14. Sigue siendo tuyo

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            Echo de menos tus labios y el veneno que hacía que mis huesos repiqueteasen al oír aquellas palabras viscerales llenas de pus. Mi amor siempre fue tuyo, mi corazón era incapaz de albergar otro nombre en cada latido que daba. Nuestro camino se separó por cuestiones de azar, supongo, y aunque  lo único que pude sentir a tu lado era dolor; a veces, sólo de vez en cuando, lo echo de menos. Es como si sintiese que me lo mereciera. O quizás porque es lo único que me hacía sentir algo. Puede que porque no conozco otra forma de subsistir.

            Y aunque sé qué está mal, mi jodido corazón sigue siendo tuyo.  

MicrorrelatosWhere stories live. Discover now