𝟑𝟕. 𝐋𝐀𝐂𝐔𝐍𝐀

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Capítulo 37

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Capítulo 37



09 de junio.




Nunca me había acostumbrado a dormir con alguien a mi lado, ni con Ada, ni Chris o cualquier persona que intentara dormir en mí misma cama porque terminaba sacándole a patadas. Inconscientemente, claro está. Pero con Alastor las cosas se habían vuelto diferentes, me sentía cómoda y me gustaba acurrucarme, tener su calor pegado a mi cuerpo se ha vuelto una costumbre gratificante.

Por eso cuando abro los ojos al despertarme y no encuentro a Alastor, lo primero que hago es fijarme si es que él estaba en el piso porque le había dado alguna patada.

Nada de nada.

Eso es una buena señal, supongo.

Además de la camiseta que me llega hasta debajo de los muslos, no llevo nada más puesto. Mi cabello se encuentra enredado y decir que parece una melena de león es poco. Mientras me lo intento acomodar con los dedos busco un par de bragas y me las pongo, luego voy hacia el baño y me cepillo el pelo lo más rápido que puedo, me lavo los dientes y salgo cuando escucho como alguien habla en voz alta, más de lo normal. Mi lado chismosa se activa y me voy acercando en completo silencio, en el momento en que escucho que es una discusión, me apresuro para ir corriendo a ver qué es lo que sucede.

Casi me mato corriendo por Manchas que se me cruza en el medio, no me detengo a acariciarle solo porque no me quiero quedar sin mejor amiga, ni novio. Si ellos dos estaban juntos y solos por un corto periodo de tiempo, eran capaces de arrancarse los ojos.

— Pero ¿qué me estás diciendo?

— ¿Y a ti que mierda te importa, chismoso? ¡Vete de aquí!

Okay, definitivamente están peleando. Me encuentro con ropa en el suelo que parecen unos malditos obstáculos y Manchas me sigue en todo el camino hasta la cocina, donde se encuentran Ada y Alastor, cada uno en una punta del lugar, viéndose con el ceño fruncido muy molestos. Alastor se mantiene tenso mientras tiene una mano apoyada sobre la mesada y parece un poco perdido, lo que me preocupa.

Ada, en cambio, posee una pose defensiva y su teléfono en la mano, mientras lo mira con recelo.

De verdad es que no entiendo nada de nada.

— Buenos... ¿Días?

Los dos voltean con rapidez hacia mí y sus caras me ponen todavía más nerviosa ¿Confusión, molestia y enojo? Creo que hay una mezcla de todo eso en los ojos de ambos. Intento entrar a la cocina y acercarme a alguno de los dos, pero Alastor da dos pasos hacia atrás sin dejar que me le acerque.

Ramé (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora