Pogo

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POV's Narrador.

Una chica linda, sin preocupaciones, siempre llevaba una vida normal, esta era la vecina del héroe de la ciudad: Horacio Perez.
La chica era tierna y amigable, pero, también podía tener su lado... ¿Cómo decirlo? Era una criminal, básicamente. Pero nunca pasaba de robar coches.

Un chico en especial había notado la presencia de aquella chica que rondaba por comisaría, iba a denunciar un robo.
El de pasamontañas rosa se acercó hacía ella y esta le miro de pies a cabeza, preguntándose el porque del pasamontañas.

-Buenos días, señorita. ¿En que le puedo ayudar?- Preguntó con amabilidad, algo muy poco visto en aquel chico, que odiaba tomar denuncias.

-Vengo a denunciar un robo.

Desde aquel día, Gustabo o mejor dicho Pogo, investigo un poco más sobre ella, había estado siguiéndola durante semanas, sabía mucho de ella, desde su comida favorita, color favorito hasta en donde vivía, vivían casi al lado así que ideo un tipo de plan. Cada mañana el pasaría y dejaría un pequeño regalo en casa de la chica, anónimamente.

Había desarrollado una obsesión por aquella chica, su personalidad la adoraba, amaba que tratará de una manera tan especial a las personas, pero, también tenía celos de que esa persona no fuese él.
Pogo por más que deseará hablar más seguido con ella, no podía por el peligro en el que la pondría y no soportaría perderla.

Ahora mismo se encontraba en un arbusto, cerca de la casa de la chica, esperando a que esta saliera, faltaban unos segundos para que saliera, había aprendido su horario de todos los días.
Una melena castaña se pudo apreciar por el umbral de la puerta, miró hacía abajo encontrándose con el pequeño regalo de Pogo, ya había obtenido varios regalos en esa semana, y lo adoraba.

Abrió la pequeña cajita, encontrándose con dos hermosos collares de oro, con dijes de un corazón cada uno, miró hacía los alrededores buscando al responsable de aquel hermoso acto, al no encontrar nada, tomo uno de ellos y lo colocó en su cuello, abroncándolo, dejo la pequeña cajita en el suelo y tomo marcha hacía su trabajo.
Gustabo al ver que ya no se encontraba ahí, fue hacía la pequeña casa y tomo la otra parte, dejando una notita en su lugar.

"Juntos para siempre".

Meses después...

La chica la cual aún se desconoce su nombre,  estaba comenzando a ser un pez gordo. Quien día que una mierdas que robaba coches paso a robar los mejores casinos, dejando muchas bajas por detrás. 

El chico llamado Gustabo se había encariñado mucho aún más con ella, o mejor dicho Pogo, el pensaba que eran tal y para cuál, de eso estaba bastante seguro.  Pogo ya en este punto había sido integrado a la mafia y de hecho... De tan bobo que era: Le contó a Jack Conway sobre su querida dama y este ya la tenía en la mira.

-J, ¿Dónde malditas están mis armas?- Preguntaba notablemente molesta la chica de ojos verdes.

-Que no lo sé Rose.- Contesto su compañero de ventas.

-¡Las vendiste hijo de puta!- Se posicionó detrás con una filosa daga en mano.

-¿Cómo lo supiste? Solo falta que veas cómo me hago las pajas.

-No lo sabía, tú lo confirmaste.- Sonrió victoriosa.- Atento hoy, estaré en una vueltas y necesito quien venda la droga, consigue a alguien que se quiera ganar 20 hoy mismo.- Ordeno.

Cuando la chica de pronombre Rose, salió de esa pocilga y  fue al Casino.

The Union...

-Nos reunimos de nuevo... Armando.

-Rosemary, tan elegante como siempre.- Dijo besándole la mano a la recién llegada.

-Tú tampoco estás tan mal.

Un par de ojos miraba expectante a la chica de cabello negro, era ese hombre que la visitaba todas las mañanas con un pequeño presente.

-Armando...¿Quién es la bella dama?

-Ella es la nueva integrante de la familia.- Dijo mientras abrazaba a su querida  hermana.

Otras meses después de que Rosemary se integrara en la mafia The Union, Pogo decidió decirle sobre su gran secreto.

En la mente de Rose era una mezcla de emociones, entre confusión y amor. ¿Él era el que la tenía enamorada con sus pequeños detalles?

De inmediato el chico saco de su camisa el collar que ellos dos compartían y confirmo que era él.

-No sabes cuanto te amo, y el tiempo que te he buscado, no quería que te asustaras por mi acoso... Solo que-

Los labios de Rose se pegaron en los de Pogo, él la había enamorado sin siquiera estar presente en su vida, era una manera un tanto peculiar, pero la chica la amo.

-Te amo, Gustabo. 


Gta Roleplay & Streamer's Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora