CAPÍTULO IX

66 25 6
                                    

Audio: Bilocación, Nicole LujánTRÁGICO ACCIDENTE

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Audio: Bilocación, Nicole Luján
TRÁGICO ACCIDENTE

...Después de ese día, nada volvió a ser igual, ahora sentía que todas aquellas personas que no estaban vivas siempre tenían la misma vibra. Siempre sentía como mi piel se erizaba y como un escalofrío me recorría por el cuerpo.

A pesar de saber que podía ver a personas muertas, nunca se lo dije a nadie, tenía miedo de que creyeran que estaba loca. Yo hablaba con esas personas pensando que no eran malas hasta que llego él. Un hombre alto de sombrero y traje negro, un día apareció en mi cuarto sin más. Él quería mi ayuda y yo como una niña inocente se la di, sin darme cuenta de que era como firmar mi sentencia de muerte.

Ese hombre quería hacerme daño, meses después de que mi madre descubriera los rasguños que tenía en mis brazos le tuve que contar la verdad, le dije lo que podía ver y ella me creyó. Mi mamá y mi papá me ayudaron y fueron con muchos especialistas para que mejorara, y funciono o al menos eso pense.

Me prohibieron hablarles a esas personas, mirarlos y ayudarlos. Eso funciono por un tiempo hasta que tres años después, en una noche ese mismo hombre de negro regreso a mi cuarto y me amenazo, dijo que si no lo ayudaba él lastimaría a mi madre otra vez, yo lo ignore por completo y me cubrí con las sabanas hasta mi cabeza con miedo.

El día siguiente era el cumpleaños de Lalito, yo insistí en llevarlo a la feria y mi madre acepto. En el camino le conté lo que había pasado la noche anterior.

—¿Qué más te dijo Eliz? —me dijo mientras apretaba el volante.

—Que te lastimaría... de nuevo.

Ella apretó los labios esta vez.

—¿Cómo es?

Le respondí y vi como sus ojos se llenaban de lágrimas al igual que sus nudillos se tornaban blancos por la fuerza aplicada al volante.

—Ese hombre es malo Eliz —murmuro sin verme al rostro—. Hizo cosas muy malas en su vida. Ignóralo hija, solo ignóralo.

Yo le hice caso, pero en ese instante él apareció enfrente de la carretera.

—¡AHÍ ESTA! —grité señalándolo. Pero distraje a mi madre y no vio el tráiler que se acercaba por la derecha... únicamente recuerdo el horrible impacto. El grito de mi hermano y el último suspiro de mamá"

—Ese hombre cumplió su amenaza y la lastimo. Nos lastimó a todos con su muerte —digo entre lágrimas.

Aún recuerdo todo perfectamente y no me creo que apenas hayan pasado tres años desde aquel trágico accidente en el que ella se fue. Cubro mi cara con mis manos mientras sigo llorando sin ser capaz de controlarme, siento como Alex me abraza y me acerca a él.

—Lo siento Eliz —susurra cerca de mí.

—-Fue mi culpa, si yo no...

—No es tu culpa —me interrumpe—. No es bueno pensar que es tu culpa y atormentarte por algo que no pudiste controlar —dice mientras me aprieta entre sus brazos y después de unos segundos me suelta—. Te contaré algo, cuando Raquel murió yo también me culpe. Aún lo hago, pero sé que no estoy bien, yo no pude evitar que ella se suicidara, hice todo lo posible para sacarla adelante, la defendí siempre, trate de hacer lo mejor por ella. Pero la última decisión la tomó Raquel y ella eligió la muerte. Nadie puede evitar el futuro. Así que no te culpes.

Le sonrió y me limpio las lágrimas.

—No es necesario que hables con Raquel si no quieres hacerlo, te comprendo —dice Alex, pero yo niego con la cabeza.

—Quiero hacerlo, ella me necesita y quiere justicia. Además, ahora sé que ella no es peligrosa y no me hará daño.

Alex me sonríe y asiente con la cabeza.

—Y yo te ayudaré a ti, lo que sea que necesite ella o tú, contaras conmigo.

...

Después de conversar un momento con Alex y llegar a casa a preparar algunos deberes, me quedo observando a través de la ventana de mi cuarto.

¿Cómo puedo llamar a Raquel? Pienso en ella, pero no aparece, intento mencionar su nombre, pero nada ocurre.

Durante la cena Lalito me cuenta todo lo que hizo con papá en el trabajo, ahora que él no está en el colegio tiene tiempo de ir al trabajo de papá y aprender más sobre él. Papá también me cuenta sobre su avance y se nota feliz al hablarme sobre su proyecto.

En la noche no puedo conciliar el sueño, no dejo de pensar en esa chica ¿se abra marchado?... Me levanto de la cama al escuchar un ruido en la planta baja de la casa ¿qué habrá sido?

Bajo con cuidado las escaleras mientras me alumbro con una linterna y sigo el ruido que parece provenir del sótano, papá y Lalo deben de estar dormidos a esta hora, ellos no podrían estar ahí. Además, nosotros no tenemos las llaves del sótano. Los ruidos siguen, son pequeños golpes que se repiten de forma pausada.

—¿Raquel? —susurro al estar frente a la puerta del sótano y los golpes cesan.

Sin más, me dirijo a la cocina y tomo un cuchillo para abrir la cerradura de la puerta, se me complica un poco, pero finalmente logro abrirla. Todo el interior está en oscuridad, trato de alumbrar lo más posible con mi linterna, pero no es suficiente. Cuando encuentro el interruptor, me percato de que el foco se encuentra fundido, por lo que se me complica tener una visión panorámica de este lugar. Pienso unos minutos antes de bajar las escaleras y adentrarme a observar cada detalle: todo hecho de madera, cajas de cartón cubiertas y un colchón en una esquina junto con ropa tirada. Me acerco a una de las cajas y veo que sobre ella está escrito el nombre de Raquel.

—Si quieres que te ayude, me dejaras ver lo hay adentro —murmuro con la esperanza de que ella me escuche.

Abro la caja y veo que son sus pertenencias; su ropa, sus dispositivos electrónicos y sus libros. Veo uno que especialmente llama mi atención, es el libro rosa con el que la vi en mis sueños... su diario.

...

LA VENGANZA DE RAQUEL [Sin editar] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora