𝟐𝟏. 𝐙𝐈𝐁Á

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Capítulo 21

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Capítulo 21




Me quedo viendo el techo mientras estoy en el intento de regular mi respiración, puedo sentir los pasos de Alastor alejándose de la cama y hago una mueca, pero no porque se haya levantado, sino por el calambre en mi entrepierna. Los dos orgasmos hicieron que me relaje, sin embargo, el dolor es latente.

¿Tiene que doler tanto? ¿Es normal? ¿Me habrá desgarrado y ahora me estaré desangrando internamente? Bueno, no es un dolor tan intenso, pero con mi suerte...

Levantó la manta para ver si no me estoy desangrando y descubro que hay una pequeña mancha de sangre en sus perfectas sábanas. Hago una mueca frustrada y pasó una mano por mi cabello, levantó la cabeza cuando él vuelve y no puedo evitar bajar la vista recorriendo su cuerpo.

Es condenadamente sexy.

Levantó los ojos rápidamente y aferró las mantas a mi cuerpo, y me observa curioso antes de acostarse.

— ¿Qué sucede?

— Yo... Hay sangre – digo apenada y Alastor se recuesta pasando sus brazos detrás de la cabeza, no parece molesto o preocupado —. Puedo limpiarlo, llevarlo a mi casa...

— No te preocupes, sé lavar ropa – Dice con diversión y su mano se desliza por la cama hasta llegar a las sábanas que me cubren, las aferro con fuerza — ¿Qué sucede? Como si no hubiera visto lo que hay ahí abajo.

— Es raro.

— ¿Qué cosa?

— ¡Todo! – Me altero por un momento y eso parece divertirle —. Haber tenido sexo contigo fue...

— ¿Estupendo? ¿Increíble? ¿La mejor cosa que te paso en la vida?

— Creo que estás alucinando. Pero tampoco fue increíble...

Él se acomoda poniéndose de costado y se encuentra tan cerca que toma un mechón de mi cabello poniéndolo detrás de mí oreja, no se ve ofendido, de hecho tiene una pequeña sonrisa en los labios.

— ¿Qué tan mal? Bueno, tendré que mejorar la próxima vez.

— Sí, creo que debes esforzarte un poco más – Bromeó haciéndolo reír.

Me guiña un ojo y emboza una sonrisa llevando su mano hasta mi nuca para acercarme y darme un beso. No es muy largo, apenas es un toque suave y sus labios no se mueven mucho, luego se aparta y acomoda la manta sobre mis pechos otra vez.

— ¿Te sientes bien? ¿Necesitas alguna cosa? Puedo traerte un poco de agua o algo de comer.

Me quedo completamente sorprendida con sus preguntas, no pensé que se preocuparía tanto por las personas con las que tiene sexo. Quizás es porque fue mi primera vez y... ¡Debería dejar de pensar tanto! Es obvio que solo está haciendo amable para no hacerme sentir mal por tener sexo una vez, porque claramente es solo sexo. En un intento de no parecer tan aturdida, me acerco apoyando la palma de mi mano en su frente, fingiendo tomarle la fiebre.

Ramé (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora