CAPÍTULO 7

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DEMENCIAL CORDURA

CAPÍTULO 7

Le observa a detalle, perfilando las facciones endurecidas, la blanca piel orillada a ser gélida, los verdes ojos proféticos de desgracia, la larga melena que le enmarca. Aun con todas las heridas, Natsuki resulta muy imponente e intimidante.

Shizuru siente la presión ejercida por aquellos impredecibles ojos. Tiene que saber si están cometiendo un error al mantener a Kruger ahí. Producto del nerviosismo, una gota de sudor baja por su sien, deslizándose rápidamente hasta el cuello; para Natsuki, es fácil percatarse del detalle, quizá es más observadora que los propios guardias y su perspicacia sobrepasa por mucho a la de Nagi. Tras la ducha y curaciones, la sangre desapareció sin embargo en su boca prevalece el sabor. –Se te acusa de... cosas horribles Natsuki-.

-Lose-. Contesta con su voz insensible, sin una pizca de sentimiento que acredite ya sea orgullo o arrepentimiento de dichas acusaciones. –Lo he sabido desde antes que ustedes-. Odia que le piensen estúpida. Mueca de desprecio aparece escasos dos segundos para volver a perderse. Toma aire, apoyando ambas manos sobre la cama de Shizuru. Exhala repitiendo el gruñido de minutos atrás.

-Te encerraron aquí sin enloquecer-. Menciona el aparente descubrimiento. –Entonces, dime, ¿eres inocente?-. Joder, los ojos verdes le llaman y no, no dictan su muerte como el anterior psiquiatra de Kruger dijo. Le invitan a compartir algo, algo que no sabe que es.

Y por fin, aquella suprimida sonrisa se permite salir a flote. Los labios se curvean revelando blancos dientes, los caninos tanto superiores como inferiores a Shizuru le parecen demasiado afilados. Las comisuras enmarcan toda la demencia que se rumorea. –Yo jamás-. Pero hay algo peor. –Dije fuese inocente-. Esa sonrisa le gusta a Shizuru.

-Kruger Natsuki...

Se supondría los verdes ojos son cuerdos pero ahí están reluciendo con locura. –Viola Shizuru-. Pronunciando un nombre tan claro como agua cristalina.

La psiquiatra no lo sabe, pero su paciente está logrando lo que quiere.

–Garderobe es peligroso-. Dice ahora, con su misma voz profunda pero en forma de susurro que provoca la piel de Viola se erice.

-¿Por qué hablas conmigo?-. Cual depredador, deleita a su presa, clavando la vista en los carmines ojos. Ha analizado cada respiración, cada parpadeo, cada latido.

-Sencillo-. Expresa de tal manera que pareciese lo más obvio del mundo. –Porque lo he querido-.

Sus manos de a poco deslizan suavemente, en ligera caricia que pasa desapercibida hasta último instante; los orbes roban toda la atención de modo que protagonizan el momento. Al final, ambas manos colisionan con delgados hombros. Suave liberación de aire que no llega ni siquiera a suspiro sale de los labios de Shizuru. –Dime Shizuru-. Palabras roncas. La nombrada pasa saliva, extrañamente aun el miedo decide dejarle fuera de sus dominios. Asiente, en movimiento casi oculto a la vista, dando puerta abierta a solo dios sabe que cosas. –Contesta sin mentiras-. Natsuki aplica poca presión, empujando a la otra, haciendo de apoco se incline e incluso la misma Viola no se da cuenta. Fusila en mirada, utilizando ojos cual taladros perfora almas. -¿De qué color es la sangre?-.

"Tú sabes la respuesta Natsuki. Le has visto, sentido, olido, saboreado..."Cantan al oído los demonios privados. "Le has tenido en tus manos, metida debajo de las uñas" Elevan el tono, asegurando con nada Kruger pueda ignorar dichos cantos. "¿Para qué preguntar eso? Estando segura de la respuesta; sabiéndola mejor que la mayoría"

-Roja-. Contesta.

-Exacto-. Le satisface la respuesta. –Ahora dime. ¿A qué sabe?-. Las facciones de Shizuru desencajan, creando asombro y desconcierto ante el cuestionamiento. Pero la lengua en su boca, esos labios, carecen de una respuesta verdadera. Porque jamás ha probado aquel sabor y espera seguir de esa manera.

Demencial CorduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora