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Después de aquel momento de mala suerte dónde terminó con 10 muchachos tirados en el piso inconcientes, con Dai casi violada y con el nerd no tan nerd, Dai y Keisuke Baji fueron a comer a la casa del pelinegro un poco de Peyoung yakisoba que este le ofreció, para quitar la tensión y el susto.

Los dos estuvieron ahí por unos aproximadamente 30 minutos porque Dai tenía que volver a su casa, y no quería preocupar luego a su hermano y a su padre. Baji la acompañó, por si las moscas, para que no estuviera sola y para que se asegure de que no le pase nada. Baji estaba agradecido de hacer estado siguiendo a su amiga y ver en la situación en la que estaba y poder salvarla.

Odiaba ver que mucha gente tenía que soportar este acoso diario de personas que solo se encarga de dañarlos solo por diversión. Pero él tampoco podía decir mucho, quemaba autos cuando tenía hambre.

Dai volvió a casa y lo primero que hizo fue buscar unas papas fritas, fue a su cama y puso música para luego acostarse. Había pasado tantas cosas en un solo día, ya era suficiente con la escuela. Lo único bueno fue conocer al verdadero Baji y la cantidad de cosas que le tenía que contar a su amiga Fuyu que aún seguía de viaje del negocio de sus padres.

Dai iba a extrañar a mucho a los lentes de Baji y su versión nerd. Por el momento –junto a Chifuyu–, es la única persona que conoce al Baji sin lentes, arreglado, con gel en el cabello y con el uniforme bien puesto.

Es más, hasta Dai comenzó a hacerle burla en todo el camino a Baji sobre qué shampoo usaba o si pensaba en patrocinar Pantene en algún comercial. Eso a Baji le hizo molestar un poco, pero dentro de todo se rió junto a ella.

Dai recordó eso y empezó a reír sola. Por primera vez disfrutaba estar con alguien que no era Fuyu y su familia, y lo mejor de todo es que se sentía muy bien estando a su lado, los pocos días que estuvo junto a él realmente no le importaba, solo se divertía.

—Voy a extrañar tus lentes, para mí siempre vas a ser el Baji nerd, nerd falso.

—Sabía que no era una buena idea seguir el consejo de Mikey —suspiró—. De todos modos, tarde o temprano iba a dejar de usarlos, son incómodos. Cuando leía me empezó a doler la cabeza, pero pensaba que era porque me estaba haciendo más inteligente, no porque tenía mucho aumento esa cosa.

—Eso significa que si tus amigos se tiran de un puente ¿tú también lo harías? —cuestionó.

—No, yo fui el de la idea.

Baji recibió un golpe pequeño de Dai haciéndolo reír.

Dai no podía dejar de pensar en el cabello largo suave y en la sonrisa brillantes y en esos colmillos de vampiro que le gustaba de él.

—Tengo una duda.

—Dime —dijo Baji haciendo un bocado de su Peyoung yakisoba.

—¿Cómo conociste a Chifuyu?

—¡Él me ayudó con algunas cosas de la carta que estaba escribiendo! Y luego lo salvé de unos tipos que lo estaban golpeando.

—Entonces es por eso que te muestra mucho respeto.

—¿De qué hablas?

—Chifuyu no muestra respeto hacia nadie, solo ayuda a la gente de los que les molesta pero nada más que eso. Es la primera vez que lo veo así —explicó.

—Oh, entiendo, de todos modos no hace falta que sea tan respetuoso conmigo, ¡ya somos amigos!

Dai se dió cuenta de otra cosa acerca de Baji y de algo que también acababa de aprender de él: Baji es una persona solidario y humilde con las personas sin tener que esforzarse. Eso es algo que admira mucho del pelinegro.

No muchas personas son así con los demás, por lo general los tratan de indiferentes o como si fuesen menos a comparación de ellos. Y gente así se encuentran en una gran variedad de lugares, Dai se encontró con tantos que ya ni le alcanza los dedos para contar, hasta en la escuela hay de esos. Estaba agradecida de que Keisuke no sea así, que a pesar de conocer a alguien en solo cinco segundos, lo trata como si fuesen amigos de toda la vida. Y lo bueno es que te sientes cómoda a su lado, no te hace sentir mal, te hace sentir bien sin que se dé cuenta.

—¿Qué estás haciendo...? —dijo una voz chillona.

Dai estaba mirando hacia al techo con los ojos cerrados, la boca abierta llena de papas fritas y con una sonrisa grande, muy metida en sus pensamientos, luego de que volviera a la realidad se ahogó por la cantidad de papas que tenía en su boca. En pocas palabras: se está muriendo.

—Por qué tengo una hermana tan idiota —rodó los ojos el niño de nueve años.

Dai quería regañarlo pero no podía por la tos.

—¿Por qué mejor...no me...ayudas, pequeño... mocoso? —dijo cuando por fin recuperó el aire.

—Se dice por favor.

—¡Me estoy muriendo...!

—Entonces veré como mueres lentamente por no decirme esas palabras mágicas.

—¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR AYÚDAME!

—Asi me gusta, ya te traigo un vaso con agua.

Dai hasta que recuperaba el aire, su hermano le dio el vaso con agua para que la tos le pasara mientras le daba palmaditas en la espalda.

—¿Por qué estabas con papas en la boca, tenías una sonrisa grande y mirabas al techo? —preguntó su hermano confundido.

—Estaba... meditando.

—Que forma tan rara de meditación, ¿fue con hierbas extrañas?

—¡No digas eso! Mejor vete a su habitación.

—De nada por ayudarte, Dai, ya lo sé, soy el mejor hermano.

Para ser un mocoso de nueve años, el chico era bastante pícaro y sabía lo que hacía, y era irritable. Hasta sabe más cosas de lo que Dai sabe. Shotaro y Dai eran de los que peleaban casi todo el tiempo, pero según ellos es solo para demostrar amor que le tienen al otro.

Cosas de hermanos, no lo entenderían.

Y ahí fue cuando Dai notó que estaba tan metida pensando en Baji que no sabía ni siquiera que es lo que hacía, estaba como inconciente. Algo estaba mal con eso, pero prefirió dejarlo así como está.

Total no pensaba en nada más que en su amigo Baji...

𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐍𝐄𝐑𝐃 | keisuke baji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora