Internado de Pijos [Corrigiendo.]

Capítulo9: ¡BITCH!

- ¡Bitch! -   Chillamos Karen y yo a la vez.
Dani se ríe mientras se tumba en su cama.

- ¡Se me olvidó! Perdón. -  Se ríe Dani algo sonrojada. ¡Será mala amiga!

- Oh claro, se te olvidó decirles a TUS MEJORES amigas, que el jodido de John Canonn y tú tuvisteis una intensa sesión de besos en la biblioteca. -  Exagero mientras me dejo caer en mi cama, Karen se ríe y se sienta a mi lado.

- Dana entiéndelo, ella tenía su boca muy pegada con la de John para poder decirnos algo. -  Bromea la castaña, las dos chocamos los cinco mientras Dani se sonroja aún más, sí eso es posible.

- Vale, dejemos a Dani que se va a convertir en un pote de kétchup. -  Me río y Karen asiente.

Hace tres días que el maldito curso comenzó, hace tres días que no hacemos bromas a la zorra y lo peor, hace tres días que ella no hace nada.

Así que cojo el móvil y llamo a Natali. Primer pitido, segundo, tercero.

- Diga. -  Contesta.

- ¿Estás con ellas? -  Pregunto.

- Sí, en diez minutos voy. -  Dice con una risita.

- Bien, te esperamos. -  Y cuelga.

- ¿Natali? -   Pregunta Dani, yo asiento.

- Sí, ahora viene, de mientras voy a salir un momento, vuelvo en cinco minutos. -  Las chicas asienten confundidas y salgo de la habitación.

Sí recuerdo bien, Scotty dijo habitación 589, ¿no?

Sonrío y me dirijo hacia la habitación 589.

Llamo a la puerta y Scotty me abre, solo con unos jeans. Hombre, eso sí que es una buena tableta de chocolate.

- Hola preciosa, ¿vienes a por un favor? - Murmura mordiéndose el labio inferior mientras me mira de arriba a abajo. Sí, él tenía que abrir la boca y joderme la vista.

- No, venía a ver a John. -  Él frunce el ceño confundido.

- Sabes que él y tu amiga están liados ¿no? -  Dice, entrecierro los ojos.

- Idiota solo quiero decirle una cosa. -  me río, él asiente y abre la puerta ampliamente, dejándome pasar.
Entro y veo la habitación pintada de azul, alguna que otra camisa tirada encima de la cama, un ordenador portátil y en la mesa bolsas de patatas vacías.

- Somos hombres, no ordenamos. - Se ríe. Alzo una ceja y niego.

- Está más ordenada que nuestra habitación, y es muy machista lo de que los hombres no ordenan. -  me río, Scott también se ríe y asiente.

-  Y ¿dónde está John? - 

- Vendrá en un minuto fue a por coca- cola a la cafetería. -  Yo asiento, mientras sigo mirando, analizando, más bien, la habitación, baño a la derecha, en la tele una película de zombis que estoy segura de haber visto antes, el armario entreabierto...

En fin, una habitación normal de adolescente.

Me giro encontrándome con el pecho de Scott, doy dos pasos hacia atrás y levanto la mirada hacia su cara, donde está la estúpida sonrisa de siempre.

- ¿Te pongo nerviosa? -  Susurra acercándose más a mí.
Ahora mismo me siento cómo un animal acorralado por el depredador.

- No. -  Contesto cortante.

- Yo diría que sí. -  Me topo con la maldita cama, y maldigo interiormente.

- Y yo te digo que no. -  Scott sonríe, y se acerca más a mí, tres centímetros, dos, uno.