𝟐𝟒. 𝐃𝐄𝐒 𝐕Ú

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Capítulo 24

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Capítulo 24


6 de mayo.




Miro por la ventana mientras aprieto mis nudillos y juego con mis dedos, ciertamente nerviosa, aun se me hacía rato estar en esta situación. No creo que me sienta preparada, sin embargo, estoy en mi auto dejando que él conduzca, tengo un dolor de cabeza demasiado intenso.

Ayer no bebí tanto, por lo que no es resaca, simplemente migrañas insoportables. Intenté cancelarle, pero me dijo que haría que me sienta mejor.

Es difícil decirle que no siendo tan encantador.

Aunque me mantuve callada gran parte del viaje, él deja su mano en mi muslo y acaricia con suavidad mi pierna sobre la tela. Respiro hondo intentando mantener la compostura y volteo mi cabeza para verle.

— ¿Me dirás dónde iremos?

— No – Niega con la cabeza y suelto un bufido de molestia —, pero puedo decirte donde haremos la primera parada.

— ¿Parada? ¿Qué pretendes? – Despego mi cabeza de la ventana y me inclino hacia él, pellizcando no demasiado fuerte su hombro —. Dime.

— ¡No si me sigues pellizcando!

— Vale, vale. Dejó de hacerlo – Pero no dice nada, porque detiene lentamente el auto en lo que parece unas enormes rejas ¿Un barrio privado? Miro por la ventana intrigada — ¿Dónde estamos?

Alastor muestra su identificación en la gaceta del oficial y este abre las puertas.

— Iremos a ver a mi madre.

— ¿Tu madre? ¡Estás loco! – Prácticamente chillo mientras lo vuelvo a golpear en el hombro, solo se ríe — ¡Deja de reírte!

— Es que me divierte tu pánico.

— ¡No estoy entrando en pánico!

— Ajá. Vamos a ver a mi madre porque hace semanas no la veo y ayer me regaño, así que la iré a ver.

— ¿Y no podías verla antes de esta salida?

— No, nunca la has conocido en persona. Seguro se van a llevar bien.

Aprieto mis labios, molesta. ¿Yo caerle bien? ¡Por favor! Ella se ve... Se ve simplemente increíble y genial, todos dicen que es un amor de persona y que aunque es muy diva, siempre ha sido amable. Yo no voy a caerle bien, definitivamente. O probablemente haga una idiotez que haga que piense que soy extraña. Me froto el rostro, nerviosa y me mantengo en el auto hasta que lo estaciona.

Obviamente es una mansión enorme y preciosa, la madre de Alastor no se pierde de ningún detalle. Todo es perfecto. Nos bajamos del auto y rodea el coche, me entrega las llaves y cuando empiezo a caminar, no me pierdo el gesto de que toma mi mano. Intento apartarla, pero entrelaza nuestros dedos, sin dejarme escapar. Tira de mí hasta que llegamos a la entrada. Toca la puerta y esperamos unos segundos.

Ramé (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora