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La clase de matemáticas ya había comenzado, y ya estaba un Baji nervioso y asustado y Dai tratando de no reírse de la crisis en la que se encontraba su amigo.

—¿Por qué estás tan nervioso?

—Todo el mundo me está mirando...

El cambio repentino de estilo que tuvo Baji sorprendió a media escuela, de nerd intelectual arreglado paso a lo contrario de lo que pensaban las personas al verlo. Ahora llamó la atención de media escuela, ya no tiene sus lentes, su cabello estaba suelto y apenas su corbata estaba ordenado, mucha gente lo encontraba guapo por como se veía. Detrás de esos lentes con gran aumento había otra persona para nada parecida al Baji nerd.

Era un Nerd Falso.

—Desde que llegué a la escuela todos no me dejan de mirar, ¿tengo algo en la cara?

—¿Cómo quieres que te miren si ya no eres el nerd que todos veían en ti?

—No lo sé, tal vez me pueden mirar ¡cómo una persona normal y corriente como hay en esta escuela siempre! —exclamó el pelinegro—. Llamar la atención no siempre fue lo mío...bueno en realidad si, pero no de esta manera.

—Vaya, entonces el nerd falso es popular ahora —rió Dai.

—¡Ya basta, deja de burlarte!

—Oye, que hayas cambiado de look no significa que dejaste de ser un nerd, o al menos eso es lo que piensan los demás de ti.

—¿A qué te refieres...?

Aquellas palabras de Dai hicieron que Baji se asustara más y quedara paralizado.

—Que con esos lentes causaste que todos piensen que eres alguien intelectual, inteligente...un nerd —explicó Dai—. La gente es lo primero que piensa cuando ven a alguien utilizando lentes.

—Apenas sé escribir «tigre» sin confundirme ¿y piensan que soy un nerd? Mierda —gruñó—. ¿Si saben que soy repitente, verdad? Si fuese tan listo no estaría aquí.

—En realidad, no.

—¿Cómo que no?

—Pensaron que la repitente era yo...

—¿Qué?

Dai no sabía si reír o llorar.

—No me creían que tú eras el repitente y pensaron que estaba mintiendo, por lo que me dijeron que en realidad yo era la que se quedó de curso —bufó—. ¿Tan mala pinta tengo en persona?

—N-no hum...de echo, tú eres muy...

Baji quería terminar su frase pero al tardar tanto la profesora interrumpido su conversación para prestar atención al frente.

—Estos ejercicio que puse en la pizarra es para ejercitarnos un poco, así cuando sean sus exámenes sepan que es lo que están haciendo —la mano de la profesora se movía rápidamente al escribir con la tiza los ejercicios—. Matemáticas es razonar. Iré llamando a algunos para que pasen a la pizarra a que hagan estos ejercicios.

—Puta madre —chilló Baji.

—¿Dijo algo, señor Baji?

—No, no, nada... escuchó mal —rió nervioso.

Baji se mostraba bien por fuera pero por dentro ya estaba pensando en las 100 maneras distintas en poder suicidarse sin que los demás se den cuenta y sin que duela.

—Baji, ¿qué te pasa? —susurró la pelinegra.

—Dai, la gran razón por la cual me quedé de curso, y el motivo por la cual me quiero acariciar el cuello con un cúter fue matemáticas...

—No puede ser, ¿por qué en todo te va mal?

—Oye ¡no me subestimes!, había una asignatura en la que era muy bueno.

—¿Cuál?

—Educación física.

—No puede ser... estás en decadencia, amigo...

Dai quería ayudar a Baji a matarse, solamente que está vez ella quería hacerlo primero.

—¡Keisuke Baji! Pase al frente.

—Si no sobrevivo, dile a mamá que la amo y que se lo dejo todo a mis gatos —mencionó.

Parecía una película de suspenso, en donde Baji era el protagonista de la película y Dai el espectador que estaba cansada de tanto drama.

Matemáticas no es la asignatura que a muchos les guste, podría decirse que es una de las más odiadas y a las que muchos les cuesta poder aprender. Sin mencionar que a la mayoría les gustaría estudiar algo que no esté relacionado con matemáticas. Para la mala suerte de esas personas (o sea la mitad de la población del mundo, o casi todos) todas las carreras llevan matemáticas, y son muy pocas, de verdad, MUY POCAS, las que no llevan matemáticas. Para eso prefieren meterse tres tiros en vez de estudiar matemáticas.

Baji odiaba matemáticas con toda su alma, no tan solo porque no entendía ni una de la asignatura, sino también porque por culpa de esa asignatura, esa especialmente, repitió de año.

—Veamos, Baji, resuelve este ejercicio.

Era raíz cuadrada. √36

«Que suerte, le tocó una fácil» pensó Dai.

Baji se dió la vuelta y miró a Dai, esta le enviaba suerte con señas y en un susurro bajo que él logró escuchar decía «Es muy fácil, tú puedes». Él volvió a mirar a la pizarra con esa raíz cuadrada que tenía en frente de sus narices y comenzó a pensar. Tan burro no podía ser tampoco... creía.

Dai escuchó unas pequeñas risas en el fondo del salón, donde estaban algunas chicas riéndose por lo más bajo, en especial una que reía mientras sus ojos estaban posados en Baji, y a la vez estaba con la cara roja. Eso a Dai no le gustó, le daba mala espina. Aunque no sabía si estaba así porque se estaba burlando de su amigo o porque le parece atractivo lo paralizado que estaba el pelinegro. No le quería poner tanta atención a eso, pero algo la consumía por dentro y no le gustaba como se sentía.

Ella giró su cabeza de nuevo para ver a Baji y su proceso, aunque no había nada todavía escrito. Baji sigue analizando el ejercicio. Dai, a pesar de estar más ciega, ya notaba las gotas de sudor que le caía en la cara de Baji.

—¿Keisuke, está todo bien?

—Si, si, claro... —«solo me dieron ganas de vomitar, nada más, lo común» pensó.

Tenía que arriesgarse, no podía estar más de una hora parado ahí sin hacer nada, sin mover ni un solo dedo, solo por culpa del ejercicio. En este momento a Baji no le importaba nada, ¿podía humillarse? Sip, ¿se va a arrepentir de esto? Claramente.

Al lado de la raíz cuadrada √36 puso como resultado un triste, y con un pulso terrible por los nervios, y severo 4.

Dai quería desmayarse, y su amigo también.

La respuesta era 6.

La pelinegra no sabía cuántos minutos le había tomado a Baji para escribir o analizar el ejercicio, pero a pesar de todo el esfuerzo y sacrificó que dio, estaba mal. Estuvo más de media clase restante ahí parado sin saber que carajos escribir. Físicamente en frente del pizarrón con un ejercicio de matemáticas, mentalmente golpeando su cerebro para que reaccione.

—Casi... —dijo su profesora—. Tienes que mejorar, Baji. La respuesta es 6. La raíz cuadrada de 36 es igual a 6, porque seis por seis es igual a treinta y seis, tomen nota de eso.

El pelinegro no lo pensó dos veces y se volvió a sentar al lado de su amiga que tenía una mueca confundida en su rostro. Había gente que se ponía nerviosa con tan solo pasar al frente al pizarrón, pero en esta situación, podría decirse que Keisuke hizo explotar su sistema nervioso.

—¿Estás bien? Estás muy sudado.

—Y-yo...Creo que me hice pis.

𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐍𝐄𝐑𝐃 | keisuke baji.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora