Inglaterra, 1563
Elijah Mikaelson, como príncipe y mano del rey, se encontraba constantemente leyendo documentos importantes; la mayoría de estos tratados que si resultaban interesantes no dudaría en presentar a su hermano, el infame rey Niklaus, para que tomara una decisión.
Aquella tarde no era diferente, yacía con una pila de documentos que debía leer para antes de que finalizara el mes. Lo que era distinto, si, es que había optado por sentarse en el jardín este de la corte para disfrutar del apreciado sol de primavera.
Enrolló el pergamino y luego lo hizo a un lado, ignorándolo. Era una propuesta de matrimonio por parte de un reconocido Lord de la región, este quería la mano de Rebekah para su hijo que al igual que la princesa había cumplido 10 años aquel año. Niklaus, sin contar que el tampoco, siquiera iba a considerar tal cosa a pesar de que era muy normal que la nobleza se casara por beneficio y no por amor. Mikael Mikaelson había firmado el compromiso de su hijo Finn con la hija menor de Lord Watson, Lady Sage Watson, cuando este cumplió seis años en 1547; incluso hubo una pequeña celebración por ello. Finn Mikaelson, con sus ahora 22 años, había tenido suerte de enamorarse de la chica pero eso no aseguraba que ocurriera en todo matrimonio arreglado.
- Hermano -
Elijah levantó la cabeza de los papeles, respondiendo al llamado.
- Kol -Saludó a pesar de que no era la primera vez que lo veía en el día, habiendo almorzado con este y el resto de su familia hacía poco más de tres horas- ¿Sales? -Cuestionó al reparar que traía sus botas de montar.
- Si pero no debes preocuparte porque Freya ha decidido acompañarme -El joven príncipe, de tan solo 12 años, comentó de antemano. Yacía de pie ocupando un lugar cerca de los arbustos que rodeaban aquella extravagante pérgola, sin subir los tres escalones de la misma para llegar a la explanada donde el tercer hijo de Mikael se encontraba sentado leyendo- Cuatro guardias han de escoltarnos, ya han sido alertados -
La mano derecha del rey, pasándose la mano por el cabello para apartar los entrometidos mechones que le obstruían la vista, asintió con una sonrisa suave sobre sus labios; tal vez porque su familia ya se había acostumbrado a lo sobreprotector que era, apresurándose a estas necesidades antes de que el mismo las exigiera.
- Entonces, hermano, ¿por qué me buscas? -Preguntó a sabiendas de que si estaba ahí, en su presencia, no era solo para advertirle que dejaría la corte por un par de horas.
Seguramente, y apostando varios chelines a ello, el joven príncipe no había encontrado a su hermano mayor, Niklaus, a quien ni el mismo Elijah lograba ubicar aquella tarde. Desde que Esther Mikaelson, la reina madre desde la muerte de su esposo el rey Mikael en 1559, había fallecido el año pasado Kol junto al resto de los Mikaelson respondían ante Niklaus; su rey y nueva figura de autoridad.
- Tu cumpleaños se acerca -El menor de los cuatro hijos de los antiguos monarcas ingleses, llevando sus manos hasta arrancar una pequeña flor que seguramente regalaría a Rebekah cuando entrara a la corte en busca de Freya, informó como si no pudiera ser consciente de ello- Parece ser que la corte necesita saber si invitarás a todos los nobles del reino, pues 19 años no es algo que se cumpla todos los días -Bromeó en consecuencia de no creer que aquel fuera un número importante.
- Probablemente -Fue la escueta, de claramente reducida importancia, respuesta del hombre.
- Entonces eso es todo, entrega a la corte una pronta respuesta para que puedan enviar los mensajes -Advirtió balanceando sus pies, claramente deseándose ir. No sería sorpresa para Elijah si alguien le decía que el príncipe había sido enviado a preguntarle aquello, no porque este sintiera curiosidad por la respuesta- Si ves a Nik avísale que salí, por favor -
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Si solo fuera Josie -Hosie 2
RomanceDos reinos. Dos herederas. Una historia. Una vida. Una mentira.