11. Muerto y yermo

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            Dejó atrás la tierra baldía teñida de rojo tratando de autoconvencerse de que si no miraba hacia atrás todo dejaría de ser cierto. Se equivocaba, estaba solo; había sobrevivido al fin de los tiempos como uno de esos pequeños e impíos milagros sosegados; y mirase donde mirase, todo, absolutamente todo, estaba yermo y muerto; incluida su alma carcomida por el pánico producido por  la soledad y el vacío de una desolada humanidad.

MicrorrelatosWhere stories live. Discover now