Para una persona que se rodea de historias increíbles le es difícil aceptar el mundo real, preferimos encerrarnos en las penumbras de un buen libro que salir a la luz del exterior.
Y en verdad esto es bueno, claro debemos dejar que las demás personas opinen, tenemos una vista diferente del mundo por lo cual terminamos discutiendo con los demás o simplemente no sabemos expresarnos de otro modo que no sea la escritura.
Cuando eres un lector o escritor el amor no es cosa fácil pues el verdadero amor nunca va a estar escrito en los libros, incluso creo que no deberíamos consúltales a los libros cuando se trata de este tema, cada persona ve el amor de diferentes formas y colores, por eso el amor que está escrito en los libros no es de fiar.
La pequeña luz de la vela caía sobre la hoja amarillenta del gigantesco libro que era el causante de mis desvelos, pero esa noche lo que me mantenía despierto no era su contenido, sino más bien era ella.
Ella con su desordenada cabellera roja, sus ojos dorados con tonos verdosos y su sonrisa, esa sonrisa que parece de ángel pero es la del mismo demoño.
Pues solo existía una palabra que la identificara totalmente: Huracán.
Muchas veces la observo preguntándome ¿Cómo alguien tan bello ansia tanto caos? Una respuesta que ni en los millones de párrafos que he leído pude encontrar.
Dicen que hay personas destinadas a sufrir y debemos dejarlas así, cuando la conocí entendí perfectamente esa frase, pues ella es el caos y sé que llegara un punto en el cual no podre salvarla.
Por esa simple razón tal vez me encontraba sentado frente a una gigantesca pila de libros, estudiando e intentando entender nuestra historia, la guerra de los mares, esa gigantesca guerra que logro ahuyentarnos del océano, esa misma guerra en la cual se puede encontrar el origen de los dones mágicos que tenía ella.
—¿Sigues leyendo?
—No espero que lo entiendas Aniden— murmure levantado mi vista hasta fijarla en su rostro, ya era tan normal su expresión burlona que no me sorprendió verla allí.
—Déjame intentar comprenderte— miro los libros que se encontraban en la mesa — Lees sobre historia así que debo suponer que hay algo que no entiendes, pero n es cualquier historia es sobre la guerra del mar o ya se...
—Por favor deslúmbrame con tu conocimiento— exclame reclinándome sobre la silla.
—Nuestros padres te contaron sobre su brillante plan y los intentas ayudar encontrando la manera para controlar a Selene, al fin te volviste de fiar hermanito— cada una de sus palabras me dejaban más y más confuso.
—Debo admitirlo, acertaste—sabia perfectamente que si le daba la razón el seguiría hablando.
—Cuándo destruyamos Kihi con el poder de Selene seguiremos con las demás islas donde habitan Anfinitas y tritones— sus palabras retumbaban en mi mente.
—Claro pero eso solo pasara si me dejas continuar con mi lectura — declare aburrido, todos estos años junto a Aden me habían enseñado como engañarlo perfectamente.
—Claro, disfruta de la historia— se retiró sin decir nada más dejándome nuevamente en la soledad de mi mente.
Mi plan había cambiado, ahora debía encontrar más respuestas, mientras mantenía dos mentiras, la que acababa de decirle a mi hermano y la que le jure a Selene.
Las reglas del juego habían cambiado pero eso no significaba que estuviéramos perdiendo, en verdad era nuestra oportunidad de ganar.
Debía entender la historia para controlar sus poderes o liberarlos.
Adentrarme al pasado, un verdadero reto.
Pues hace muchos años antes de que declarara una guerra las sirenas y los tritones vivían en armonía, tan armonioso era todo que estos eran considerados los reyes del mar, nadie tiene claro cómo comenzó una guerra contra el mar y contra ellos mismos, pues las sirenas pelearon contra los tritones.
No existían aliados, todos podían mentir, nadie tenía bandos solo les importaba sobrevivir, la historia cuanta que los tritones hallaron un arma letal volviendo a los animales marinos monstruosas criaturas y a las sirenas simplemente las hacia polvo.
Existen leyendas urbanas que afirman increíblemente el hecho de que los agujeros negros marinos son las almas de las sirenas muertas por esta arma, la leyenda cuenta que esto es para llevarse a los tritones.
La historia de la guerra nos dice que las sirenas se aliaron con los animales marinos y juntos heredaron unos dones mágicos, tenían la fuerza para mover la marea, para crear la lluvia y para ahogar a toda persona que quisieran.
Se volvieron en asesinas sin corazón, sedientas de sangre y poder, muchas sirenas escaparon a la superficie, los tritones en cambio empezaron a destruir a estas bellas pero mortales sirenas.
La historia dice que lograron asesinarlas, aunque eran letales no 'podían enfrentarse al arma que habían encontrado los tritones, un dia la marea se tranquilizó, los tritones desaparecieron al igual que las sirenas.
Las anfinitas encontraron maneras para sobrevivir en la superficie, incluso reproducirse y aunque cuando daban a luz la mayoría eran niñas, existía una mínima posibilidad de dar a luz un niño.
Al igual que kihi varios pueblos sentían terror de que esto pasara, pero otros lo aceptaron y continuaron con su vida normal.
—Hasta ahora— susurre cerrando el libro que terminaba de leer.
¿Porque después de tantos años alguien quería empezar una guerra? ¿Porque después de tantos años volvía a aparecer una sirena? ¿Acaso alguna había quedado viva?
Aun no tenía las respuestas pero algo estaba claro, la guerra del mar escondía demasiados secretos.
Secretos que no encontraría en los libros de historia, en verdad solo había dos personas que me podrían ayudar a entender estas preguntas y esas chicas no eran fáciles de convencer.
Pues si la reina de las mentiras era una chica sin don alguno, la que poseía estos malignos y letales dones debía ser llamada la maldita diosa de las mentiras.
Al fin había encontrado algo que las hacia tan parecidas, Selene Ocea era un huracán pero Leia Cree era un maldito tsunami.
Ambos grandes desastres naturales, ambas letales y ambas harían todo lo posible la una por la otra, esas mujeres eran mí anhelada perdición.
¡Asher vino para quedarse!
Perdón por actualizar tan poco pero creanme que tiene una buena razón...
Pronto sabrán cuál es pero les puedo dar una pequeña pista: proyecto música 🎶
Los adoro ✨
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Kihi
Short StoryGracias a una guerra las sirenas evolucionaron hasta las Anfinitas, sirenas de la tierra, estas mujeres no tienen cola sino que piernas con algunas escamas. El mar es prohibido para estas hermosas mujeres pues ese es el territorio de los tritones y...