𝟑𝟖. 𝐗𝐎𝐃𝐎

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Capítulo 38

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Capítulo 38

¿Qué es lo que sentirías si ves a tu novio en la cama con otra chica?

Bueno, quizás mi lado dramático lo está exagerando y no es tan así, aunque eso es lo primero que veo en el momento en que entró.

Las dos personas en la cama posan la vista sobre mí apenas doy unos pasos dentro y me concentro en Alastor con el ceño fruncido quien se mantiene con los labios sellados haciendo una mueca.

— Clarisse...

— Yo venía a disculparme y a hablar contigo, pero... Supongo que estás ocupado. Mejor me voy.

Me voy la vuelta intentando contener la ira y las ganas de golpearlo para comenzar a caminar hacia fuera del apartamento. Clara hace una mueca cuando me ve e intenta decirme algo, pero levanto la mano deteniéndola. No quiero nada ahora. Apenas salgo del apartamento, logro avanzar solo un par de metros cuando alguien me toma del brazo deteniéndome. Forcejeo buscando soltarme, pero me lleva contra una pared acorralándome para qué deje de hacerlo, sin embargo, me lo intentó quitar de encima a toda costa.

— ¡Suéltame!

— ¡Cálmate! Tienes que calmarte.

— ¡No quiero hacerlo! – Le doy un golpe en el pecho que le provoca una mueca de dolor, sin embargo, vuelvo a golpearlo porque necesito que me suelte. Mis manos me tiemblan, aunque no sé si por la rabia o por la angustia — Tuvimos una discusión ¡Una pequeña! Joder, solo fue apenas unas horas y vengo... ¡Vengo y estás con una chica!

— No es lo que piensas...

— ¿No estabas con una mujer en tu cama? – le gruño y el italiano suspira, exasperado.

— ¿Acaso viste quién era? – pregunta entre dientes.

— ¿Acaso crees que me importa con quién estabas? Créeme, estaba más concentrada en ver tu cara de culpable.

Vuelvo a forcejear para que me suelte y me agarra de los hombros, apretándome otra vez contra la pared y viéndome fijamente con esos ojos celestes que me han hecho temblar. Pero ahora... Ahora no me están haciendo sentir bien. Termina bufando y su agarre se vuelve menos fuerte para volverse una caricia provocada por sus dedos. Evito suspirar o estremecerme, no es el momento para que mi cuerpo me falle.

— ¿Puedes dejarme explicarte qué es lo que viste?

— No quiero excusas baratas – término apoyando mi cabeza contra la pared porque al parecer no va a soltarme y siento que la rabia comienza a ser reemplazada por algo que parece tristeza o decepción.

— Creo que estoy ofendida de que no me hayas reconocido – Volteo la cabeza viendo a la chica parada en la puerta del apartamento de Alastor, es quien estaba en su cama y no parece muy preocupada. Suelto un gruñido.

Ramé (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora