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«¿Yo puedo ser tu amigo?»
«Yo ya te había considerado una amiga cuando hablamos»

Esas palabras estuvieron dando vueltas en mí cabeza una y otra vez, no podía olvidarme de ello y cada vez que recordaba la forma en que me lo dijo me hacía sonreír de una forma tan boba e idiota. Me da ganas de vomitar cuando comienzo a pensar en por qué me siento de esa manera cuando lo pienso. Pero tampoco le doy tanta importancia, lo único que me hace sentir bien es el hecho que tengo otro amigo más.

No tengo el grupo más grande de amigos, pero Fuyu es lo más sincero y Baji lo más divertido, y no importa cuando lo haya conocido, no es tan importante. En una amistad no importan los años y eso fue lo que me di cuenta con el paso del tiempo.

Fui perdiendo amigos poco poco durante mí vida, y fue por los cambios que hubo en mí personalidad. Mamá falleció y decidí tomar otro camino del cual no me arrepiento. Recuerdo que mí mamá siempre me dijo que hay que mostrarse como eres en realidad a las personas, y si no les gusta como te muestras a todos, es porque no son en verdad tus amigos. Sin saberlo esa frase hizo que me diera cuenta de muchas cosas y de quienes eran mis amistades y quiénes no.

Abrí los ojos y Fuyu era la única verdadera amiga que tenía, los demás eran una farsa.

Después de que mí vida social fuera de cayendo de a poco, mí fobia social comenzó a construirse. Me daba miedo hablarle a las personas, sobre pensaba mucho sobre que opinaban los demás acerca de mí y en qué hice mal, no me gustaba estar en lugares donde había mucha gente, cuando alguien me hablaba me ponía nerviosa e incluso contestaba cortante. Me costaba poder intentar ser amiga de alguien. Luego fui superando todas esas cosas con el tiempo que no fue hace mucho, pero aún así me costaba poder hacer amigos.

Antes era mentirosa, egoísta y egocéntrica.
Ahora soy honesta, sincera y, aunque no tenga la mejor personalidad, trato a las personas lo más amable posible.

Prefiero a que no me quieran por como soy, a que no me quieran por como no soy en realidad.

El atardecer estaba apareciendo, y yo iba caminando a mí casa después de un largo día de escuela que, por primera vez, no era tan aburrido como otras veces, o más bien como todos los días suele ser. Papá no me podía buscar debido a que hoy tiene horas extras así que decidí ir caminando a mí casa, no era muy lejos pero tampoco muy cerca. Me dí cuenta de un grupo de chicos que estaba en una parte de la vereda.

Dios, siempre me cuesta pasar por encima de adolescentes hombres. Me pongo nerviosa sin saber por qué. Tengo miedo de que me juzguen con la mirada.

Seguí caminando sin pensarlo dos veces, traté de ignorarlos pero un grito hizo que quedara paralizada.

—¡Miren quién está ahí! Es la perra de Dai.

Conocía esa voz por cualquier lado. Era Takeshi y su grupo de amigos de su vecindario, igual de idiotas y con la misma cantidad de neuronas que tienen, o sea nada.

Takeshi y yo éramos amigos en niños, pero él era parte de mis amigos que no me querían cómo era, y cuando decidí enfrentarme a él solo conseguí un golpe en el brazo y 5 insultos que me lo dijo en mil idiomas. Y no tan solo él, él y todos los que estaban al lado suyo, hasta niñas. Takeshi solo me utilizaba para hacer daño a niñas que no nos hacían nada, solo para hacerlo sentir superior que los demás. Éramos niños en ese momento, y siempre dicen que la gente cambia cuando crece, pero aquí la diferencia es que yo cambié, él no. Él solo empeoró. Y para mal.

Nunca entendí el por qué me sigue molestando hasta el día de hoy, se supone que cada uno sigue con su camino y no vuelve a mirar hacia atrás a pesar de todo. Hubo hasta un momento donde yo me había olvidado de su existencia pero él seguía acordándose de mí. Él es el verdadero Red Flag.

Sentí que Takeshi y los otros se acercaban lentamente a mí.

—Hace mucho que no nos vemos ¿no crees? ¿no saludas? ¿donde están tus modales, eh?

El silencio entre nosotros era más grande de lo que creí.

—¿No dirás nada? Contesta, idiota.

Sentí un empujón por parte de él.

—Te estoy hablando a ti.

—Pensé que estabas hablando solo —contesté.

—¿Te crees superior por ignorarme?

—Si me creo superior es porque realmente lo soy, no por ti —respondí—. Te diría un insulto, pero luego tendría que explicarte el insulto, así que mejor lo dejo así.

Recibí otro empujón más fuerte de Takeshi haciendo que me caiga al suelo y este se coloque en frente mío. Tal vez no debí haber dicho eso. Takeshi se acercaba cada vez más a mí, y sus ojos miraban de arriba hacia abajo. Tengo miedo, muchísimo miedos sinceramente. ¿No está planeando hacerme más, verdad? Claro que estaba equivocada, unos hombres de Takeshi me agarraron los brazos para no dejarme escapar de ellos, otros me agarraron los pies y algunos se reían de mí. Takeshi y dos hombres más comenzaron a tocarme, sus tactos pasaron por algunas partes de mí cuerpo haciendo que me dé escalofríos y empiece a temblar. Dios, yo pensaba que este día iba a ser el mejor, claramente estaba equivocada. Otra vez.

Los tipos que me agarraban me sostenían tan fuerte que ya me estaba empezando a doler, y ya veía de como estaban morados y rojos tantos mis brazos como mis piernas. Quería patear y golpear a los que me agarraban pero era imposible me sostenían con mucha fuerza y hacia que me quedé débil. Mis ganas de gritar aumentaron, y eso fue lo que hice, pero Takeshi tapó mí boca para que luego su mano baje para mí falda del uniforme.

Quiero llorar. Quiero abrazar a papá mientras vemos una película. Quiero reírme junto a Fuyu. Quiero burlarme de Baji. No quiero que me violen. Yo no quiero esto. Solo quiero volver a mí casa sana y salva. No dañada.

—¿Esto es una broma? Oye, tú.

Todos nos volteamos a ver a un pelinegro, con lentes, su uniforme de escuela y su cabello bien peinado.

—¿A mí? —preguntó Takeshi.

—Si, a ti, tu madre no esperó 9 meses a qué su hijo saliera así de mierda —dijo Baji con una sonrisa burlona.

—¿Y tú quién mierda eres para hablarme así, eh?

—Una persona intelectual.

—Baji, ¿qué haces? Te van a dar un putazo si sigues así —le dije.

Solo guiñó el ojo aún con la sonrisa en su rostro.

Takeshi fue hacía Baji de forma tan amenazante que lo agarró de la camisa listo para colocar su puño cerrado en la cara de el de lentes. Prefiero que me golpeé a mí hasta matarme que le rompan los lentes a Baji o le hagan algo.

—¿Por qué tan violento? Podemos arreglarlo charlando —dijo Baji.

—No te metas, imbecil —contraatacó Takeshi—. Debes tener menos defensa que la puta esa.

Puta su abuela.

Esperen, eso suena mal. Sonó horrible.

El puño de Baji fue a la cara de Takeshi haciendo que este fuera al suelo directamente y su cuerpo quedara allí. Los tipos que me agarraban me soltaron de repente al ver a Takeshi en el piso y, al parecer, inconciente, haciendo que me cayera de trasero al suelo también, solamente que yo no me quedé inconciente. Los hombres no más de 16 años se acercaron a Baji para golpearlo, pero Baji fue más rápido. Antes de todo, se soltó el cabello, tiró sus anteojos y se sacó algunos botones de la camisa que seguramente le estaba apretando.

¿Acaba de tirar sus lentes? Este no es el Baji que conozco.

El puño de Baji no tardó en llegar al rostro de aquellos haciendo que en menos de 10 minutos los derrotara a todos con solo unos dos golpes, o quizás menos.

Me dijo inútil de mierda sin decirme inútil de mierda. Debe tener semejante fuerza para hacer que 10 personas terminen en el suelo noqueados.

—Pelo suelto...uniforme desarreglado, ¡tú sin lentes! ¿Quién eres y qué le hiciste al nerd Baji?

—Soy Keisuke Baji, el original y único Baji —sonrió—. Y el que se preocupa por sus amigos.


𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐍𝐄𝐑𝐃 | keisuke baji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora