Capítulo 12: Leticia Padilla Solís.

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En la casa de los Padilla, Lety estaba acostada en su cama observando como Tomas procesaba todo lo ocurrido ese día. Cuando ella lo llamó, Tomas se asustó mucho. Su amiga estaba llorando y le decía que no se sentía nada bien; le faltaba el aire, le dolía el pecho, y todo le daba vueltas. Tomas la llevó corriendo al doctor quien les dijo que se le había subido la presión gracias a un ataque de ansiedad. Solo necesitaba relajarse con los pies en alto e hidratarse muy bien para sentirse mejor. Cuando llegaron a la casa, Lety comenzaba a sentirse mejor y solo les dijo a sus padres que Don Fernando le dio la tarde libre y subió a su recamara seguida muy de cerca por su fiel amigo.

"Lety, Lety, Lety... Perdóname, pero no le veo lo grabe. Yo entiendo que Doña Marcia se enteró de tu relación con tu jefe de una forma desagradable, pero eso no hace la gran diferencia. Al final del día se enteró. Y por lo que dices, Don Fernando actuó de una forma madura. No intentó defenderse ni justificarse. Lo que sí hizo fue aclarar que lo que siente por ti es real. Lety, a como yo lo veo, Doña Marcia hizo dos cosas hoy: desahogarse, y hablar del Don Fernando que ella conoce. Y aunque ella podrá haber dicho muchas verdades, el Don Fernando que ella conoció y el padre de tu hijo son dos hombres muy diferentes... ¿o me lo vas a negar?"

"No. No te lo puedo negar."

"Lety yo no quiero decirte que hacer, pero debes llamarlo. Con lo que me contaste yo me imagino que Don Fernando no la ha de estar pasando muy bien que digamos."

"Yo no sabría qué decirle ahorita." Ella le dijo sinceramente.

"¿Por qué?"

"Porque lo único que quiero es abrazarlo y decirle que todo va a estar bien, pero el sigue sin confesarme sus mentiras..."

"Lety, pero ¿qué prueba de amor más grande quieres? Si ya dijo que se pudra Conceptos. ¿Esa era tu preocupación no?"

"Si. Pero..."

"Ahí vas otra vez con tus inseguridades Lety."

"No es eso Tomas. Tengo miedo." Lety acariciaba su vientre inconscientemente al hablar.

"Síguele haciendo caso a tu miedo a ver en donde terminas. Hoy te portaste muy valiente frente a esa señora y ahora estas volviendo a dudar del amor de un buen hombre."

"Tomas..."

"Perdóname Lety, no quise hablarte de esa forma, pero no me gusta verte dudando de lo que te mereces. Tu mas que nadie te mereces ser feliz y siento que solo estas buscando excusas para seguir enojada con Don Fernando."

"Tomas... solo quiero que me pases mi celular." Lety le dijo con una sonrisa.

"Uy que importante te escuchaste jefa jejeje." Tomas caminó al escritorio para darle el celular que le había comprado a su jefa esa mañana. Cuando se lo dio a su amiga, ella lo detuvo de la mano.

"Gracias Tomas. No solo por el teléfono. Gracias por todo lo que haces por mí. Gracias por estar tan dispuesto a decirme las cosas que no quiero escuchar."

"Lety, dejaría de ser tu mejor amigo si no lo hago."

"Te quiero tontín."

"Yo mas jefa. Voy a bajar mientras haces tu llamada. Me pegas un grito si necesitas algo." Tomas palmeó la mano de Lety antes de salir de su habitación.

Lety marcó el numero que se sabia de memoria, pero no obtuvo respuesta alguna. Seguramente al no reconocer el número, Don Fernando no quería contestar... Lety decidió marcar una segunda vez antes de mandarle un mensaje de texto.

"¿Bueno?" Una voz desconocida respondió la llamada.

"Buenas noches. Disculpé, ¿marqué al celular de Don Fernando Mendiola?"

La Fea Más Bella: Amor del BuenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora