Capítulo 8: Interrupciones.

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"Lety..." Tomas le habló suavemente mientras manejaba el convertible deportivo hacia Conceptos. "Amiga, ¿estás segura de que quieres ir a trabajar?"

"Si, sí, claro que sí." Leticia hablaba mientras observaba la imagen que le había entregado la doctora. "No te puedo negar que estoy completamente sorprendida, pero estoy bien." Lety se dio cuenta que no debería estar tan sorprendida después de aquella noche, pero realmente la había bloqueado por ser un recuerdo tan hermoso. Fue una noche donde ella imaginó toda una vida al lado de aquel hombre al sentirlo tan sincero. Ahora estaba muy confundida, pero al recordar tantas cosas de esa noche, algo le decía que lo que compartieron ese día no fue parte de los juegos o de las mentiras.

"Lety... ¿Qué se siente?" Tomas la volvió a sacar de sus pensamientos. "¿Qué se siente saber que vas a ser mamá?"

"¿Me creerías si te digo que emoción? Sé que mi situación no es ideal, pero realmente me siento emocionada." Le contestó ella con una sonrisa sincera.

"Qué bueno. Dime, ¿le vas a contar a tus papás? ¿a Don Fernando? ¿Crees que él también se emocione?"

"No creo. Mas bien se enojará. No creo que el recuerde..." Lety se sonrojó al recordar rápidamente los descuidos de aquella noche. "Bueno el punto es que no creo que se emocione. Y de decirle a él o a mis papás... creo que lo mejor es mantenerlo en secreto."

"Ay Lety..."

"Ya sé, ya sé. Pero Tomas, yo no les puedo contar así porque si a mis papás y menos a Don Fernando. Necesito tener un plan, porque mi papá, mínimo, me va a correr de la casa. Y me imagino que Don Fernando va a perder la cabeza cuando se entere."

"No creo que Don Erasmo sería capaz. Pero por si acaso, ahí en mi casa serás más que bienvenida."

"Jijijiji. Sí, tú, Tomas, ¿y dónde nos vas a meter? ¿En el closet de la harina? Jijiji."

"Sería mejor que debajo de un puente, ¿no? Jejeje."

"Gracias Tomas. No sé cómo me enfrentaría a todo esto sin ti."

"Te quiero jefa, y sabes que cuentas con todo mi apoyo. Ahorita que te deje en la oficina, voy derechito a comprarte un celular. Bueno Filmo Imagen te lo va a comprar, pero es la misma idea. No quiero que andes por ahí incomunicada. Si te sientes mal o algo, quiero que puedas comunicarte conmigo rápido, especialmente si yo soy el único enterado de tu estado."

"Tienes razón, gracias Tomas." Leticia guardó los ultrasonidos en su bolsa y la cerró cuidadosamente.

"Para eso estoy. Ya llegamos. ¿Me bajo y te llevo hasta la puerta como el novio amoroso que llevo días siendo?"

"No Tomas. Ese teatrito mejor lo dejamos por la paz. Ahora tengo preocupaciones más grandes que esa."

"Qué bueno jefa. Yo te quiero mucho, pero realmente me da miedo que Don Fernando me quiera golpear por andar detrás de ti. En la colonia todavía se habla de la paliza que le propició a Román y sus secuaces hace poco, jejejeje."

"Jijijiji. Ay Tomas, que cosas dices. Gracias por acompañarme y por todo lo que me dijiste. Te veo en la noche eh." Leticia se bajó del coche y después de saludar a Celso, se fue directo a presidencia.

Al parecer las del cuartel andaban en junta en el baño porque ninguna de ellas estaba en su escritorio. Bueno, ni siquiera Alicia estaba en su lugar. Seguramente andaba con Doña Marcia, y eso le revolvió el estómago. ¿Ya se habrán enterado del espectáculo de la noche anterior? ¿Sería ese el chisme de altura del día de hoy? Lety debatió por un momento ir al baño, pero mejor desistió y siguió su camino. ¿Qué les diría a sus amigas si ese fuera el caso?

Fernando estaba concentrado en su computadora examinando su calendario, cuando Leticia entró a presidencia.

"Buenos días, Don Fernando. Disculpe la tardanza."

"Buenos días mi Lety." Fernando se puso de pie y rodeó el escritorio para abrazarla sin titubear. "Y nada de disculpas. Yo mismo le di la mañana libre. ¿Ya se siente mejor?"

"Si, Don Fernando, gracias." Contestó Leticia recostando su cabeza sobre su pecho para respirar profundamente su perfume, lo que sirvió para tranquilizar un poco su estómago. "Ahora me siento mucho mejor." Leticia sonreía abiertamente, pensando en el bebé que crecía en su vientre.

"¿Está segura?" Fernando la soltó para acariciar su rostro. Algo había cambiado en ella. Esa sonrisa encantadora de la que se había enamorado adornaba su rostro una vez más, y el brillo en su mirada hizo que su corazón latiera con intensidad.

"Claro que si Don Fernando." Le sonrió Leticia. "Mejor me pongo a trabajar. Creo que estoy algo atrasada." Atrasada, pero no de trabajo, sino de otra cosa, jijijiji. Pensó Leticia alegremente.

"No piense en eso ahorita." Fernando la volvió a abrazar. "Déjeme disfrutar este momento. No sabe la felicidad que me da, verla sonreír nuevamente. Por un momento, tuve miedo de que volviera a elevar ese muro que nos estuvo separando los últimos días. Ayer pasamos una noche difícil, pero muy especial. Estuvimos juntos y eso es lo más importante. Volver a sentir sus besos Lety, recorrer su cuerpo, volverla a desear... me regresó otra vez a la vida. Me rescató de la angustia en la que usted me tenía. Me siento feliz de amanecer todavía con la huella de sus labios en mi boca. Yo sé que todo esto es un desastre, pero después de anoche, tengo esperanza de ver la luz al final del túnel."

"Don Fernando... tengo miedo de que esa luz sea un tren que busca aplastarnos."

"No lo diga ni de broma Lety. Estamos muy cerca de ser libres. En unas horas llega mi abogado con una respuesta, y si es afirmativa, nos podremos librar de los Villaroel para siempre."

"Don Fernando, ¿Cómo piensa usted comprar personalmente esas acciones?" Lety se concentró en los problemas frente a ellos y no en la forma que él se refería a su libertad en plural. "¿Por qué ahora?"

"Cómo las compraré es problema mío. Y el por qué lo conoce muy bien. Estoy harto de las mentiras. Harto de estar atado a los Villaroel. Lety, yo..." Fernando dudó por un segundo. "Lety... si yo lo perdiera todo... ¿usted aun me amaría?"

"Don Fernando... yo lo amo por todo lo que es usted, no por lo que tiene."

"¿A pesar de mis mentiras?" La voz de Don Fernando se quebró en la última palabra.

"A pesar de sus mentiras." Lety levantó su cara de su pecho para mirarlo a los ojos romper su abrazo. "Hablando de sus mentiras..."

"Fernandito..." Omar entró a presidencia, haciéndolos brincar para separarse.

"Con... Con permiso Don Fernando." Leticia se retiró dejándolos solos para ponerse a trabajar en el balance. Al hacerlo, se dio cuenta que Fernando no le había mencionado el balance desde el día anterior, convenciéndola cada vez más que lo que le había dicho acerca de su cambio de enfoque era cierto.

"Omar Carbajal. Un día de estos te voy a matar, aunque te extrañe, te voy a matar. Tienes un timing del demonio."

"Uy. Que humorcito. ¿Interrumpí algo?"

"Si. Interrumpiste algo que eres incapaz de comprender. Mejor dime que quieres. Entre más rápido desaparezcas mejor. Lety y yo necesitamos hablar."

"Bueno, mi estimado presidente, necesito..."

"¿Sabes algo Carbajal? Odio esa frase. Me recuerda lo cruel y descabellado que puedes llegar a ser."

"Mira Fernandito. Yo no sé que mosco te picó, pero tanta hostilidad es innecesaria. Hoy es un gran día. Conceptos ganó el León de Oro y con eso recuperaremos nuestro prestigio. Seria para que estuvieras saltando de la felicidad. Pero no. Estas que no te calienta ni el sol. ¿Quién te entiende mi hermano? Mira olvídalo. Solo vine a molestarte en tu santo aposento porque Carolina dijo que desde ayer te mandó unos presupuestos por mail y no le has respondido. Ahora con la confirmación del premio necesitamos darle tarjeta verde con ese evento."

"Ahorita los checo con Lety y te aviso." Fernando ahuyentó a su mejor amigo con un gesto fingiendo interés en su computadora.

La Fea Más Bella: Amor del BuenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora