CAPÍTULO 11

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DEMENCIAL CORDURA

CAPÍTULO 11

Guiada por impulsos de adrenalina entremezclada con curiosidad, firmemente sus dedos terminan de abrir todos los seguros. Ahora aunque quisiese volver a colocarlos, sabe esta fuera de sus manos hacerlo. En el otro cuerpo, la tela de la camisa de fuerza resbala primero por sus hombros, lentamente, pues sus músculos siguen completamente entumecidos y eso en sí mismo es una limitación bastante molesta; después baja por los brazos y al último las peligrosas manos gozan de estar libres.

Shizuru observa en silencio, admirando la bizarra imagen que hasta cierto punto le impacta como pocas cosas logran hacerlo. Aunque pensándolo bien, ¿de qué se asombra? Si todo esto es absolutamente su culpa; por eso el momentáneo impacto se desvanece sin dejar huella. Sus dedos toman con firmeza la linterna, continúa alumbrando a su acompañante, como es obvio la luz provoca una sombra sea proyectada en el escaso suelo visible, pero esta se distorsiona, creando vaga ilusión de otra criatura ocupando el lugar de Natsuki.

Por fin la odiosa prenda cae al suelo.

Viola parpadea, depositando fe en que la sombra es solo vil jugarreta fungida por su mente, un intento desesperado de su consciencia o quizá de la razón para meterle en sus profesionales cabales. Porque ahí solo están ambas, lo repite un par de veces convenciéndose de que aquella imagen fue solo su imaginación mesclada con el cansancio acumulado.

Esa mirada esmeralda es difícil de descifrar; refleja neutralidad tan natural que incluso roza en lo absurdo, pero aun así la psiquiatra está segura en cualquier momento dichos orbes rebelaran la verdad y derrocharan emociones, por desgracia también sabe cualquier emoción albergada por su paciente se encuentra lejos de las habituales. Es aterrador no saber si la locura será la primera en aparecer.

Aterrador y excitante.

Es incomodo que en el fondo desea ver todo el esplendor de la demencia.

Y quiere verlo protagonizado por Natsuki.

Oji-verde mueve sus brazos, satisfecha al poder tener control sobre su cuerpo así no haga nada este día; el entumecimiento lentamente va perdiendo poder sobre ella y deja fuerte sensación de hormigueo como la prueba de su constante estancia, tal cual hormigas caminándole desde los talones hasta el cuello. Pero le ignora, desinteresada en sensaciones minúsculas como esa.

Castaña contiene el aliento, pues ahora comienza a percibir detalles no del todo gratos. Nota es cierto Natsuki respira en ritmo semejante al de una bestia dormida. "Tonterías" Dice una vez y repite mil más. Quizá no sea exactamente sana confianza la presente en esa relación tan extraña, o bueno, simple y sencillo, no existe confianza, es otra cosa parecida que se aleja y retuerce, ausente de escrúpulos o vergüenzas; sin embargo eso carente de nombre habita entre ellas. Cierra los ojos un segundo cuando escucha crujidos; es Kruger haciendo truenen los huesos de su espalda, cuello y por último nudillos.

Ahí está de nuevo, Natsuki Kruger vestida con un sencillo pantalón y delgada playera de tirantes; parada de perfil es posible ver parte de su espalda, y aun con escasa luz Shizuru ve por segunda vez aquellas cicatrices. Es obvio dichas heridas fueron muy dolorosas en su momento, ahora es obvio le son indiferentes a la propietaria, como si no estuviesen ahí surcándole la piel. Oji-rubi deja la creciente duda se ahogue en su garganta; estas circunstancias son las peores para preguntar sobre el tema.

Así, sumidas en el compartido silencio salen del cuarto. Irónicamente los pasillos adquieren mayor parecido a cuentos de terror bajo la influencia de la pequeña y blanca luz que poseen. Da el sentimiento de que en el momento menos oportuno se apagara. Además... ¿es idea suya o el ambiente parece enfriarse? Como si invernal viento soplase tocándole las manos y mejillas. No, imposible, es un lugar cerrado y los aires acondicionados no funcionan. La falta de descanso, si, definitivamente esa es la causa de tales divagues.

Demencial CorduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora