Kitsune: El nogitsune Parte 1 y 2 (+18🔥)

Capítulo 8 - Un secreto y un ¿error? (Parte 2) (+18🔥)

Nos sentamos en las gradas uno al lado del otro algo tensos sin motivo alguno pero así se sentía.

—¿Por dónde empezamos? —inquirió dudoso.

—Creo que desde que practicamos la transformación.

—De eso ya hablamos.

—No hablamos mucho. —lo vi seriamente —Me gustaría volver al tema. ¿Se puede?

—Claro. —elevó la comisura de su boca en una leve sonrisa.

—Cuando me llevaste al bosque quería que tú me enseñaras todo sobre las transformaciones y de todo lo nuevo, pero por alguna razón no funcionó. Yo solo quería aprender, estaba muy nerviosa. El desnudarse frente a tu mejor amigo de toda la vida no es algo muy fácil o cómodo.

—Pero ni siquiera te estaba mirando, me di vuelta.

—Igual era muy incómodo, te conozco de toda la vida.

—Con más razón. Deberías tener más confianza en un mejor amigo que en un completo desconocido.

—Cuando llegó Max era más sencillo con él ya que es un extraño. Si no lo volvía a ver seria más fácil, contigo recordaría que me viste y las cosas se volverían raras porque no teníamos esa conexión como la que tú y yo tenemos.

—¿Y ahora?

—¿Ahora qué?

—¿Tienen esa conexión?

—Ahora voy a eso. —jugué con mis manos nerviosa —Cuando te fuiste a la cabaña yo me quedé a practicar la transformación pero apenas terminé fui a buscarte y ya no estabas.

—Siento haberme ido.

—Descuida. —sonreí ligeramente con la boca cerrada.

—Avanzaste mucho y lamento mucho no estar contigo, espero que cuando obtengas tu poder te pueda ayudar a controlarlo.

—¡Cierto que no te dije! Tengo el poder.

—¿Cuál es?

—Soy de tormenta. —dije apenada sabiendo que no iba a obtener una buena reacción.

—Oh ... igual que él. —la decepción era demasiado clara en su voz.

—Aaron. —tomé su mano —Eso no significa nada; que tenga cosas en común no significa nada. Con él no voy a tener jamás lo que tengo contigo.

—Lo sé pero igual es molesto. El solo hecho de que él estuvo para ti y yo no me enfurece, saber que te fallé. —una risa baja salió de mí.

—Esa es una estupidez, eres la única persona en el mundo entero que nunca me ha fallado y jamás lo harás, es imposible eso. Tal vez peleemos a lo largo de nuestras vidas un millón de veces pero nunca, repito, nunca me vas a fallar. —lo abracé con fuerza y me quedé apoyada con la cabeza en su hombro.

—Te quiero mucho. —me dio un beso en la cabeza.

—Yo también. —hubo silencio de tumba por un minuto —¿Sabes lo que me dijo papá?

—¿Qué cosa?

—Que se siente feliz de que salga con chicos pero con quien siempre me vio terminar fuiste tú.

—¿Qué? ¿Y eso por qué? —estaba algo nervioso.

—Por todo. Las risas de niños, bromas y miradas. Le dije que no era nada serio, que solo eran cosas de cuando éramos chicos. Niños siendo niños.

—Creí que nadie lo notaba.

—¿A qué te refieres? —lo miré sorprendida.

—Si te confieso algo prometes no reírte, enojarte o distanciarte. Básicamente no reacciones.