Libro 2 Capítulo 37

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Hope dobló en la esquina del siguiente pasillo, con su mano ligeramente aferrada a la empuñadura de su espada envainada, y luego trotó escaleras abajo sin perder un solo segundo de su tiempo.

Se había despertado bien temprano en la mañana, las tareas del día lo ameritaban si su idea era irse a la cama relativamente temprano.

Vestía cómoda, unos pantalones oscuros de cuero junto a una camisa suelta, y una suave sonrisa se extendió por su boca cuando a mitad de camino reconoció la silueta de Josette rodeada de sus damas de compañía. Eran al rededor de cinco chicas, incluyendo a la antigua Delfina de Francia, pero se podía apreciar un insistente murmullo que provenía del pequeño grupo.

- Hope, mira -Su formal prometida le llamó la atención cuando sin siquiera verla, ya que la castaña le daba la espalda, pareció sentir su presencia cerca.

Hope se desvío de su trayecto original, ya que debía dirigirse a una reunión que tomaría lugar en cinco minutos, y se acercó a ella por detrás.

Se puso de pie tras su espalda, con curiosidad mirando por sobre el hombro de la reina de Francia para alcanzar a reconocer aquello que esta traía naturalmente envuelto entre sus brazos.

Una gigantesca e involuntaria sonrisa se extendió por su rostro, sus ojos brillaron y la castaña la miró por sobre su hombro para ver la reacción.

Hope ya veía, y comprendía por completo, aquello que traía embelesada a las jóvenes.

- Dios, que pequeño tan adorable -Comentó con su vista atrapada en el bebé que Josette traía en brazos.

Parecía tener cerca de un mes de vida, Hope no estaba segura pero entre los brazos de su prometida el pequeño niño parecía ser extrañamente diminuto.

Josie lo arropó con maestría, como si lo hubiera hecho cientos de veces antes, y Hope aprovechó para estirar su dedo índice y acariciar con extremo cuidado la pálida mejilla del bebé.

Abrió los ojos con temor cuando este movió su boca en un reflejo de succión, rápidamente volviendo a quedarse inmóvil.

- Es el bebé de Penelope Park, ¿la recuerdas? -Josie le mencionó con alegría, sus ojos alzándose hasta alcanzar a una de sus cuatro damas de compañía frente a ella.

Si, Hope recordaba a la chica sin mucho problema. Era en las tierras de esta, en el norte de Francia, donde habían encontrado sitio seguro para desembarcar sus tropas horas antes de la guerra contra España.

También sabía, a causa de alguna de sus múltiples charlas con Josie en estos últimos días, que Penelope se había estado quedando en casa de sus padres, en Normandía, tras la huida de la heredera al trono de Francia a la tierra de los Mikaelson. Según la castaña la corte de Francia, durante su indeseada estadía fuera del sitio, no había sido un lugar seguro para sus damas de compañía debido a que Alaric podría haberlas culpado y sentenciado a muerte por traición tras creer que estas ayudaron a Josette a huir.

- Es un bebé precioso, felicidades -Elogió con una suave sonrisa, volviendo su vista a Josie y lo bien que le sentaba tener niños pequeños en brazos.

Se veía preciosa, y Hope no pudo no pensar en esta siendo madre.

El increíble deseo de formar una familia con la castaña la volvió a abrumar, de aquella forma que muchas veces ya había ocurrido antes.

- Muchas gracias, su majestad -La joven, única hija de los Park, hizo una pequeña inclinación con su cabeza para mostrarle respeto- Comentaba a Josie que este será bautizado pronto, me temo que con todo el revuelo no hemos tenido mucho tiempo para ello -

Si solo fuera Josie -Hosie 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora