[𝑺𝒆𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒅𝒐, 𝑲𝒊𝒎.]-[𝑱𝒊𝒏𝒌𝒐𝒐𝒌/𝑲𝒐𝒐𝒌𝒋𝒊𝒏]

07.

Ya nos encontrábamos en un local de ropa poco conocido, pero de buena calidad, por lo que no había demasiada gente allí. Yoongi se alejó junto a Taehyung para ver unas camisas estampadas que le habían llamado la atención al castaño, al otro lado de la tienda. Por otro lado, Seokjin estaba viendo unas camisas blancas, básicas y pantalones con tirantes.

-¿Crees que esto estaría bien? -preguntó con duda-. Me gusta, pero lo que me gusta casi siempre no suele ser lo adecuado...

-Es perfecto, ahora ve a probartelo.

El chico sonrió y se adentró a un probador, yo me senté en uno de los pequeños puffs que había frente a los probadores.
El descuidado Seokjin dejó un poco abierta la cortina, pero no fue gran cosa considerando que no había casi nadie allí. Lo vi colocarse los pantalones y luego la camisa, maldiciendo por lo bajo al no poder prender más de dos botones. Su abdomen marcado estaba descubierto, qué bueno estaba. Me acerqué hacia el probador para ofrecer mi ayuda.

-¿Está todo bien?

-Sí, es solo que... -suspiró-. Nunca he prendido más que los dos botones superiores...

Corrí la cortina y entré el el pequeño compartimento, quité las manos del chico y acerqué las mías a su camisa para comenzar a abotonarla con paciemcia. Dejé de escuchar su respiración. Enarqué una ceja y lo miré.

-¿Estás bien?

-S-sí, no es nada...

Me encogí levemente de hombros y abriché su último botón.

-Ahora solo... -desprendí el botón de su pantalón para meter la camisa dentro, el dio un paso hacia atrás-. ¿Puedes hacerlo solo?

-No, pero... - sin escuchar su explicación, volví a acercarme para meter la camisa dentro del pantalón para luego abrocharlo.

-Y ahora solo pasas los tirantes y acomodas el cuello.

-Gracias...

-No hay de qué -volví al lugar en el que estaba anteriormente, tras unos pocos minutos, después de pasar los tirantes y acomodar el cuello, salió del probador.

-¿Creés que esté bien?

-Sí, te ves genial; cualquiera querrá llevarte a la cama esta noche.

-¿Llevarme a la cama...?

-Sí, ya sabes... Cuando los chicos...

-Sé lo que es -me interrumpió con un notorio sonrojo-. Solo es que... No creo que sea...

-¿El mejor momento? ¿No crees ser bueno? Oh, eres virgen... Bueno, luego sabrás si es el momento o no, o si eres bueno o no. Deja de preocuparte y vive libremente por una vez, ¿Sí?

-De acuerdo...

-Oh, por Dios -una chica occidental estaba frente a nosotros con la boca semiabierta-. ¡Qué bueno estás! -chilló hacia Seokjin-. ¿Puedo tomarme una foto contigo?

-¿Eh...?

-¿Eres modelo, actor o idol? -le preguntó la chica, mientras sacaba su celular-. ¡Sonríe! Bua, si que eres lindo.

-Gracias...

-Bien, linda. Deja a mi amigo en paz si no quieres que llame a la policía, ¿Sí? Ya tienes tu foto, desaparece -la chica asintió ante mis palabras y desapareció, no sin antes sonreírle a Seokjin-. Ven, busquemos a los otros.

-Oh, por Dios, primo. Qué bien te ves sin esos trajes cuadrados.

-¿Gracias?

-Vayamos a pagar -dije, dirigiéndome a la caja. Dos muchachas estaban allí-. Kelly, Stephany, ¿qué tal? -les sonreí como solía hacerlo siempre y les pasé mi tarjeta-. Las prendas de estos tres chicos.

-De acuerdo -respondió Stephany con una sonrisa.

-Hace tiempo no te veíamos, ¿qué has estado haciendo?

-Bueno, he estado bastante ocupado, cariño. Lamento no haber pasado por aquí, ¿les parece que se los compense la semana próxima? -ambas me sonrieron en respuesta, a lo que tomé como un sí.

(...)

-Taehyang, soy nuevo en esto, pero... ¿Eso fue un coqueteo? -preguntó el chico castaño.

-Tal vez.

-Ya... ¿Y quién era la chica que estaba con ustedes dos antes?

-No lo sé... Llegó de la nada, me preguntó si era modelo, actor o algo así, y se sacó una foto conmigo —respondió Kim.

-¿No sabía quién eres?

-No, no parecía ser de aquí.

(...)

Al llegar al lugar los tres chicos bajaron del auto, Seokjin y su primo miraron el cartel lleno de luces con admiración. Bajé el vidrio de mi ventanilla para que Yoongi se acercase.

-Estaré en aquella esquina por las dudas, cualquier cosa extraña que suceda me avisas, ¿de acuerdo? -él asintió e iba a decir algo más, pero los otros dos muchachos se acercaron.

-¿Tú no vendrás? -preguntó el de mayor estatura.

-Tengo cosas que hacer. Nos vemos -me despedí con la mano y salí de allí. Di la vuelta a la manzana, para que crean que me había ido, y me estacioné en la esquina de la cuadra en la que estaba el bar.

(...)