Ramé: Algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo.
Él es hermoso
Ella es caótica.
Ramé carece de traducción al español, pero su significado expresa algo caótico y perfecto al mismo tiempo.
Su definición puede ser fácil de entender y se puede apli...
C3n53r Gracias, corazón por leer la historia y apoyarme, espero que te guste mucho y que sigas en el camino hasta el final. Realmente lo valoro :3
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Capítulo 33
05 de junio.
Aprieto contra mi pecho al gatito que ronronea feliz mientras acaricio la cabeza meciéndolo como si fuera un pequeño bebé.
Alastor me mira con impaciencia queriendo que le devuelva a su hijo, pero me niego hacerlo. Es tan calentito y suave que no puedo dejar de abrazarlo. Le doy la espalda y lo escucho reír, se acerca hasta apoyar su pecho en mi espalda y se agacha un poco recostando su barbilla en mi hombro.
— Estás haciendo que se duerma.
— Es que estuvimos jugando todo el día, normal que esté tan cansado.
Me besa la mejilla y cuando me muerde tengo que apartarme, lo miro mal y termino extendiéndole al minino que parece ya haberse dormido. Él lo carga como todo un profesional y lo acurruca en el hueco de su cuello, sonrió con ternura mientras los veía.
— Eres hermoso.
— Gracias nena, ya lo sabía – me guiña un ojo y yo suelto un bufido mezclado con una risa.
— Que maldito egocéntrico, hablaba de Cálix.
— Oh... Igual también soy hermoso, no hace falta que me lo recuerdes.
Me río y me acerco para tomar su rostro entre mis manos en busca de que se agache y lo beso. Atrapa mis labios con los suyos y es quien controla el beso aunque no me toca con las dos manos, la que no tiene una ocupada con su gatito la baja hasta mi cintura para hacerme retroceder y provocar que mi espalda choque contra la pared.
El beso no dura mucho, ya que Cálix puede despertarse y un sonido de arcada nos hace detenernos. Volteo mi rostro hacia el pasillo donde al parecer se encuentra la persona tan molesta que ha interrumpido mi delicioso beso y...
— Maldita hija de puta...
Empiezo a correr hacia el inicio del pasillo y aunque ella intenta escapar dejando caer su bolso, logró tomarle un mechón de cabello haciéndola gruñir, pero logrando que detenga su huida. No lo dudo cuando me arrojo sobre ella provocando que ambas caigamos al piso. Pelea conmigo para poder soltarse, aunque yo no la dejo, de hecho, logró tomarla de las muñecas para inmovilizarla.
— ¡Que me sueltes!
— ¡Y tú explícame por qué mierda te fuiste tantos días!
Deja de forcejear conmigo y frunce el ceño viéndome, suelta un bufido exagerado e intenta empujarme, pero no me salgo de encima.
