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Que raro se sentía volver a casa caminando sin tener a nadie al lado tuyo.

Que raro se sentía no hablar con esa persona durante semanas.

Que raro se sentía no ver el mismo brillo y vibra de esa persona desde que él lo recordaba.

Que raro se sentía haber perdido un amigo.

Baji era de las personas que se arrepentía muy pocas veces de sus acciones y en cómo afectan a los demás, incluso no se da cuenta. En esta ocasión, por emociones que sintió, perdió una amiga, una chica muy especial para él. Podría decirse que este es uno de los momentos donde más se arrepentía de sus acciones y emociones, no sabía en cuanto podía afectar todo esto.

Se odiaba por todo lo sucedido con Dai. Estaba tan celoso ese día que trataba de borrar cada recuerdo que tenía de aquel momento. Y eso era lo que más odiaba: haber sentido celos.

No quería hablar con sus amigos, sentía que ellos ya habían visto mucho ese día, especialmente Mitsuya con el que debe también unas disculpas, a pesar de que él no entendía nada. Kazutora últimamente no le estaba contestando las cartas, así que decidió no molestarlo. Recordó las veces que buscaba su mirada y ella ni se atrevía a mirarlo. Un balazo dolía menos que aquello.

Dió un suspiro y pateó algunas pequeñas piedras que había en la calle. Era un buen momento para quemar autos.

—Hola, Baji.

Una voz masculina apareció de repente.

—¿Dios, eres tú?

—Ya quisieras. Soy Chifuyu.

—Oh...Hola, Chifuyu ¿Cómo estás?

—Pues tratando de acostumbrarme al uniforme de la ToMan, es un poco incómodo no tener nada debajo de ese traje.

—¿Primera vez? Tranquilo, a mí también me pasó. Hasta sentía un cosquilleo en mí entrepierna pero luego se te hace costumbre —explicó—. Aunque ahora que lo recuerdo la primera vez que me lo puse me apretaba mucho las nalgas. Que bueno que Mitsuya pudo arreglarlo.

Chifuyu rió ante el comentario del pelinegro. A pesar de que se habían conocido no hace mucho tiempo tenían una muy buena relación, en cualquier manera se veía que había confianza entre ambos. Acompañó en el camino a Baji para que no se sintiera solo, además, vivían en el mismo departamento.

El rubio notó la mirada pérdida de Baji y la cara deprimente que se traía. No era muy común verlo así, Baji siempre mostraba una sonrisa y hablaba de cualquier cosa. Y verlo así no era muy lindo. A nadie le gusta ver a algún amigo triste sea por la razón que sea.

—¿Estás bien, Baji?

—¿Yo? Pff, obvio, ¿cómo no voy a estar bien? Nunca había estado tan bien en mí vida... —forzó una sonrisa, pero luego la sacó para largar un suspiro frustrado—. No, en realidad no estoy bien. ¿Se me nota mucho que estoy para la mierda?

—Mucho, no. Muchísimo.

—Carajo —bufó.

Baji encontró un banco y se sentó allí, tiró la mochila hacia un lado y dejó a Chifuyu para que se siente al lado suyo.

—¿Puedo saber que pasó para que estés así?

—Necesito hablar con alguien sobre esto, así que si. Todo empezó hace unas semanas atrás —tomó aire para luego decir rápidamente:—. La cosa es que invité a Dai para que saliera conmigo y con mis amigos de la ToMan para que los conociera como se debe, porque claro, que iba a saber ella que yo y mis amigos somos una manga de pandilleros. Entonces vino, le presenté a mis amigos, fuimos a tomar algo en una cafetería y estaba todo de lo más bien hasta que vi que Dai y Mitsuya estuvieron juntos en todo, pero en absolutamente TODO el camino juntos, hablando y riendo, halagando del uno al otro lo bien que se ven y que tienen muchas cosas en común que yo no tengo con ella y... —se calló para volver a respirar—. Deja que mis pulmones tomen aire de nuevo. Dije muy rápido todo.

Baji inhalaba y exhalaba para poder recuperar el oxígeno ya que había explicado a una gran velocidad todo lo que había pasado a su amigo Chifuyu, que lo veía con los ojos abiertos.

—Bien, ahora si —volvió a tirar aire de su boca—. ¡Y entonces Mitsuya y ella...!

—Alto —lo detuvo Chifuyu—. En pocas palabras estás celoso.

—¡No estoy celoso! Es solo que mí instinto animal no se controla.

—Estás celoso, Baji, ¿no te das cuenta la forma en la que me cuentas lo de aquella vez? Estás enojado porque ella le prestó más atención a Mitsuya que a ti.

—No estoy enojado...¿pero sabes lo que más me molesta?

—Baji.

—Ya, perdón, es que...

—Te gusta, Dai —rió.

La cara de Baji se volvió de un tono rosado casi tirando a rojo después de escuchar el comentario de Chifuyu.

—Pff, n-no me gusta. ¿Qué te fumaste, Chifuyu? Dices cosas tan raras.

—¡Mira como te pones cuando hablas de ella y Mitsuya! Además, noto mucho como la ves —puso una nueva burlona.

Baji bufó.

—No me gusta, los chicos y tú están confundidos. Solo la quiero como una amiga y estoy así porque no quiero perder su amistad.

—Porque no la quieres perder a ella, mejor dicho.

—¡QUÉ TE CALLES!

Chifuyu rodó los ojos. Había conocido gente terca pero sin duda Baji era mucho peor que todos ellos. Parece que hasta su intelecto había cambiado luego de no usar los lentes. Rió luego de pensar en eso.

—¿Ves que te gusta? Huele mucho amor por aquí.

—Ponme a prueba.

—Mira, háblame de ella. De cada cosa, cada detalle, de todo.

—Pues...no es ni muy alta pero ni muy baja, su nariz parece un botón, su cabello es liso y hermoso, su piel es demasiado suave, huele a fresas y a flores, su sonrisa es tan brillante que cada vez que la miras riendo parece que entras al cielo, sus lentes la hacen ver bastante adorable y hermosa —sonrió—. Ella es muy inteligente y eso la hace ver muy atractiva, cada vez que escucho su voz hace que quiera escucharla todos los días, hasta lo pondría de alarma; cuando la miro a los ojos es como si estuviera viendo a un universo entero; es tan buena, carismática, amable, humilde, divertida, ella es todo lo que está bien en este mundo —luego soltó una risa—. Recuerdo cuando fui a su casa a estudiar matemáticas y terminamos incendiando un auto. O cuando también me llamaba Nerd Falso que, hasta el día de hoy, lo sigue haciendo. ¡Oh o también cuando...! —hizo una pequeña pausa.

La cara feliz de Baji recordando todos esos detalles y momentos que tenía con aquella chica pelinegra, no se tardó ni dos segundos y se transformó en una seria. Chifuyu lo miraba fijamente.

—Oh mierda, me gusta Dai.

—Aghh, ¡por fin! —bufó—. Te tardaste siglos, por Dios.

—Yo en realidad estaba celoso.

—No me digas.

—Yo no tenía miedo de perder su amistad, yo tenía miedo de perderla a ella y que Mitsuya se enamore de ella y ella de él —mencionó.

—El menos lento.

—Y es por eso que dudaba tanto de los sentimientos hacia ella. En realidad no era una confusión, si me gusta.

—Todos lo sabíamos. Eres muy obvio...y terco también.

—¡¿Pero qué hago?! No le puedo decir ahora nos sentimientos, pero desde hace semanas que no hablamos y ella me ignora. Quiero tenerla de vuelta y estar como antes.

Bajó la mirada triste, Chifuyu lo observó con compasión tratando e entenderlo.

Era cierto, en todas estas semanas Dai ignoró a Baji como si fuera solo una persona más y no su amigo. No habían tenido una discusión fuerte ni larga, pero a Dai le había dolido muchísimo el comportamiento tóxico de Baji que tuvo en toda la salida con sus amigos y ella.

Entonces fue ahí cuando a Chifuyu se le prendió el foco de las ideas.

—Yo te ayudaré.

—¿De verdad?

—Dejamelo a mí, amigo. Yo tengo una idea.

𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐍𝐄𝐑𝐃 | keisuke baji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora