La resaca.

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Advertencia: Smut ligero/medio.

[...]

Me desperté con sudor frío. Miré alrededor de la habitación para admirar mi entorno. Estaba en el dormitorio de Draco y el viento invernal golpeaba las ventanas. Sentí la mano de Draco en mi cadera y sonreí mientras lo miraba dormir profundamente a mi lado.

Hice una mueca de dolor por el repentino dolor de cabeza que vino a mi. Me froté los ojos antes de sentarme para cerrar las persianas. Miré por la ventana y observé cómo la nieve caía ante mis ojos. Correo las persianas para impedir que la luz entre a la habitación. Suspire mientras caminaba hacia el espejo en la puerta del baño para darme un vistazo.

La playera de quidditch de Draco me quedaba larga tanto como un vestido. Mi maquillaje se arruinó por haber dormido y mi cabello estaba igual. Me sentía como una mierda. Sonreí mientras veía a Draco todavía dormido en la cama. Caminé a su armario y saqué una sudadera con capucha y unos bóxers. La playera de Draco llegaba encima de mis rodillas, así que la sudadera me daba un poco más de cobertura.

Entré al baño y coloqué la ropa en una esquina. Cerré la puerta detrás de mí y fui al lavabo para tratar de limpiar el resto de mi maquillaje.

Una vez que logre quitar el maquillaje lo mejor que pude comencé a desnudarme. Me dolía todo el cuerpo mientras me movía para quitar la ropa. Esta era la peor resaca que haya tenido. Me até el cabello y abrí la puerta de la ducha.

Entré a la ducha y dejé que el agua tibia corriera sobre mi cuerpo. Cerré los ojos y me quedé allí durante unos minutos, disfrutando del silencio. Empecé a tararear una melodía que sabía desde niña. No sabía la letra, solo el novio de la melodía.

Esperé a que el dolor de cabeza disminuyera antes de empezar a lavarme. Pasaron unos cinco minutos antes de que empezara a calmarse un poco. Y fueron solo dos minutos antes de que escuchara la puerta de la ducha abrirse detrás de mí. Sabía que era Draco mientras envolvía sus fuertes brazos alrededor de mi cintura.

—Alguien se despertó temprano.—se rio ligeramente mientras me susurraba al oído.

—Dolor de cabeza.—expliqué.

—Mmm, ¿por qué no me sorprende?—él respondió cuando sus manos comenzaron a moverse desde mi cintura hasta mis brazos y cuello. Su mano agarró mi nuca mientras me obligaba a mirar hacia arriba. Él estaba justo detrás de mí. Miré sus ojos grises y sonreí.—¿Puedes recordar lo que hiciste anoche Venus?—Él preguntó. Agite la cabeza, no tenía palabras.

—Tenías las manos en Parkinson, la estabas besando. Y tu vestido. Fuiste lo suficientemente inteligente como para ponértelo cuando estaba borracho para que ignorara lo corto que era. ¿No es así?—dejó de sonreír y apretó su agarre.

—Mmm.—fue todo lo que pude pronunciar.

—Ah, ah, usa tus palabras Venus. Porque tenías muchas cosas que decir anoche.—se burló.

—S-si. Pansy me dijo que esperará para ponérmelo.—me ahogué.

—Mmm, no vayas a culpar a Parkinson por lo que hiciste. Ahora dime, ¿cuánto de anoche recuerdas?—preguntó de nuevo. Traté de recordar lo mejor que pude pero todo lo que venía a mi era bailar con Pansy. Nada más.

—Solo bailando con Pansy. No recuerdo nada más.—le susurré. No tenía miedo, más inconsciente de cómo hacer frente a la situación. Sentí mariposas repentinas en mi estómago mientras su mano libre se aferraba a mi cadera. Me quito la mano de la parte posterior del cuello y guió sus dedos por el centro de mi pecho hasta mi estómago, movió su brazo para que estuviera arrastrando su mano hasta mi espalda. Su otra mano se aferró a mi otra cadera.

HOW DEEP IS THE LAKE | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora