Echo de menos tus labios y el veneno que hacía que mis huesos repiqueteasen al oír aquellas palabras viscerales llenas de pus. Mi amor siempre fue tuyo, mi corazón era incapaz de albergar otro nombre en cada latido que daba. Nuestro camino se separó por cuestiones de azar, supongo, y aunque lo único que pude sentir a tu lado era dolor; a veces, sólo de vez en cuando, lo echo de menos. Es como si sintiese que me lo mereciera. O quizás porque es lo único que me hacía sentir algo. Puede que porque no conozco otra forma de subsistir.
Y aunque sé qué está mal, mi jodido corazón sigue siendo tuyo.
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Microrrelatos
Random¿Te gustan las historias cortas? Entonces este es tú sitio ¿No tienes tiempo en tu apretada agenda? ¿Te sobran cinco minutos? Este es tu sitio. Ven y conoce las historias más breves de la literatura; descubre estas pequeñas píldoras cargadas de insp...