—Ven a comer, Kim —volví a repetir desde la pequeña mesa que había en la habitación, hacía unos momentos habían traído lo que había pedido. Él solo me miraba desde la cama, con un enorme dolor en su mirada—. Obedece.
—No tengo hambre —habló en un tono muy bajo. Aún sollozaba un poco.
—No pregunté su tieness hambre o no. Ven a desayunar —él soltó un suspiro y volvió a dirigir su vista a la herida. Puse los ojos en blanco y volví a hablar—. Obedece si no quieres tener una cicatriz que diga "obedece" también...
—Eres una persona realmente maligna —murmuró, comenzando a caminar hacia mesa. Vi unas lágrimas deslizarse por sus mejillas.
—Ya deja de llorar, es solo un corte.
—¡Duele mucho!
—Tú lo provocaste, no te quejes —me encogí de hombros y le extendí su porción—. Come de una vez.
—¿Cómo pretendes que coma si me has dañado mi mano derecha, imbecil?
—Cuida esas palabras —advertí, elevando las cejas. Me puse de pie y busqué el maletin de primeros auxilios que había dejado en el armario—. A ver, dame la mano y deja de lloriquear.
—Ah, ¿ahora vas a estar jugando al doctor? —preguntó, con ironía.
—¿Quieres que deje que se infecte? No tengo problema en...
—Bien —interrumpió y extendió su mano hacia mí. Sonreí con satisfacción.
—¿Ves que no es tan difícil hacer lo que te digo, nene?
Lo oí murmurar por lo bajo, aunque no supe descifrar qué. Supuse que solo estaba maldiciendome, como minutos antes también lo había estado haciendo.
—Aún así no voy a comer.
—Puedes hacerlo con la otra mano... —el me miró con cara de "¿en serio?" y tomó el tenedor con la otra mano. Trató de poder tomar un poco del desayuno, pero no pudo. Volvió a dejar el tenedor al lado del plato y me miró con mala cara—. Qué poco hábil eres —murmuré con pesadez.
Tomé el tenedor y procedí a tomar un poco de Waffle, el me miraba ceñudo, como si no comprendiera mi idea. Cuando vio que ahora llevaba el tenedor hacia su boca soltó una leve risa.
—¿En serio harás esto?
—No te burles —bufé—. Aprovecha y come, ¿Quieres?
(...)
Las horas pasaron, yo estuve casi todo el tiempo en el escritorio frente a la computadora, donde solía detallar mis ideas. Mientras que Seokjin se la pasó todo el tiempo sentado contra el respaldar de la cama, hecho una bolita. Lo oí sollozar de vez en cuando y aparentemente hablar solo. Me resultaba cada minuto más extraño. A eso de las 9p.m, recibí una llamada de Yoongi.
—¿Qué tal todo? —preguntó al otro lado de la línea.
—Todo muy bien, de hecho —respondí, con poca importancia—. ¿Qué tal tú?
—Bien, supongo. Aunque no lo soporto, habla todo el tiempo y no sé cansa nunca —se quejó—. ¿El tuyo también es así?
—Llora todo el día por un pequeño corte —respondí y me encogí de hombros, dándole una mirada a Seokjin. Él me miró de regreso con un notable odio.
—Los chicos ricos son exagerados, Jungkook —apoyó Yoongi—. ¿Ya están donde planeabas?
—Sí, tomé el avión de Wang en cuanto pude —respondí—. ¿Y tú?
—Sí. Todo va perfecto —afirmó—. Háblame por cualquier cosa.
—Seguro.
—Suerte.
—No la necesito. Suerte para ti, Min.
(...)
—¿Por qué no le preguntaste por Tae?
—Dijo que todo iba perfecto —respondí, esperando que con eso su duda se satisficiera y se mantuviera callado.
—Perfecto para él —murmuró—. Hubiera sido mejor si, al menos, nos secuestran juntos.
—¿Hubieses preferido que te humille frente a tu primo, Seokjin? —pregunté, tratando de cortar la charla.
—Fue muy grosero de tu parte lo que hiciste —susurró, desanimado. Di media vuelta en la cama para verlo. Él estaba viendo la venda en su mano.
—No pretendo ser amable, Kim. Creo que eso es más que obvio.
—No te he hecho nada malo como para que me hagas eso —dijo, ahora viéndome también. Miré su rostro detalladamente por unos segundos.
—Si me molestas, te castigaré. Ya te lo he dicho. Si entiendes eso, todo irá bien entre tú y yo.
—Pero es que te molestan cosas absurdas...
—Estas molestandome ahora, Seokjin.
—Perdón... —habló, bajando la mirada, se notaba algo arrepentido. Sonreí ladinamente ante eso.
—Me gusta que te disculpes —admití—. Me gusta oír a la gente lamentarse.
—¿Eso es... Bueno? —preguntó, confundido.
—Lo es para ti.
—Realmente no entiendo nada de lo que dices, Jungkook.
—Mejor ya duerme de una vez —finalicé, volviendo a darle la espalda.
—Cómo digas...
(...)
Recuerden votar, comentar y compartir, para que así actualice con más frecuencia.
Saludos.
-K.
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[𝑺𝒆𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒅𝒐, 𝑲𝒊𝒎.]-[𝑱𝒊𝒏𝒌𝒐𝒐𝒌/𝑲𝒐𝒐𝒌𝒋𝒊𝒏]
FanfictionJeon Jungkook, uno de los mejores asesinos de toda Corea, tiene como misión matar al hijo menor del primer ministro, pero... ¿Qué pasaría si, en su trayecto, cayera en lo encantos del joven Kim? Publicando, sin editar.