Kitsune: El nogitsune Parte 1 y 2 (+18🔥)

Capítulo 34 - La esperanza voló

Mónica no sabía que decir o hacer. Luego de mirarnos por unos segundos volvió a ver la pantalla del celular y comenzó a leer.

—Jimmy Colton encontrado muerto. El joven de dieciocho años de edad fue encontrado muerto colgado en el gimnasio en donde había sido coronado rey la noche anterior en su baile escolar. —al oírlo me tapé la boca de la impresión que me dio el escucharlo —La policía no lo confirma pero se cree que fue asesinado ya que se encontró su cuerpo colgado de la soga de trepar de gimnasia pero con el cuello cortado.

En ese momento supe que se trataba del nogitsune.

—Mató de nuevo. —dijo Emmett con odio pero no sé decir si hacia mí o hacia el nogitsune.

Sus puños estaban cerrados con fuerza, tenía los nudillos blancos por la presión y en sus ojos se veía que quería romper algo.

—Todo por la culpa de Tara. —Victoria estaba rabiosa y me dio una mirada de muerte —Haznos un favor y muérete, suicídate o desaparece pero aléjate lo antes posible para que nadie más salga herido. —Max la acorraló contra la pared con una ira igual a la de ella o incluso más.

—Vuelves a decir algo como eso y te vas de la casa y vuelves al maldito pueblo a pie. —la tenía agarrada de los hombros sin fuerza pero si con enojo hacia ella. Victoria no movió un pelo de su posición porque obviamente no le tiene miedo a Max.

—¡Suéltala Max! —le grité ordenándole.

Todos se quedaron mirándome fijamente así que salí de ahí a la parte de afuera de la piscina para dejar de sentir la presión de sus miradas. Son de esa que te sumerges y con cruzar una pared que cruza ya estás afuera, así de lujosa y moderna era la casa. No se necesitaba ni puerta para salir afuera.

Miré el lago congelado ante mí, el viento helado que pegada en mis cachetes y las lagrimas que caían por mi rostro con la tristeza de saber que alguien más murió por mi culpa. Victoria tenía razón pero soy muy cobarde como para quitarme la vida.

Miraba el hielo deseando tocar el agua fría, estar sumergida en lo más profundo y que la versión de mí que en algún momento fue feliz se congele en el tiempo y sea lo único de mí que quede en el mundo. Esa yo que era una gran amiga, hija, buena estudiante y una novia cariñosa aunque horrible siéndolo en general.

Una mano tocó mi hombro delicadamente para que el tono relajado que había en el aire se mantuviera. Me di vuelta a la persona que se atrevió a acercarse a mi cuando estoy a dos palabras incorrectas de explotar en un ataque psicótico.

—Ven. —me abrazó con calma y cariño.

—Lo volvió a hacer. —lagrimas caían sobre él aunque ya de por sí estaba mojado —Es mi culpa, alguien más murió.

—Tara, nadie excepto la ignorante de Victoria cree eso. —sujetó mi rostro con ambas manos —Tú no hiciste nada. Todo lo que sucede es responsabilidad del alma que saca esas vidas, no de la chica que está con sus amigos en las montañas.

—¿Por qué tengo un novio tan cariñoso e increíble?

—Tampoco lo entiendo. —dijo por un intento de hacerme reír.

—No te merezco. —me abracé con más fuerza a su cuerpo mientras hablaba en voz baja —Perdóname por lo de hace un rato ...

—No importa, solo abrázame.

—Dile. —sonó detrás de nosotros y volteamos a ver —Dile. —repitió.

Era Max que se había metido al agua solo para ver como estaba. Él se veía cansado como si se hubiera hecho todo el trayecto de golpe hasta nosotros. Su pelo estaba mojado y desordenado con cada hebra en completo caos. Los ojos de Max comenzaron a brillar y se lo dije, él tomó aire para relajarse y tomar control de sí mismo. No entendía el porqué del brillo.