IBAN A SEGUIR VIENDO LA CARA DE ESTÚPIDA?!"

"Do... Doña Marcia... Yo..." Lety sentía la necesidad de hablar, pero sus nervios la traicionaban.

"¡CÁLLESE!" Gritó causando que un ligero temblor se adueñara Leticia. "¡USTED NO TIENE QUE DECIRME NADA! ¿O QUÉ ? ¿QUIERE SEGUIR BURLÁNDOSE DE MI JUNTO A ÉL?" Miró a Fernando con odio. "Yo siempre supe que usted no era tan santa como la pintaban, nunca me dio buena espina, pensé que era su alcahueta, pero resultó ser mucho más que eso. RESULTO SER SU AMANTE." Doña Marcia rió sarcásticamente. "De verdad que merecen que los felicite. Me vieron la cara. Jamás esperé esto de ti Fernando Mendiola. Modelos. Actrices. Bailarinas. Esas eran mi tortura. ¿Pero tu asistente? ¿La cosa esta que ni a mujer llega...?"

"Marcia, a Lety no le hablas así. Su único error ha sido amarme y su mayor desgracia que yo me enamorara de ella y le arruinara la vida con mi amor." Fernando levantó la voz por primera vez, pero Marcia rápidamente lo calló.

"¡TÚ A MÍ NO ME PROHÍBES NADA FERNANDO!" Marcia no tenía la más mínima intención de permitirle a Fernando que la siguiera tratando con la punta del zapato. Ya había sido suficiente. Ella le había entregado su vida a ese hombre, tres años de ella, y él la había hecho pedazos. Fernando Mendiola barrió el piso de Conceptos con el autoestima y la dignidad de Marcia Villaroel, arrastrándola hasta un infierno que ella le había permitido crear, pero YA. NO. MAS. "Yo no voy a permitir que me sigas tratando así. A mí me vale si te enamoraste." Marcia volteó a ver a Leticia con dolor. "Pero si en algo estás equivocado es en decir que a ella le arruinaste la vida con tu amor. No. Ella sale ganando. Ella te tiene a ti. Por más que me negara a verlo, la verdad siempre estuvo frente a mí. Nunca fuiste mío. Pero a quien le arruinaste la vida, Fernando Mendiola, fue a mí. Cada día que viví a tu lado fue tiempo perdido y ¿sabes por qué? Porque tú no te mereces nada de lo que yo te di. Te entregué mi vida, dejé que hicieras con ella lo que se te diera la gana, cuando valías tan poco." Marcia rio con descaro. "No Fernando Mendiola tu no vales la pena, al menos no para mí. Tal vez para esta cosa lo valgas todo, pero para mí ya no. Por fin se me calló la venda, lástima que fuera tan tarde. Pero lo que sí no te voy a permitir, ni te voy a perdonar, es que me hayas humillado delante de todo el mundo."

Fernando estaba invirtiendo toda su energía en controlar su furia porque sabía que por más duras que fueran las palabras de Marcia las merecía, pero no pudo evitar su impulso de querer controlar la situación. "Marcia, te quieres calmar..."

"No Fernando. Nada de Marcia. Porque la estúpida de Marcia se acabó, y a mí me vas a escuchar de una vez por todas. Fernando cuando todo el mundo te dio la espalda, cuando tu misma familia, ese padre del que tanto quieres una aprobación, a quien tanto le súplicas para que voltee a verte, te dio la espalda en esa junta de comité votando por Ariel, yo estuve a tu lado. YO. La estúpida de Marcia Villaroel. Me desviví apoyándote, creyendo en ti, me dejé muchas veces de lado... todo por estar al pendiente tuyo. Fuí capaz de darle la espalda a mi propio hermano para que tú cumplieras tu sueño. Yo no vote por ti porque me propusiste matrimonio... No Fernando. Esa fue estrategia tuya. Yo de verdad creí en ti, pensé que podías hacer las cosas que te propusiste, que te merecías por todo tu esfuerzo la presidencia, y no sabes ahorita como me arrepiento de haber estado contigo en los momentos en que más me necesitaste cuando tú jamás lo estuviste conmigo. Tú no tienes idea las noches que pasaba cuando me enteraba que te ibas con modelos, con bailarinas; que dentro de mí empresa te revolcabas con todas ellas. Y aun así te dejé dormir en mi cama, te di amor, ternura, comprensión, respeto, lealtad. Fui incondicional contigo cuando tú no te merecías nada. ABSOLUTAMENTE NADA." Marcia se sentía desesperada y lo único que sabía era caminar de un lado a otro. "Pero ¿sabes algo? La culpa no es completamente tuya si no mía. Mía por ser tan ciega, por dejarme pisotear. Por ver cómo te enamoraste de otra y aun así estar dispuesta a casarme contigo. ¡No sabes lo estúpida que me siento! Todo el mundo me lo dijo. 'Fernando y tu no deben casarse.' Y yo de terca. Ya me imagino como se está riendo el mundo entero de mi después de verte traicionarme con este espantapájaros. Pero quiero que sepas que de mi podrán decir un millón de cosas. Seguramente cosas como '¡Ay, pobre Doña Marcia la fea le quitó a su prometido! ¡Ay, Doña Marcia, ya sabe cómo es Don Fernando! ¡Marcia la dejada en el Altar! ¡La estúpida, la ingenua, la idiota!' Óyeme bien, Fernando Mendiola. Marcia puede ser todo eso y más, pero jamás, jamás volverás a trapear el piso con ella. Ahora entiendo tus noches de desvelos, tus madrugadas plagadas de pesadillas, todo lo que haces por quedar bien con aquella gente que jamás creyó en ti... Yo si lo hice Fernando, pero ahora entiendo porque los demás no lo hacían. Tus padres, mis hermanos, todos te veían por quien eras. Siempre han sabido que es imposible confiar en un hombre tan cínico, tan sinvergüenza, tan mentiroso."

La Fea Más Bella: Amor del BuenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora