🥀 ๑ೃೀ...﹙ʚ: 𝑨𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝑽𝒖𝒍𝒕𝒖𝒓𝒊'𝒔 :ɞ﹚
❛ es magnífica la naturaleza
de unos trillizos... En especial
la de tres híbridos que se
buscaban a la lejanía, como
piezas incompletas buscando
su propio rompecabezas ❜
────D...
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Mensajera
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Alessia estaba más que de buen humor a pesar de lo sucedido. Aún así Aro le había pedido que se mantenga lejos del resto por unos días, no quería que nada malo suceda además de que Caius estaba queriendo asesinarla por haber lastimado a su esposa. A pesar de que Athenodora se estuvo comportando raro con él, más distante.
Respecto a los niños, Atlas y Venus fueron la nueva alegría del clan, el pequeño niño era el escudo que Aro siempre quiso en sus tropas, incluso mejorado que el de Isabella Swan, y respecto a la niña, tenía el don de extraer y pasar recuerdos a través del tacto, como una fusión de Aro y Nessie. Dos días habían pasado y la híbrida quería ver sus hijos, estaba ansiosa, así que Demetri fue a buscarla para llevarla con los niños.
- ¿Nerviosa? - Preguntó burlón, el rastreador había estado más feliz que nunca lo habían visto a lo largo de las décadas
- Llevame con mis demonios, cariño - Pidió desesperada a lo que rió llevándola
Aún seguían sin poder salir de muchos lugares para cuidarlos de Isabella, pero al menos tenían la distancia suficiente para poder cuidarse. A pesar de eso, Alessia estuvo feliz de saber que sus hermanos cuidaron de sus pequeños. Entró a la habitación donde estaban los tres híbridos, Huilen y los gemelos Hale.
Se giraron a ella mostrando que sus mellizos tenían a los pequeños en brazos. Alessia casi se cae de culo al ver que sus niños ya tenían la apariencia de unos cinco meses, se giró a los gemelos Hale asustada.
- Crecen más rápido que ustedes - Murmuró la rubia con una pequeña mueca
- Diablos, un día más y ya cumplirán dos años ¿Qué tal? - bromeó intentando no llorar
Se acercó con cuidado a donde estaba Amadeo, el chico tenía en brazos a Venus que se la entregó sin quejas, mientras Nessie le entregaba el pequeño a Demetri. Alessia tenía un pequeño puchero en sus labios mientras cargaba con cuidado al niño. No quería llorar, le daba vergüenza a pesar de que el último mes tuvo las hormonas alborotadas.
