Sus pies reptaban por el suelo como si hubiera perdido toda esperanza. En su último paso, antes de pararse delante de aquella puerta, la rabia interna habló por sí sola en un pisotón sobre el charco que había en la entrada desde hace días. Sus puños se cerraron clavando sus uñas en sus propias palmas. A veces eso le ayudaba a mantener la compostura; autolesionarse le ayudaba a no perder la poca cordura que le quedaba.
Sus dientes rechinaron y sus ojos ahogados no paraban de mirar el umbral de aquel agujero al que llamaba casa. Alzó una de sus manos temblorosas hacía el manillar, giró, abrió y entró. La oscuridad volvía a devorarle de nuevo. Solo entonces era cuando se preguntaba si esa vez sería de forma definitiva.
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Microrrelatos
Random¿Te gustan las historias cortas? Entonces este es tú sitio ¿No tienes tiempo en tu apretada agenda? ¿Te sobran cinco minutos? Este es tu sitio. Ven y conoce las historias más breves de la literatura; descubre estas pequeñas píldoras cargadas de insp...