Capítulo32: Besos de chocolate.

17.6K 1K 79
                                    


-¿Quiénes sois?- pregunta Daniela, él castaño que se mantiene serio habla.

-Eso no importa, solo importa que nos han pagado mucho dinero por mataros.- Sonríe.

-¿Quién?- Pregunto.

-No sabemos su nombre, ni nos interesa sinceramente.- Se encoje de hombros esta vez él rubio.

-Con que nos pague nos vale - habla él castaño.

-¿Cuanto se supone que os va a pagar?- pregunto acercándome dos pasos hacia ellos, las chicas están tensas y yo necesito visualizar los puntos débiles.

-Ciento vente mil millones por ti.- me señala el rubio, un jadeo escapa de mi garganta.

-¿Valgo tanto? ¿Enserio? Me voy a sonrojar chicos- bromeo.

-Dana no es buen momento para juegos- murmura Tami.

-¿Y cuanto valen mis amigas?- pregunto ignorando la pregunta de Tami.

-Cincuenta mil cada una.- sonríe el rubio como un autentico psicópata, que pena que sea tan demente, es guapo y podríamos haber hecho buenas migas.

-¡Joder! ¿Sabes cuanta ropa podríamos comprar con eso?- jadeo haciéndome la sorprendida, aunque en realidad lo estoy, maldita sea valgo millones y eso es jodidamente sorprendente, pero la pregunta es quien quiere pagar tanto dinero para matarnos a mi y a mis amigas?

Los sin nombre matan ellos mismos con el veneno que poseen sus garras, así que están descartados, las sombras ni siquiera pueden hablar y la única manera que tienen de matar es proyectando el miedo de la persona a la cual se quiere exterminar, es cómo meter a alguien en una pesadilla de la cual no puede escapar, provocando que su corazón se detenga por el terror y el temor de su más oscura pesadilla, y además dudo de que tengan tanto dinero, bueno de donde demonios sacarían tantos millones los seres sobre naturales?

Dudo de que alguien les contrate para trabajar en una tienda, de científicos, profesores o vendedores de pisos.

Así que la lista se reduce: humanos, brujas o hombres lobo.

Si los humanos también cuentan, hay brujos que seguramente quieren venganza y recuperar los poderes que alguna vez fueron legítimamente suyos.

Aunque este no es el mejor momento para hacer una lista mental sobre los seres sobre naturales, oh humanos, que han mandado a dos asesinos a matarme a mi y a mis amigas, ya que esos dos asesinos siguen delante de nosotras con la mirada fija en mi y mis amigas detrás.

-No, ni nos interesa- habla él castaño seco, apuntándome con un tipo de pistola plateada, juraría que es de juguete, pero al fijarme mejor noto que es de balas de plata. Lo observo aburrida y me encojo de hombros.

-No dispararás- él chico se ríe y aprieta el gatillo. Observo como la bala sale del cañon y con un leve giro de muñeca, está incrustada en la frente del castaño.
Él cual cae de espaldas en el suelo, pobre, era guapo...

Pero al único que necesito vivo es al rubio, mi mirada se dirige hacia él, mientras mira estupefacto a su amigo muerto en el suelo.

-Eso no puede ser- murmura- ninguna bruja puede hechizar una bala de plata, acónito y cúrcuma- niega- Es imposible, la cúrcuma anula tus poderes de bruja- me señala, les doy mis bolsas a las chicas y me acerco al rubio.

-Ya, pero yo no soy una bruja normal- una mueca se forma en mis labios- soy tu peor pesadilla- susurro justo delante de sus rostro, Cúrcuma dice, como sí una plantita bloqueadora de magia pudiese conmigo.

-Por eso pagaba tanto- murmura él rubio, lo miro confundida ante sus palabras- vales más de lo que nos iba a pagar Ferwin- se ríe- ni siquiera te has asustado, contratan asesinos profesionales y ni siquiera te has inmutado- niega como si no se lo creyera.

Internado de Pijos [Corrigiendo.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora