CAPÍTULO 23

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DEMENCIAL CORDURA

CAPÍTULO 23

Ha llegado el momento de que Natsuki regrese al K-17. Su cuerpo está completamente recuperado y siente su fuerza más renovada que nunca, pero se muestra endeble ante cualquiera que no es su psiquiatra, para mantener su ventaja.

Unos minutos antes de su transferencia, contempla a Shizuru, sigue sin entender que esa constante punzada en sus entrañas, es una sincera y creciente preocupación por ella, porque desde el día en que recuperaron su carpeta, no ha dejado de sentir que algo les acecha.

Normalmente no le importaría verse frente al peligro, depredador contra depredador, sin embargo, han cambiado las reglas del juego, en su situación actual no puede darse el lujo de correr riesgos a la ligera, sabe que con todo lo que haga, sin importar cuál sea su acción, terminará arrastrando consigo a la castaña, y no quiere que nadie le de caza a Shizuru, a SU Shizuru.

No quiere que nadie insinúe dañarle.

No quiere que nadie les aparte.

No quiere que nadie más le toque.

Si alguien le toca, sin su consentimiento, tendrá que cortarle las manos.

Tendrá que dejar bien claro que Shizuru es solo suya.

Su mirada se endurece y su psiquiatra lo nota. -No estarás ahí mucho tiempo-. Le dice acariciando su brazo. -Lo prometo, Natsuki-. Kruger toma la mano de Shizuru, complacida de que su frío tacto no le incomode, gustosa de que sus ásperos dedos puedan acoplarse a los suaves de ella.

No se complementan, porque cada una ya está completa por su cuenta.

Juntas crean algo nuevo, algo único, algo que emite locura y a la vez parece tan natural como la vida misma.

Da un ligero apretón a la mano contraria. -Lo sé-. Sabe que su psiquiatra hará lo que sea por sacarle de ese sitio tan inhumano. Ve a los ojos carmín y puede sentir que es la única mirada que no le miente. Sostiene su mano y sabe que es la única mujer que necesita, la única presencia que le reconforta.

Tras un intercambió de miradas, salen de la habitación de Shizuru. Va vestida con playera, pantalón y tenis blancos, la camisa de fuerza se la pondrán hasta que estén en su destino.

O eso planeaban, porque con solo unos segundos en el pasillo, Kruger lo siente en el aire: el infierno va a desatarse.

Pero ella es un demonio y le abrirá paso a Shizuru entre el fuego.

Nagi se ha dado cuenta de que le falta cierto expediente, esto le enfurece, porque sin el no puede enviar a Kruger a otro manicomio, como venía planeando las últimas semanas.

Aprieta los puños, le ha dado mil vueltas al asunto y sigue sin entenderlo, ¿Cómo? ¿Cuándo? Los últimos días ha estado saliendo mucho de Garderobe, pero ya checó todas las grabaciones ¡Y no hay nada! Además... ¿Quiénes? Porque obviamente sospecha de Viola, pero eso no pudo hacerlo una sola persona, y tampoco puede confrontarle ya que si se equivoca y abre la boca le habrá revelado la existencia de ese historial que ha escondido tanto tiempo.

Maldice mentalmente.

Pero ya tiene otro plan.

Si no puede enviarle a otro manicomio.

Tendrá que deshacerse de ella, a cualquier precio.

Aunque tenga que llevarse de encuentro a terceros.

Saca un pequeño pero complejo control remoto de su bolsillo, presiona un botón y con ello las cámaras de Garderobe comienzan a fallar, a su conveniencia.

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