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—¡ESPERA, ¿QUÉEEE?!

—¡CÁLLATE, SURICATA!

Fuyu trataba de ahogarse los gritos de emoción mientras que Dai, bueno, también se lo aguantaba pero no quería llamar la atención.

—Asi que mí amiga durmió con un pandillero eh —le dió unos cuantos codazos combinados con guiños de ojos—. Hija de tigre.

—Fue una noche bastante relajante, me puse muy nerviosa cuando me abrazo —suspiró Dai—. Fue hermoso.

—¡AAAAAVDIWDJWDND MI AMIGA ESTÁ ENAMORADA!

Cada recuerdo que tenía Dai acerca de esa noche era algo que nunca iba a poder olvidar, había encontrado tantas emociones juntas que era tan imposible de explicarlas al sentirlas. Pensaba que necesitaba controlarse un poco y que no era para tanto tener que reaccionar así, pero las mariposas en su estómago cada vez que está cerca de Baji o él hace algo lindo hacen todo lo contrario a lo que pide.

Fuyu, la shipper N°1 de la pareja entre Baji y Dai, se hacía notar lo contenta que estaba al escuchar todo lo sucedido entre ellos dos. Porque era obvio, siempre había algo de tensión cuando esos dos estaban juntos. Y Fuyu como fan de las películas y libros románticos era de notarlo muy fácilmente, hasta ya estaba planeando el futuro de ellos.

No había nada más lindo que entre una amistad hablen de las personas que les guste, es como compartir el sentimiento y la emoción con tu otra mitad. Simplemente mágico.

Aquellas dos estaban sentadas en el patio de la escuela, un poco más alejados de todos los alumnos que estaban en la cafetería, entre ellos Chifuyu y Baji con unos chicos más.

—¿Para cuando la boda? Yo puedo ser la dama de honor, también la madrina de tus hijos, la organizadora de la boda, la que te ayuda a elegir el vestido... —enumeró Fuyu—. Sabía que esas grañas te iban a enamorar.

—Hasta parezco idiota.

—Ya quiero verlos caminar juntos en la escuela, tomados de la mano mientras se abrazan cada dos segundos y se dan besitos, se pasan el chicle y se dicen babosadas románticas —sonrió Fuyu—. Amo su relación.

—¿Qué relación si ni existe?

La cara de emoción de Fuyu se transformó a una seria, tanto que hasta daba miedo.

—¿Cómo?

—Apenas sé que él me gusta, yo no sé si él siente lo mismo.

—¿Lo dudas? ¿Estás bromeando? Quemó autos, se peleó con un amigo, se dejó hacer trenzas, ¡HASTA CORRIGIÓ SU ORTOGRAFÍA DEL ASCO, ¿Y TÚ DUDAS EN QUE ÉL NO SIENTE LO MISMO POR TI?!

—¿Si?

—Amiga.

—¿Qué?

—Nunca tuve tantas ganas de partirte el cráneo con una mesa.

—No me quiero hacer muchas ilusiones, tal vez trata de ser buen amigo. Especialmente ahora que nos reconciliamos.

Fuyu suspiró irritada.

—¿No te das cuenta la forma en la que te mira? Cada vez que hablas, te mueves, te ríes, en cada cosa que haces él te mira como si fueras lo más hermoso de este mundo.

—¿Y tú como notaste eso?

—Soy fan de lo romántico, me ilusiono mucho más rápido que tú —contestó.

Dai colocó su cabeza en sus rodillas al igual que sus brazos.

No era mentira cuando decían que al amor te deja ciega de muchas cosas, ella apenas de daba cuenta que Baji estaba de su lado, qué iba a pensar ella de la forma de como la veía. Aún así, eso le pareció más lindo todavía.

—¿Piensas en decirle? —preguntó Fuyu.

—No lo sé, tal vez no. Tengo miedo a que...

—¿Miedo? ¡¿DIJISTE MIEDO?! —bufó—. Ah no, no, no, no. Yo no crié a una miedosa de mierda para que no quiera decirle sus sentimientos a el chico que le gusta. Con mis piropos, lo tendrás totalmente domado.

—No, Fuyu, no empieces con tus...

—“¿Te llamas contaminación? Porque me estoy muriendo por ti. ¿Qué tal eh? Estuvo bueno.

—La verdad es que...

—“Aunque te llames cartulina, nunca me olvidaré de ti, beibi” —guiñó el ojo—. ¡No, espera! Este está mejor: “Quién fuera vampira para que me clavaras esa estanca”.

—¡YA FUE SUFICIENTE! —gritó una avergonzada pelinegra—. Te mueres de hambre conquistando hombres con esos piropos.

—Pff, tú te lo pierdes.

Lo único que lograría diciendo aquellos piropos de su amiga a los chicos era en vez de conquistarlos, espantarlos.

—Yo te ayudaré a declararte a Baji, será pan comido.

—¿Lo harás?

—Tú confía en mí, Marco Antonio Solís estará en tus brazos.

(...)

El brillo de los ojos de Baji se formaban corazones cada vez que veía a su amiga pelinegra, lo volvia loco. Luego de la noche anterior era imposible dejar de pensar en ella, es como si estuviese hechizado por los encantos de Dai, de alguna forma.

Todo el grupo de amigos estaban sentados en el patio hablando y riendo como cualquier alumnos, sin embargo Baji solo le prestaba atención a Dai, la miraba como un tonto enamorado sin importarle todo su alrededor. Suspiraba de vez en cuando mientras que ella hablaba con su amiga desde lejos. Chifuyu lo observaba con gracia, su amigo era demasiado obvio y notorio.

—Ah, Chifuyu, ¿así se sientes las babosas en el estómago?

—Mariposas, Baji.

—Si, si, esa mierda. ¿Así se siente? —volvió a largar un suspiro.

—Amigo, parece que te drogaste.

—Si, me drogué, pero de amor...

Si tan solo Baji se viera a si mismo, estaría seguro de qué pensaría que es un estúpido por como actúa, hasta preguntaría quien es esa persona y por qué parece un drogadicto. Chifuyu lo imaginó y se rió.

Pasó de ver a un nerd con lentes y cabello lleno de gel y con con errores ortográficos, a un pandillero bastante fuerte con el que puedes sentirte intimidado, hasta a un idiota enamorado de una chica con pésimos intentos de coqueteo. Había visto cada fase de Baji, se preguntaba con cuál personalidad debe estar hablando.

—Uy si, ya veo.

—Anoche dormimos juntos —mencionó.

—¿Qué? Espera, ¿hay algo que no me haya enterado? ¿no sé supone que fuiste a solo disculparte con ella? ¿usaste condón? Eres un poco joven para estas cosas pero si quieres empezar a tener tu vida sexual debes cuidarte primero —explicó Chifuyu—. Si va a salir positivo en algo que sea en actitud.

—No, asqueroso, dije que dormí de dormir con ella, no que tuve cositas prohibidas con ella. Depravado, fíjate en tus modales.

Chifuyy rió.

—Fue tan hermoso, y cuando me desperté ella me estaba abrazando. Chifuyu, quiero que ella sea la madre de mis gatos.

—¿Y te le declaraste?

—Ehhh, no. Es que no sé cómo hacerlo, no quiero ponerme nervioso, y capaz haga alguna tontería. Además, no quiero que me rechace...

—¿Estás seguro de qué te va a rechazar? No digas tonterías, ella se ve graciosa cuando se ruboriza cuando está contigo.

—¿Qué?

—Ustedes dos son tan idiotas —rió Chifuyu—. Yo voy a ayudarte, Baji. Tenlo por seguro.

—Gracias, Chifuyu, no sé que sería de mí sin ti —sollozó falsamente.

El rubio y la amiga de Dai se dedicaron una mirada que decían muchas cosas y una sonrisa perversa. Se comunicaban por sus ojos idealizando un plan.

Sus dos amigos iban a estar juntos cueste lo que cueste.


𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐍𝐄𝐑𝐃 | keisuke baji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora