Capítulo XII

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No hay nada más reconfortante que despertarte un sábado por la mañana, sabiendo que el lunes y el martes no habrá clases, y lo más importante, con un mensaje de buenos días de Asher.

Para Ulises, demasiado temprano para estarle sonriendo a un maldito móvil.

Shut up consciencia. Ni si quiera permití que esa voz mental estropeara aquel bonito momento.

Unos nudillos tocaron mi puerta. –Adelante.–Scarlett asomó su rostro por la puerta.

–Buenos días dormilón, he invitado a Ewan, Bonnie, Ginger y a Rachel para terminar un trabajo de última hora. –Yo asentí. –Baja, estamos desayunando tortitas...–Se comenzó a reír sola apoyada en el marco de la puerta. –No sabes la que hemos liado para hacerlas, pero al menos están comestibles.

–Está bien, dame cinco minutos. –Hizo un gesto gracioso de despedida con sus manos y cerró la puerta.

Tras estirarme y hacer la cama, abrí la cómoda que se encontraba frente al lateral de mi cama y saqué una sudadera azul básica junto a unos pantalones deportivos. Sin ni si quiera revisar mi pelo, bajé despreocupado por las escaleras y caminé hacia la cocina para hacerme una infusión.

Seguido a eso avancé hacia la terraza trasera y los localicé allí a todos, sentados en la pequeña mesa blanca. –Buenos días. –Llamé sus atenciones y me devolvieron el saludo.

–Como envidio ese precioso pelo rubio. –Dijo Ginger mientras me sentaba a su lado.

–Tiene como ocho productos para el pelo, lo raro sería que no lo tuviera bien. –Bromeó Scarlett, mientras me servía tortitas en un plato. –¿Quieres sirope? –Negué con la cabeza.

–Oye, no utilicéis el bonito pelo de Ulises para cambiar de tema. –Dijo Ewan acomodándose en la silla. –En serio no podéis pasar eso a otro día.

¿Eso? Y yo qué me perdí.

Lo siento Ewan, pero la noche de chicas lleva siendo estratégicamente planeada desde hace mucho tiempo, otro día nos va a ser imposible. –Argumentó Bonnie.

–Pero... me vais hacer ir solo a una fiesta por una patética noche de chicas. –Arrugó su nariz para realizar un fingido puchero.

–Aún nos quedan muchas fiestas a las que poder ir este año, noche de chicas solo una. –Dijo Ginger mientras se entretenía tocando mi pelo.

–Pero...–la mirada de Ewan bajo hasta la mesa y luego subió hasta que busco la mia, sin duda una bombilla se prendió en su cabeza. –Ulises, ¿puedes venir conmigo a la fiesta? porfis.

¿Las palabras fiesta y yo en una misma frase? Sin duda no encajan, bueno, a excepción de que la frase sea:

Ulises odia las fiestas.

Ahí sí que tendría sentido.

–¿Que me dices? –Ewan seguía mirándome expectante. Sus ojos literalmente me rogaban que mi respuesta fuera un "sí" pero yo no estaba tan seguro de que debiera concedérselo.

–Está bien pero... –Pensé en cualquier cosa que pudiera mejorar el infierno en el que estaba apunto de condenarme yo solo. Y se me ocurrió algo. Algo qué tú y yo ya sabemos que voy a responder. –¿Puede venir un amigo?

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Y allí estaba, frente al espejo, observando la ropa que había tardado más de una hora en escoger; tenso como una cometa; y porque no decirlo, algo acojonado. A esa fiesta iría un número enorme de gente, y a mi junto a mi fobia social no nos hacía la mayor de las ilusiones, menos sabiendo que muchos serán de mi instituto.

IN THE HEAVEN |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora