Capítulo 14

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Después de ver a Stiles caer, lo único que sienten es como caen también pero lejos. Aziraphale sabe que no puede tocar el infierno, así que probablemente no cayó en ese lugar, pero puede estar seguro que no está en el mismo lugar.

Abre los ojos con cuidado para encontrarse con la vista de un lugar desértico, su traje color hueso completamente sucio por la tierra y Crowley a unos tres metros de distancia con su rostro sobre el suelo y su cuerpo contraído contra sí mismo, probablemente en un instinto que su ser serpiente le dio.

–Crowley –Le llama, aunque sale más como un quejido. Se levanta con cuidado de no lastimarse y corre hacia el demonio asegurándose que no esté herido.

Hay tierra alrededor de su rostro, pero parece todo ser normal, probablemente solo está dormido por culpa del dolor, así como Aziraphale lo fue en su momento.

–Querido, debes despertar, debemos ir por Stiles –Le ruega acariciando su rostro.

El demonio abre sus ojos con cuidado mirando a su alrededor y luego a su ángel, parece que todos los recuerdos lo golpean al momento porque se levanta de un solo golpe y toma las manos de Aziraphale con fuerza.

–Ángel, tenemos que irnos, esto se volverá un baño de sangre –Le grita asustado. Se levanta y comienza a caminar como si estuviera buscando algo –Mi maldito auto –Murmura –Bien, no importa, puedo robar otro, después tendré mi momento emocional ¡Tenemos que irnos!

– ¿Irnos? ¿Estás loco? Tenemos que ir por nuestro niño y ayudarlo.

–No es un niño y ahora no es nuestro, no hay nada que podamos hacer, Zira, debemos irnos –Dice histérico.

-No voy a irme.

–Oh, por favor. –Espeta –Sé que lo arruine ¿Bien? No debí dejar que se acercara a Stiles, todo esto es mi culpa, pero no podemos arreglarlo ahora, solo podemos irnos para no explotar en la guerra, no tenemos un lado, vendrán y nos destruirán.

–Aunque el final comenzara Stiles es nuestro nieto, puede que lo ayudemos a regresar.

Crowley se detiene en seco mirando hacia el cielo como si buscara una respuesta, que dios bajara y le dijera que las cosas estarían bien, que es lo que tiene que hacer, a donde debería ir, pero dios se toma demasiadas vacaciones y nunca le importo Crowley de cualquier manera.

Tal vez esa es su peor diferencia con Aziraphale, es un ángel que perdió su fe mientras que Crowley es un demonio que nunca ha dejado de rezar.

–Si vienes conmigo estaremos a salvo, aquí no hay nada que hacer –Murmura, el ceceo por su lengua de serpiente se vuelve cada vez más notable. –Podemos escapar juntos...

–Crowley, no puedo –Le interrumpe. El demonio frunce sus labios y asiente.

–Bien... -Dice. –Entonces seré solo yo, feliz día final.

Crowley se palmea la ropa para quitarse la tierra y se levanta del suelo caminando hacia la nada. Podría ir a cualquier lado que desee, otro universo donde no se esté por crear cualquier estúpida guerra entre dioses, tal vez aquel donde todo es color morado, se veía lindo mientras que lo hacían.

Si, ahí nadie lo encontrara, ni siquiera Aziraphale y eso es lo único que pesa sobre su pecho, además de dejar aquellos que considero su familia.

– ¿A dónde vas? –Pregunta Aziraphale siguiéndolo. Las piernas de Crowley son delgadas y largas por lo que tiene que apresurarse para poder llegar a él.

–A donde sea, menos aquí, donde nuestro niño no esté a punto de destruir la existencia misma y su padre divino esté a punto de matarme por hacer a su hijo más santo que demonial, gracias por preguntar –Espeta con sarcasmo.

El hijo inefable (Sterek/destiel/Ineffable Husbands)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora