10. Curiosidades a parte

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Nunca supe lo que era; pero tampoco quise saberlo nunca. Los monstruos son mejor dejarlos en el olvido; sobre todo si aún no te han quitado el sueño.

Un sonido en la ventana de mi casa irrumpió a las tres de la mañana en tres secuencias de tres golpes secos y parsimoniosos; a la tercera vez que llamó en mi cristal translucido conseguí alimentar mi curiosidad al ver de donde procedían los golpes; y mi curiosidad se dio por satisfecha al divisar una sombra serpentear edificio arriba. Al par de minutos salí de mis pensamientos histriónicos ante lo que acababan de ver mis ojos; aún perplejos; los cuales se mantenían fijos en el ahora hueco vacío hasta que sonaron otros tres golpes idénticos a los anteriores; esta vez, en la puerta. Nunca supe lo que era; pero tampoco quise saberlo nunca.  

MicrorrelatosWhere stories live. Discover now