Capítulo 3 - Lideres en guerra

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Max Whitmore

Hablaba con Tara por teléfono para saber como estaba su padre, ella no se encontraba del todo animada ya que tuvo una discusión con Aaron. Me sentía algo mal porque todo esto pasara pero la sonrisa en mi cara por conversar por horas no me la sacaba nadie, ni aunque me cayera de cara al suelo se me podría borrar esa cara de idiota enamorado.

Salí de mi habitación y estaba Mía, que por vacaciones de invierno estaba en casa, ella meditaba de espaldas de donde yo venía.

—¿Por qué ese buen humor? —volteó la mirada a mí.

—¿Cómo sabías que estaba detrás tuyo?

—Sentí tu aura. —se levantó del suelo —Además pisas fuerte, te podría oír a un kilometro con auriculares puesto. —tomó un sorbo de su botella de agua —¿Me vas a decir que te tiene tan alegre?

—Anoche al dar las doce Tara me besó. —no se veía ni un poco sorprendida.

Fuimos a las escaleras.

—Al fin puedo descansar de tanto drama.

—Eso fue tu culpa, si hubieses aclarado todo mucho antes el triangulo con Aaron y Tara no hubiera pasado.

—Si a todo el mundo le diría lo que siente nadie viviría en su totalidad la vida, no tendrían la satisfacción de aprender por ellos mismos. El caer y volver a ponerte de pie es lo que le da la enorme satisfacción al resultado final. Si a Tara le hubiese dicho lo que siente por ti no lo hubiese hecho plenamente sino porque alguien le dijo que era lo que debía sentir y además como es ella se hubiese empeñado a demostrar que me equivocaba. —solté una risa ya que sí, ella seria capaz de eso.

Tomé una manzana y otra se la lancé a Mía pero Tay la tomó.

—¿De qué hablan?

—De nada. —mordí mi manzana.

—Dámela. —Mía le ordenó y extendió la mano, Taylor sin protestar se la dio.

—Hablan de Tara ¿No es así? —ambos nos callamos —Te escuché hablando con ella como dos horas. No es necesario que se callen.

—¿Me espiabas?

—Tu pared da a la mía y tengo audición de kitsune ¿Qué esperabas? Era espiarte o jugar por millonésima vez con Charlotte a la princesa y el dragón; y mamá ya no quiere que queme más muñecas por accidente.

—Ustedes sigan con esta increíble conversación, me iré a duchar, tengo una cita. —dejé de comer.

—¿Qué?

—Una cita. Eso que las personas normales tienen. —la miré serio —No te vayas a poner así Maxwell, es solo una cita.

—¿Cómo se llama?

—No te lo diré, mejor dicho no te diré nada de con quien salgo o mis citas. Al menos no hasta que sea algo más que ... —tapó los oídos de Taylor —S E X O.

—Sé deletrear sexo Mía, no tengo cuatro años. —se la sacó de encima.

Mía le dio un beso rápido en la cabeza y se fue luego de darme una mirada malvada, sabiendo que me moría por saber quién era el chico con el que se iba a ver.

Taylor se fue al igual que Mía y al pasar los minutos llegó el abuelo de su habitual caminata por la reserva al atardecer. Recordé lo que me dijo Tara sobre que él sabía de Graham y lo oculto de nosotros en especial de su propia hija la cual merecía saber la verdad desde el inicio.

—Hola. —dijo calmado y se fue a la sala a leer.

—Hola. —saludé con algo de enfado hacia él —¿Podemos hablar? —me senté frente a él.

Kitsune: El nogitsune Parte 1 y 2 (+18🔥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora