Ramé: Algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo.
Él es hermoso
Ella es caótica.
Ramé carece de traducción al español, pero su significado expresa algo caótico y perfecto al mismo tiempo.
Su definición puede ser fácil de entender y se puede apli...
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Capítulo 7
21 de enero.
Lo primero que hago al despertar es sufrir en la agonía de la resaca.
Me realizo promesas de no volver a beber, que sé que cuando tenga la oportunidad romperé.
Lo segundo que hago es maldecir a Alastor por invitarnos a beber.
Lo tercero es recordar las cagadas que me mande anoche y sufrir también por ello. Me estiro para tomar mi celular y lo intento manotear sobre la mesada, pero no logro nada y entonces me tengo que destapar.
— ¡Mis ojos! – Me quejo cuando la luz del sol me ciega, me froto los parpados y tomo el celular tan rápido que casi se me resbala de las manos. Me vuelvo a tapar completa con las sabanas y revisar mi teléfono me genera más dolor de cabeza.
Maldita Ada, estoy segura de que ella abrió la venta. Gruño entrando al chat de Alastor y le mando un mensaje.
Yo: Lamento lo de ayer.
Y también te odio por eso.
No me responde de inmediato así que vuelvo a acostarme y acurrucarme dejando el celular a un costado en mi almohada. Intento dormirme otra vez para que el dolor de cabeza se alivie, pero no puedo reconciliar el sueño de nuevo. Pasan horas mientras estoy recostada en posición fetal hasta que mi celular comienza a vibrar con una llamada entrante.
— ¿Por qué me odias?
Su voz se escucha ronca y hace que me estremezca ¿Cómo alguien puede hacer estragos con solo decir unas cuantas palabras? Quizás porque su voz es jodidamente sensual.
— ¿La Vie?
— Te odio porque por tu culpa tengo una resaca – Mascullo molesta y me destapó de forma brusca teniendo un repentino calor.
— Ah claro, yo te obligué a tomar cantidad exagerada de alcohol. Demándame.
— Obviamente que voy a demandarte, por ser tan mal amigo.
Su risa grave logra que tenga al menos tres infartos y quiero decirle que lo que acaba de hacer es muy injusto y sexy, pero el muy idiota es tan egocéntrico que el ego se le subiría hasta las nubes.
— No puedo creer que me eches la culpa de esto, además de que yo fui tan bueno de llevarte a tu apartamento...
Maldigo en voz baja por recordar todo lo que le había dicho o hecho, solo quiero golpearme la cabeza contra la pared en un intento de olvidar.
— Porque recuerdas lo que paso, me imagino.
— Claro que no...
— A mí no me mientas que aunque estemos lejos sé lo que haces.
