CAPÍTULO XXIII

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Audio: Love Has No Limits, Fleurie

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Audio: Love Has No Limits, Fleurie

LA FARSANTE

—¿Puede hablarme de ambas? —digo aún pasmada por la noticia. ¿Por qué nadie me dijo que Raquel tenía una melliza?

—La historia de Raquel comenzó igual de triste como termino. Ella sufría maltrato por sus padres y su hermana, yo vivía en otro país, pero cuando volví a esta ciudad y me entere por lo que pasaba mi sobrina, la aleje de ellos. Juntas fuimos al pueblo de Profitt, ahí le prometí un nuevo y mejor comienzo, yo la veía normal como cualquier otra chica de su edad, siempre callada, encerrada en su cuarto, tímida... Pero nunca creí que sufría de bullying, no sabía que la maltrataban hasta que ella se suicidó.

—¿Cómo se enteró de que ella sufría Bullying?

—Su psicóloga me llamo, pero cuando quise arreglar las cosas ya era muy tarde. Raquel se había aventado del precipicio el día siguiente de su cumpleaños.

—¿Sabe algo del monstruo? —pregunto al recordar el dibujo.

—¿El monstruo que ella dibujó? —yo le confirmo y ella me responde—. Es su hermana.

—¿Por qué? —digo confundida.

—Regina siempre la molestaba, la hacía sentir menos, la humillaba y al parecer, siempre la seguía. Ahora no sé nada de ella porque me desligue de toda esa familia. Lo único que sé, es que al padre de Raquel lo llevaron a prisión por robo, su madre está en el psiquiátrico y su hermana... creo que en un orfanato.

—Acabo de ir al psiquiátrico —comento, pero no sé si decirle sobre la muerte de su hermana.

—¿Ella está bien? —pregunta refiriéndose a su gemela.

Paso saliva antes de responderle.

—Ella murió hace dos semanas —digo y veo como baja la mirada tristemente—. Lo siento.

—Estoy bien —me responde y toma agua de su vaso.

Al parecer ahora todo tenía explicación, o eso creo.

...

Después de lo revelado no he vuelto a ver a ninguna de las mellizas. Sigo investigando por mi cuenta y hasta ahora, no les he dicho nada a mis amigos.

—¿Eliz? —escucho la voz de Alex y enseguida volteo a verlo.

Él está sentado en las gruesas raíces de un árbol. Después del instituto venimos al bosque a platicar un momento, solo nosotros dos, porque Yina se volvió a sentir mal y se tuvo que retirar esta mañana del instituto.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—Sí...

—¿Sabes algo de...? —lo interrumpo.

—¿Has visto a Raquel?

—Sí —contesta y baja la mirada—. Casi todas las noches.

De inmediato se me ocurre una gran idea. Si esta noche Raquel, la gemela usurpadora, se apareciera en casa de Alex, ambos podríamos descubrir a la impostora.

—Tengo una idea.

Le cuento el plan que acabo de armar y él acepta de inmediato. Decidimos no decirle nada a Yina para que ella pueda descansar.

—Tenemos que saber la razón por la que se está haciendo pasar por Raquel —dice Alex molesto y yo solo asiento sin decirle lo que he descubierto.

...

La noche está a punto de llegar, pero antes de ir a casa de Alex tengo que conversar con papá.

—¿Ya lo decidiste? —me pregunta al entrar a mi habitación.

Durante estos días hemos tenido la misma conversación. Papá tiene que viajar a la ciudad del este por un proyecto de investigación, pero yo no quiero viajar con él, yo quiero quedarme aquí. Así que él me dio dos opciones: que me quede aquí por unas semanas mientras él termina su proyecto y después juntos volvemos a nuestra antigua casa, o la segunda, que vaya con él.

Ambas son malas opciones, al final de todo las dos consisten en dejar el pueblo de Profitt.

—Ya lo decidí —le contesto segura de mi decisión—. Quiero quedarme aquí papá.

—Eliz...

—Puedo acompañarte a la ciudad del este, pero volvemos aquí... por favor. Quiero quedarme en este pueblo, ahora tengo amigos y ya no me siento sola, ahora me siento... normal.

Mi padre se queda en silencio y minutos después, me responde:

—Bien... —sonrió al escucharlo.

Él se acerca a mí y se sienta a mi lado.

—Eliz... no quiero dejarte sola. Sabes lo que paso hace años y no quiero que vuelvas a comunicarte con...

—No ha vuelto a pasar —le tengo que mentir para que él esté tranquilo. Él sabe lo que veo, sabe lo que ha pasado y teme que se repita.

—¿Lo has vuelto a ver? —me pregunta, refiriéndose al hombre de negro y yo niego. Desde la muerte de mamá no he sabido nada de ese hombre.

—Puedo cuidarme sola, papá. Lo prometo —él se acerca y me da un beso en la frente.

—¿Estarás bien sola por dos semanas?

Amplío mi sonrisa feliz de que por fin me ha escuchado y aceptado mi propuesta. Ahora siento que podré convivir con mis amigos, tendré una vivienda permanente y me podré sentir como cualquier otra chica de mi edad.

...

LA VENGANZA DE RAQUEL [Sin editar] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora