La pelea.

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Me quedé dormida con una sonrisa en la cara.

Pero las pesadillas llegaron a mi puerta una vez más.

—Eres como tú madre, no eres tú. Eres peligrosa. Debió haberte llevado con ella cuando se fue. Me habría ahorrado la carga de tener que criarte.—Las palabras salían de la boca de mi padre. Pero yo era una extraña mirando hacia adentro. No podía hacer nada para salvarme.

Solo tenía ocho años.

Observé cómo me golpeaba. Una y otra vez. Mi cara estaba roja y lastimada. Luego sacó un cuchillo. Observé cómo se inclinaba hacia mí.

Observe cómo cambiaban las imágenes. Para terminar encerrada en mi habitación con un cuchillo. Lo sostuve contra mi piel. Preparándome para lo que iba a hacer a continuación.

Hasta que sentí que unas manos frías me agarraron por los hombros y me sacudían, tratando de despertarme.

—Venus, estoy aquí. Venus despierta.—me dijo una voz baja.

Sentí que mis manos le agarraban los hombros y lo bajaban para abrazarme.

—Estás a salvo conmigo, Vee, estoy aquí.—dijo en voz baja.

Sentí su piel. Llevaba solo unos pantalones de chándal. Deje maje mis manos le agarraran los hombros.

Vi una mente gris en el extremo de la cama. Me frotó la espalda tratando de calmarme.

Todavía estaba llorando. No me había detenido. Limpie mis lágrimas rápidamente antes de hablar.

—¿Para qué la manta, Draco?—susurro.

—Vas a ir conmigo a mi dormitorio Venus.—el susurro de vuelta.

—¿Pero por qué la manta?—pregunte.

—Porque me siento mal de que cada vez que tienes que salir de tu dormitorio tengas que cambiarte de ropa.—me dijo.

Asentí con la cabeza y me senté para llegar a su cara. Me beso en la frente antes de sentarme a envolverme en la manta. Sentí que sus manos giraban alrededor de mi cintura para darme la vuelta. Él también estaba de pie ahora. Observé cómo me miraba de arriba hacia abajo.

¿Qué sucede Draco?—cuestione porque sus ojos no se encontraban con los míos. Simplemente se centró en todas partes excepto en mi cara.

—¿Draco? Estoy hablando contigo.—me repetí a mi misma.

Finalmente me miró a los ojos.

—Estas usando solo una camisa.—dijo con asombro, sus ojos se arrastraban hasta mis muslos y mis caderas.

Le sonreía inocentemente mientras ponía la manta alrededor de mis hombros. Draco fue la única persona que me vio así. Vulnerable.

—Es mi pijama, no se que te ha interesado tanto.—dije mientras lo veía caminar hacia mí.

Se agachó y me levanto al estilo nupcial mientras me aferraba a la manta, apoyando mi cabeza contra su pecho. Sonreí mientras caminábamos hacia su dormitorio.

Lo miré mientras entrábamos en su oscuro dormitorio. Me puso en la cama y me quitó la manta de encima y la dobló y la puso en el maletero debajo de la cama, me puse debajo de sus sábanas frías y lo esperé. Lo sentí hundirse en la cama a mi lado. Nos enfrentamos. Uno de sus brazos descansaba debajo de mi cuello y el otro estaba en mi cintura y me atrajo hacia su pecho. Mis dedos le atravesaron el cabello un par de veces antes de que susurrara.

—Dulces sueños Venus.

Dejó un beso en mi frente mientras me dormía lentamente.

Me desperté con Blaise llamando a la puerta de Draco.

HOW DEEP IS THE LAKE | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora